Reneé Acosta es una poeta, filósofa y ensayista mexicana. es licenciada en Filosofía. Su poética navega entre los horizontes de los tópicos científicos, filosóficos y el enlace analógico con las abstracciones emotivas que deriva de estos.
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-¿Quién es Reneé Acosta, la poeta?
Creo que no sabría cómo responder a esta pregunta. Tal vez necesitaría distanciarme de mí misma o adoptar un personaje, no lo sé. No puedo saber quién es la poeta, porque tampoco está separada de la persona y no es fácil, sino es que imposible, hacer una descripción propia.
-¿Cómo y cuándo comienza tu faceta creativa como escritora?
Desde muy chica comencé a escribir. Mi interés en la literatura se ha mantenido desde que tenía unos seis años. A la edad de ocho años gané el premio de creación de cuento infantil navideño. Siempre he tenido muy clara mi vocación profesional.
-¿Estudiaste Filosofía, por qué no estudiar Letras en la licenciatura?
Escribir y criticar la literatura son dos cosas completamente diferentes. El perfil académico de la licenciatura siempre va más encaminado a la crítica y a los aspectos académicos. Eso no significa que no puedan egresar buenos escritores de las carreras de Letras, pero tampoco éstas son seminarios de talentos. Escritor es aquel que tiene algo que decir, pero para tener algo que decir debes de tener también una fuente de inspiración y de razonamiento. Pensemos en grandes poetas como Whitman, Novalis, Holderlin, Pessoa, Li Po, Huidobro y tantos otros, sus poemas tienen un gran contenido filosófico, en distintas vertientes, con distintos estilos, con diversas texturas. Como alguna vez le dije a Mauricio Beuchot: jamás me arrepentiré de haber estudiado filosofía en lugar de Letras. Amo la filosofía. Amo las letras. Pero creo que la raíz esencial para llegar a una profundidad en la literatura no está en copiar o analizar el estilo de otros hasta el cansancio, sino en tener algo que decir y honestidad para decirlo con tu propia esencia.
-Cuéntanos ¿por qué escribir poesía?
La poesía es una necesidad peculiar, cuyo origen o compulsión es diferente a la de narrar, analizar o dramatizar; puede contener todas estas anteriores, pero sobre todo sus alas se remontan sobre el vuelo de la belleza. Poesía es un sinónimo de La Belleza con mayúsculas. Hacer poesía no es tan sólo hablar del amor o del personalísimo paso por este mundo, aunque hay poetas que han logrado una belleza desde lo mundano, ahí está Bukowsky como ejemplo; también se puede hacer poesía desde el plano de la belleza sobre la belleza, la experimentación textual, realmente hacer arte y hacer estética de la palabra, y esto ya no tiene que ver con contar nuestros “pensamientos” y nuestros “sentimientos” pegosteosos aún de tanto caramelo de la cursilería. La poesía pertenece a otro rango del pensamiento, un rango más elevado, una frecuencia estática, estética, sublime. Si no hay sublimación, si no hay elevación, entonces es pura palabrería versada. Aún quienes escribimos poesía aspiramos a esos altos vuelos que nos logran poetas como Villaurrutia, como Gonzalo Rojas, como Rosewiz. Poetizar es inspirar. Por eso descreo de aquellos que invitan a que la poesía seudo democrática y que promueven la vulgarización de las letras, en lugar de letrar a los estratos más vulgares, porque ¿cómo le haces más “accesible” los veinte poemas de amor de Neruda a un pueblo que trabaja catorce horas diarias, y que cuando llega a su casa está exhausto y sólo quiere convivir un poco con sus hijos a quienes casi no conoce, y que no los está criando? ¿Cómo meterle el gusto por la poesía a un pueblo cuya única elevación a la que aspiran es la que les puede dar la mariguana, el alcohol, las tachas o el chemo? Y lo digo como es. Porque los poetas no le tenemos miedo a las palabras. La poesía fue y sigue siendo un lujo del espíritu. Un libro de poesías cuesta desde veinte pesos, una caguama vale treinta y cinco. El arte, la poesía y la religión no pueden introducirse a la fuerza ni por insistencia. Quien tenga curiosidad espiritual llega aunque todos los caminos se cierren, y quien no quiere escuchar se hace sordo aunque le grites de frente.
-Eres una autora reconocida ampliamente, ¿qué significan para ti los premios que te han otorgado?
