¿Será posible aprender filosofía moral a través de las matemáticas aplicadas?
La matemática aplicada se enfoca en conceptos y técnicas para resolver problemas prácticos o del mundo real. Uno de sus desarrollos más interesantes es la teoría de los juegos. Esta teoría nos ayuda a entender cómo interactúan diferentes jugadores en situaciones donde las decisiones de cada uno afectan a los demás. Puede usarse para resolver conflictos de manera justa o para fomentar la cooperación.
Además de la matemática y la economía, la teoría de los juegos también se aplica en campos como la biología, la política y la psicología.
Por su parte, la filosofía moral aborda cuestionamientos relacionados con lo justo e injusto, con el bien y el mal, que frecuentemente se plantean a través de dilemas éticos. Estos dilemas presentan escenarios en donde se deben tomar decisiones difíciles y enfrentarse a diferentes principios morales.
En este artículo, examinaremos tres juegos clásicos de la teoría de los juegos y los compararemos con dilemas morales filosóficos:
El Dilema del Prisionero – El Imperativo Categórico de Kant
El Juego del Ultimátum – La Teoría de la Justicia de Rawls
El Juego del Ciempiés – El Dilema del Tranvía de Foot
A través de estas comparaciones, veremos cómo los modelos matemáticos de la teoría de juegos pueden ofrecer perspectivas sobre problemas éticos complejos, y cómo los matices de los dilemas filosóficos pueden enriquecer nuestra comprensión de las interacciones estratégicas.
El Dilema del Prisionero vs. El Imperativo Categórico de Kant
El Dilema del Prisionero:
Imaginemos que un amigo y tú han sido arrestados por un crimen. La policía los interroga por separado y les ofrece un trato;
- Si ninguno confiesa, ambos reciben una sentencia leve (1 año).
- Si uno confiesa y el otro no, el que confiesa queda libre y el otro recibe una sentencia fuerte (3 años).
- Si ambos confiesan, los dos reciben una sentencia media (2 años)
¿Qué postura tomarías? Confesar podría ser la opción segura, pero si ambos lo hacen, saldrán perdiendo.
El Imperativo Categórico de Kant:
Kant propuso una regla simple para tomar decisiones morales: “Actúa solo de acuerdo con aquella máxima que puedas querer que se convierta en ley universal”. En otras palabras, antes de hacer algo, pregúntate: ¿Qué pasaría si todo el mundo hiciera lo mismo?
Comparación
Ambos escenarios nos hacen pensar en las consecuencias de nuestras acciones no solo para nosotros, sino para todos. En el Dilema del Prisionero, si todos confesaran, todos saldrían perdiendo. De manera similar, el Imperativo Categórico nos pide considerar qué pasaría si nuestra acción se convirtiera en una regla para todos.
El Juego del Ultimátum vs. La Teoría de la Justicia de Rawls
El Juego del Ultimátum:
Imagina que te dan cien pesos para compartir con un extraño. Tú propones cómo dividirlo, y el extraño puede aceptar o rechazar. Si acepta, el dinero se reparte según tu propuesta. Si rechaza, ninguno recibe nada. ¿Cuánto ofrecerías?
La Teoría de la Justicia de Rawls:
Rawls propuso un experimento mental: Imagina que vas a nacer en una sociedad, pero no sabes qué posición ocuparás (rico, pobre, etc.). ¿Cómo diseñarías las reglas de esa sociedad para que sean justas para todos?
Comparación
Ambos casos nos hacen pensar en la justicia y la equidad. En el Juego del Ultimátum, debes decidir qué es una oferta justa. En la teoría de Rawls, debes pensar en reglas justas sin saber tu posición futura. Ambos nos desafían a considerar qué es verdaderamente equitativo.
El Juego del Ciempiés vs. El Dilema del Tranvía
El Juego del Ciempiés:
Dos jugadores pueden ganar dinero que aumenta en cada turno. En cada turno, un jugador puede tomar el dinero (terminando el juego) o pasarlo al otro (aumentando la suma). El juego termina cuando alguien toma el dinero o después de un número fijo de turnos. ¿Cuándo tomarías el dinero?
El Dilema del Tranvía:
Imagina un tranvía fuera de control que va a atropellar a cinco personas. Puedes desviar el tranvía a otra vía donde solo mataría a una persona. ¿Lo harías? Ahora imagina que la única forma de salvar a las cinco personas es empujar a un hombre grande frente al tranvía. ¿Lo empujarías?
Comparación
En ambos ejemplos tendríamos qué pensar en las consecuencias a corto y largo plazo de nuestras decisiones. En el Juego del Ciempiés, debes decidir entre una ganancia inmediata o la posibilidad de una mayor ganancia futura. En el Dilema del Tranvía, debes sopesar el valor de una vida frente a varias, y considerar si hay diferencia entre causar daño directa o indirectamente.
Del tablero de juego a las vías del tranvía:
La ética en acción
¿Alguna vez pensaste que decidir si confesar un crimen imaginario o repartir dinero en un juego te enseñaría sobre ética?
La próxima vez que te enfrentes a una decisión difícil, recuerda: piensa en las consecuencias, considera qué pasaría si todos hicieran lo mismo, y pregúntate si tu decisión sería justa desde cualquier perspectiva. Quizás al jugar un juego de mesa o imaginar un escenario complicado, estés poniendo en práctica estas ideas para ser una mejor persona.
¡La ética puede ser más divertida de lo que pensabas!