Lo bello cosmológico y lo bello cuantitativo
Con el paso del tiempo Platón expresa sus ideas de lo bello y se puede notar un concepto más desarrollado en términos cosmológicos y cuantitativos: “Estas descripciones las hace Platón magistralmente en el marco de posteriores reflexiones sobre la buena vida, Filebo, y acerca de la creación del mundo, Timeo” (Bedoya, 2011, p. 57). En estos diálogos se resalta el carácter armónico del alma del universo “que se evidencian en la naturaleza, en relación con el alma humana”. (Platón, 1988, p.182). También se resaltan algunos énfasis de compresión o de aplicación de la belleza.
Sinfonía entre el mundo macro y micro
En primer lugar, tenemos la sinfonía del mundo macro trabajando con el microcosmos, es ahí donde se puede notar que el microcosmos refleja la belleza visual que es cuantitativa. Y lo hace por medio de “La belleza que configura la armonía, cuyos ejemplos han de ser “las curvas regulares, las repeticiones rítmicas y las figuras simétricas” (Crombie, 1979, p. 203). Las líneas regulares pueden manifestar armonía y por medio de eso belleza, las notas musicales permiten que se puedan crear pentagramas organizados que se puedan leer, e incluyo puedan trasmitir emociones, ya que las figuras simétricas pueden provocar agrado y placer.
La armonía es la belleza que se identifica y aprecia por los humanos, esta armonía es agradable por los sentidos, es un regalo de los dioses “nos fue otorgada por las musas con el fin de servirnos de ella con inteligencia en virtud de una armonización moral” (Platón, 1988, p.199). Es ahí donde las revoluciones del alma del universo trascienden a las nuestras.
La música nos permite aplicar las revoluciones del alma del universo a la nuestra. La influencia de la música es reconocida como la belleza que se intercepta y es apreciada por el alma humana; Platón se refiere en cierta medida a este proceso en “La República”, cuando afirma que hay una relación de afinidad entre la conducta correcta y los objetos armoniosos, de tal manera que un niño formado a la luz de una cultura musical bella seguramente despreciará el mal” (Bedoya, 2011, p. 57). Platón comprendía que la belleza es moral, que la armonía es moral, por lo tanto, los malvados no podían apreciar lo bello ni disfrutar la armonía, ya que “si hemos de asumir que los objetos bellos son armoniosos, entonces la belleza puede afectarnos y puede producirnos placer por ‘afinidad’ con nuestra propia armonía interna” (Crombie, 1979, p.204).
Los placeres y la belleza tienen un nexo
Hay placeres que no son remisión del dolor, “los relativos a los colores que llamamos bonitos, a las figuras, la mayoría de los perfumes, los de las voces y todos aquellos cuya carencia no se nota o no causa dolor, y que procuran satisfacciones perceptibles y agradables” (Bedoya, 2011, p. 57). Estos placeres están motivados por una belleza irreductible, una belleza que no es relativa, ya que son bellos por sí solos. Platón dice “aludo a las líneas rectas o circulares y a las superficies o sólidos procedentes de ellas por medio de tornos, de reglas y escuadras” (Bedoya, 2011, p. 57) estas expresiones son bellas y producen un placer que no está relacionado con un placer carnal.
La experiencia estética en términos objetivos
Cuando se contempla un objeto, es posible que se pueda ver o apreciar como un todo, sin embargo, cuando se tiene una experiencia estética en términos objetivos, es diferente, ya que esta experiencia está “determinada por la simpleza de las formas independientes que componen el objeto de contemplación, por tanto, nuestro gusto se encuentra determinado inteligiblemente desde afuera” (Crombie, 1979, p. 202). Desde esta perspectiva la belleza es percibida por el observador.
Pero también se puede identificar en Platón otra perspectiva de apreciación de la belleza, y esa es la determinación interna del gusto “Tal determinación interna consiste en el gusto del hombre bueno o virtuoso que se inclina por lo ordenado y comedido… El hombre armonizado internamente posee un agudo sentido para lo bello, se puede entusiasmar fácilmente”. (Crombie, 1979 p.207). La belleza se puede apreciar más por la persona que es moral y ordenada.
Lo bello es perceptible por la vista y también por el gusto, cuando más se convive con las cosas bellas más se aprecian, además la contemplación de lo bello favorece a la formación de una vida más armoniosa. Tal vez sea adecuado rodearse de cosas armónicas y ordenadas.
Referencias
Bedoya, E. (2011) (diciembre) Estética aproximación a lo Bello en Platón. Ariel, Revista de Filosofía, 9, 54-58.
Platón (1988) Diálogos IV República (Conrado Eggers Lan, intro. y trad.) Madrid: Gredos.
Crombie, I. (1979) Análisis de las doctrinas de Platón. (Ana Torán y Julio Cesar Almendo, trad.) Madrid: Alianza.