Cada estreno independiente que es lanzado por Netflix, de alguna manera, causa un flujo excesivo en redes sociales y es rápidamente reseñado y criticado por expertos o aficionados a la cinematografía, en esta ocasión le toco a la película de ciencia ficción “El Proyecto Adam”, pedazo de película que, si bien no es para Canes o los Oscar, puedes disfrutar más de una vez y la mayoría de los clientes Netflix lo confirman.
La película rápidamente entró al top 10 de la plataforma y la razón es que si gusta como filme. La historia maneja un guion simple para una historia simple, pero no genera monotonía y tanto el elemento de acción como los efectos especiales se mantienen con una naturalidad y armonía.
La historia se convierte en ciencia ficción con comedia y un poco de emotividad, a simple oído suena horrible, pero las escenas, y en si la historia, tienen una manera orgánica de trabajar y convencer; la influencia de proyectos como “Back to the Future” y producciones de Amblin nos trajo recuerdos de la época ochentera y si se siente como una producción de ese tinte. Que viene “ad hoc” con el tema principal de la película.
El filme nos trae a Ryan Reynolds como Adam, un piloto del 2050 que busca desesperadamente realizar un viaje al pasado, precisamente al 2018, para buscar a su esposa (Laura) que fue desaparecida de una manera misteriosa por la organización en la que ambos trabajan. Un error en las coordenadas hace que termine en el 2022 topándose con su yo más joven, malherido y con complicaciones para viajar, tendrán que unirse en busca de Laura y también de corregir un tremendo error.
El tema de viajar en el tiempo está manejado de una manera general, pero con bases verdaderas, algo de ciencia por aquí y fórmulas por allá, pero todo conforme a la ciencia de verdad. Claro que si tú eres más de la complicidad en las cosas y no te gusta algo explicado a la ligera, para ti es mejor Dark, una serie igual basada en viajes en el tiempo, pero mucho más rebuscada. Con esa personalidad que caracteriza a Reynolds, nos encontramos con una comedia que funciona y se fusiona con la historia, que al fin y al cabo es la personalidad de protagonista; la química es complicada porque, o los amas o te fastidian, pero si genera buen ambiente para el espectador.
Aquí el productor jugó con algo muy interesante porque tenemos los viajes en el tiempo, que casi siempre vienen acompañados de acción pura, pero no siempre de emotividad; y ¿por qué lo digo? Bueno, el Adam de Reynolds (big Adam) le hace ver, a su versión más joven, cómo es la relación con su madre y valorarla más. A su vez, Adam pequeño le muestra que el resentimiento con su padre no es justificado, pues siempre estuvo con ellos.
Dándonos una lección importante sobre el tiempo y como no lo valoramos lo suficiente, ni tampoco lo que está en él. Más allá de las peleas a lo Star Wars, vemos realmente qué tan valioso es el tiempo para los personajes, incluso para la antagonista, que lo transforma en oportunidad para aumentar su poder adquisitivo.
Eso sí, tenemos que reconocer que no todo es un lecho de rosas, de que tiene sus agujeros en la trama, los tiene. Nunca se nos muestra el porqué de la ambición en la antagonista (Sorian) y tampoco el odio de Christos (un piloto de la organización) hacia Adam. Todo más o menos compensado con el resto de la película, aunque jamás se llega a resolver; la recomendación sigue en pie y es que este film es un completo viaje en el tiempo, en lo personal, ver juntos a Jennifer Garner y Mark Ruffalo hizo que recordara lo bien que aparecen juntos en muchas películas.
Les dejo una probadita en el trailer para que se convenzan y formen parte de este viaje y reencuentro con el pasado.