Desde hace décadas, científicos, ambientalistas y geólogos han señalado que la actividad humana ha transformado la Tierra de maneras tan profundas que podría considerarse el inicio de una nueva época geológica: el Antropoceno. Este término, acuñado en el año 2000 por el químico atmosférico Paul Crutzen y el ecólogo Eugene Stoermer, representa una era en la que los humanos han pasado de ser simples habitantes del planeta a convertirse en su principal fuerza transformadora.
El Antropoceno se define como una época geológica propuesta que se caracteriza por los efectos significativos y, en muchos casos, irreversibles que las actividades humanas han tenido sobre los sistemas naturales del planeta. Aunque aún no está oficialmente reconocido por la Comisión Internacional de Estratigrafía, la comunidad científica lo utiliza para describir cómo las acciones humanas han dejado una huella indeleble en la atmósfera, los océanos, la biodiversidad y los paisajes.
Entre las principales evidencias que respaldan esta idea están el cambio climático, la contaminación global, la pérdida masiva de especies y la introducción de materiales como el plástico y el concreto, que no existían de forma natural antes de la actividad humana.

¿Cuándo comenzó?
El inicio es un tema de debate entre los científicos. Algunas de las propuestas más destacadas incluyen:
El inicio de la agricultura (hace unos 10,000 años): La domesticación de plantas y animales transformó paisajes naturales, aumentando las emisiones de gases como el metano debido a la actividad ganadera y los sistemas de riego.
La Revolución Industrial (siglo XVIII): Con la quema masiva de combustibles fósiles como el carbón, comenzaron a liberarse grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera, marcando un cambio climático significativo.
La Gran Aceleración (a partir de 1950): Tras la Segunda Guerra Mundial, el crecimiento explosivo de la población, la industrialización, el consumo de recursos y la urbanización generaron impactos sin precedentes en el planeta. En este período, también surgieron contaminantes como el plástico y rastros radiactivos de pruebas nucleares que son detectables en los sedimentos.
¿Cómo se manifiesta?
El impacto humano en la Tierra se refleja en múltiples aspectos:
- Cambio climático: Las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, han elevado las temperaturas globales, alterado patrones climáticos y derretido glaciares y casquetes polares.
- Pérdida de biodiversidad: La actividad humana ha acelerado las tasas de extinción de especies hasta niveles miles de veces superiores al promedio natural. La deforestación, la sobreexplotación de recursos y la contaminación son factores clave.
- Contaminación global: Materiales como plásticos, microplásticos y metales pesados ahora están presentes en los océanos, suelos e incluso en organismos vivos, incluidos los humanos.
- Transformación de paisajes: La construcción de ciudades, represas y carreteras ha modificado drásticamente ecosistemas naturales, dejando cicatrices visibles en el paisaje terrestre.
- Registro geológico humano: Los sedimentos actuales contienen materiales como concreto, aluminio y partículas de plástico, que podrían ser reconocidos por los geólogos del futuro como marcadores del impacto humano.
El reconocimiento de esta nueva era no es solo un tema académico o simbólico, sino una llamada de atención sobre el impacto que tenemos como especie en el planeta. Aceptar que vivimos en él, implica reconocer nuestra responsabilidad de mitigar los daños y buscar soluciones sostenibles para garantizar la supervivencia de los ecosistemas y las futuras generaciones.
Entre las acciones necesarias se encuentran la transición hacia energías renovables, la conservación de la biodiversidad, la reducción de la contaminación y un consumo más responsable de los recursos.

Aunque este término refleja una época marcada por crisis ambientales, también podría ser una oportunidad para actuar colectivamente y cambiar el rumbo hacia un planeta más equilibrado.
La pregunta, entonces, no es solo si ya estamos en el Antropoceno, sino si seremos capaces de moldearlo para el beneficio de la Tierra y sus habitantes.
Bibliografía:
Riechmann, J. (2018). El Antropoceno: significados y riesgos. Fundación Sistema.
González, M. (2017). El Antropoceno, ¿un concepto geológico o cultural, o ambos? Revista Mexicana de Ciencias Geológicas, 34(2), 203-212.
UNESCO. (2019). Antropoceno: la problemática vital de un debate científico.