Han sido cada uno un triunfo, un peldaño en mi crecimiento, pero también un aliciente. En una profesión tan anacrónica, tan fuera de lo material, de lo mundano, de lo monetario; que te otorguen un premio es como un vaso de agua para seguir andando en el desierto.
-¿Qué sería la humanidad sin poesía?
Interesante pregunta, desde el momento en que se establece una alteridad en una línea paralela de desarrollo de la humanidad. Aunque debo decir que hay muchos pueblos que no centran su cultura en la palabra escrita y en muchos casos la transmisión oral tampoco alcanza el grado de poesía, ya sea por la falta de metáforas, por la simplicidad de sus retóricas y sus significaciones básicamente narrativas. Así es el caso de los rarámuri y gran número de las poblaciones del territorio chihuahuense. Es hasta tiempos muy recientes que comienzan a aparecer voces de la poesía como el caso del excelentísimo poeta Martín Makawi y Lolita Batista.
Por otra parte, he intentado sostener en ensayos filosóficos anteriores, que la poesía está a la base del origen de la conciencia y que posiblemente existiese un proceso gnoseológico que pudiéramos denominar: proto poético. De una conciencia proto poética podría haberse derivado en sus orígenes las primeras nociones religiosas, mágico curativas, que esto se entrelazaría con la medicina, la herbolaria y los significados de las plantas en sentidos analógicos primitivos y por lo tanto proto poéticos. Creo que la poesía pudiera estar entrelazada en los cimientos de los primeros pensamientos y en el origen de las lenguas.
-¿A quién consideras el escritor (ra) más influyente en tu vida?
A un nivel personal, íntimo, sin duda fue Rogelio Treviño. A nivel profesional aunque aparecen poetas que se vuelven obsesiones, no considero posible colocar a un solo escritor en dicha categoría.
-¿Qué opinas de la poesía contemporánea de México?
La poesía de un pueblo es la viva imagen de su cultura y de sus gobiernos. La poesía mexicana (como su política) es el cadáver de un animal al que diversos animales de rapiña le han arrancado pedazos. La poesía mexicana está principalmente determinada por grupos de poder y su coacción con personajes políticos. En la poesía mexicana nada tiene que ver la poesía. Las voces más avivadas son siempre las más financiadas y siempre son las del centro. Las poéticas innovadoras son menospreciadas, en especial si los poetas no viven en el DF o si no rinden pleitesía a alguno de los grupos de poder y también ya tradicionalmente, si el poeta no es del género masculino. Por otra parte, los poetas del centro, están mucho más preocupados en ocupar los espacios que representen un generoso sueldo, y en mordisquear el cuero agusanado de quien ellos consideren la competencia. Todo esto es nada más ni nada menos que la viva imagen de la política mexicana. Sus artistas se comportan de la misma manera: padrinazgos, tráfico de influencias, compadrazgos, difamaciones, escándalos, abusos financieros del erario público por debajo del agua, acuerdos a puerta cerrada ¿y sus poesías? Verdaderos ejemplos de la mediocridad y la copia fake de los grandes poetas de antaño. Es por esto que hay quienes dicen que la poesía mexicana descansa en Paz, pero es porque se les olvida que también Paz fue tremendo cacique y que bloqueó a cientos de voces de la poesía mexicana. Yo prefiero decir que la poesía mexicana descansa en una muerte sin fin.
-¿De qué escribes, a qué hora lo haces, en qué lugar?
Escribo en mi estudio en mi casa, pero mis mejores momentos de inspiración se dan caminando. Me gusta caminar sola por lo mismo, aunque ahora con la inseguridad ya casi no puedo hacerlo.
-Eres exitosa en lo que haces, ¿con que otros hobbies disfrutas?
Mi idea o sentimiento de creerme exitosa es muy variable y sobre todo frágil. No suelo sentirme exitosa cuando paso por momentos de carencia económica o que me enfermo y no tengo seguro médico. Todo eso me hace sentir como una poeta maldita o una maldita poeta que no puede comprarse un kilo de limón. Pero trato de no quejarme, finalmente la vida es toda una experiencia en tercera dimensión. La vida es como un viaje por carretera.
Más que hobbies diría que entre las cosas que me gustan está ver cine, cocinar y caminar en los parques. Antes me gustaba mucho viajar, pero desde que me casé me he vuelto muy hogareña.