“Maquiavelo y nosotros”, es un libro de Louis Althusser, en el cual se analiza la obra de Maquiavelo. En este texto, Althusser aporta importantes reflexiones, desde la década de los setenta hasta el final de su vida. Por medio de este breve escrito comentaremos un poco de la práctica de la política del Príncipe, vista desde la perspectiva de este autor.

Según Althusser, Maquiavelo considera que el Estado es dirigido por el príncipe que está sobre el pueblo, el príncipe rige al Estado y por consecuencia al pueblo. El Estado es un Estado político o un aparato de Estado que el príncipe dirige, ese Estado es considerado como una máquina, el cual se divide en tres áreas: La primera es el aparato de la fuerza, representado por el ejército. La segunda, el aparato del consentimiento, representado por la religión. La tercera es el aparato del sistema de leyes. Por lo tanto, el Príncipe debe aprender a forjar estos instrumentos para llevar el control.

Althusser, en su texto comenta, cuatro tesis medulares. Primera tesis: El ejército juega un papel muy importante en el desarrollo del Estado, por eso el ejército es un aparato del Estado por excelencia que permite al rey tener el control de la fuerza armada, y esa es la base de los demás instrumentos. Segunda tesis: Es necesario considerar las técnicas del ejército y de la guerra como principales de la política. La guerra es la política continuada, y la política debe tener el mando sobre el ejército. El arma que es más valiosa es la virtud y valentía de sus soldados. La tercera tesis menciona que: La combinación de la fuerza, ejército y política crea dos formas de poder del Estado bajo una misma dominación, la de la política popular y la nacional del príncipe. Por último, la cuarta tesis afirma, que el sistema de la política militar y la política ideológica en el Estado popular se someten al príncipe, ya que él debe dominar todo y estar al control de esos poderes, por esa razón el príncipe no debe dejar que mercenarios u otros ejércitos intervengan.

Althusser menciona que Maquiavelo hace tres distinciones de ejércitos que no convienen al príncipe, los mercenarios, los auxiliares y los mixtos, puesto que al no tener el control el príncipe de ellos pueden serle un problema. Por eso el ejército propio debe estar formado por los súbditos del reino, o sus ciudadanos, eso promueve una nueva concepción política de reclutamiento y de la organización del ejército.  El reclutamiento para el ejército, procede de capas populares, urbanas y rurales, extendiéndose a los campesinos, además, se le da primacía a la infantería. Este método de reclutamiento promueve una nueva forma de unidad popular que no existía, los hombres de la ciudad y del campo se unen en el ejército que les es común en un solo pueblo, eliminando así supremacías. La forma de reclutamiento y de involucrar al pueblo serviría como un medio para un fin mayor, el medio era involucrar a todos y el fin formar un nuevo Estado. La técnica militar vigente no era útil para involucrar a todos y no fortalecería al nuevo Estado porque lo protege, pero no lo involucra.  Por eso deben involucrarse solo los súbditos en el ejército y ellos harán fuerte al Estado no solo por la artillería, sino por su corazón y virtud.

Por esa razón el ejército no solamente puede proteger al Estado, sino que al formarse o reclutar a los súbditos involucrándolos ya se convierte en un medio para un fin mayor que es el fortalecimiento del Estado, el ejército sirve de medio para una política, es la solución del problema la forma de la formación del ejército. Por eso, “el ejército, que es la fuerza del Estado, y que como tal puede ser contraria a las formas de consentimientos o distinguirse de ellas, no es solamente una fuerza: es también y al mismo tiempo una institución que social y políticamente influye en el espíritu de los soldados y del pueblo, una institución que forma el consentimiento. El aparato militar ejerce al mismo tiempo una función ideológica” (Althusser, 2004, p.117).

Los juicios de los hombres son inevitables, ya que la fuerza y la opinión son las dos caras de la moderna. Para Althusser, Maquiavelo no se enfoca en la opinión personal, sino en las masas, es por eso que afirma que solo existe el vulgo, el pueblo se deja impresionar fácilmente por la apariencia y el éxito, los pocos no tienen influencia cuando la mayoría está encantada.

La ideología política y la práctica política de la ideología se especifican en la religión y la opinión que el pueblo tiene del príncipe. La religión es un medio para los fines políticos del príncipe, ya que la religión puede hacer lo que la guerra o la ideología pura no puede, la religión sirve para controlar a los súbditos para la obediencia absoluta, y de esa forma le da forma al pueblo. La religión es el sostén más necesario de la sociedad civil. El sostén designa la función ideológica de la religión. La religión incorpora al pueblo, haciéndolo más obediente y sumiso al ejército y las leyes. Las leyes y el ejército no pueden existir sin la religión, ya que la religión amalgama al Estado, que es el sostén de la ideología y por eso se facilita el consentimiento popular del mismo; la religión obtiene el consentimiento popular sin violencia, solamente mediante la idea y el temor de Dios.  Por eso es muy importante que la religión intervenga, siendo ella la forma más económica y segura de la ideología.

El príncipe debe tener como regla mantener sus fundamentos en la religión que se profesa, porque eso facilitara la conservación del pueblo unido, todo lo que pueda favorecer a la religión debe ser aceptado, aunque sea falso, el fin es el buen gobierno controlado, no importa como sea logre. Eso lleva a Maquiavelo (según Althusser) a pensar en una religión propiamente política. La religión juega el papel de la ideología base, la cual es una ideología constante y general, eso permite que se desarrolle una relación que influya en la opinión que le pueblo tiene del príncipe. El poder del príncipe se basa en la opinión del pueblo.

El príncipe es un individuo político, el hombre particular ve por sus intereses, sin embargo, el príncipe pertenece a otro orden de existencia porque no busca la satisfacción de sus necesidades o pasiones. Tiene como fin fundar, consolidar y ampliar el Estado, su función está en la virtud política y solo puede ser juzgado por su éxito, por tal razón para el príncipe únicamente cuenta el resultado. El príncipe puede combatir por dos medios, por las leyes o por la fuerza, medio hombre, medio bestia.

Para Althusser, Maquiavelo usa dos figuras de bestias para ejemplificar “la labor del príncipe, considera que debe ser como el zorro y como el león” (Althusser, 2004, p. 121) El príncipe debe cuidar mucho su figura, debe ser amado para evitar desórdenes y evitar a toda costa tener al pueblo en su contra. Para eso necesita infundir temor de tal modo que sea sutil y útil, haciendo que el pueblo ame al príncipe según sus fantasías, promoviendo un temor sin odio.

Referencias

Althusser, Louis. (2004) Maquiavelo y nosotros, Madrid. Ediciones Akal, S.A. Maquiavelo