Dirección: José Padilha
Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 2014
Guión: Joshua Zetumer, basado en los personajes creados por Edward Neumeier y Michael Miner
Fotografía: Lula Carvalho
Música: Pedro Bromfman
Duración: 108 minutos
Intérpretes: Joel Kinnaman, Gary Oldman, Michael Keaton, Abbie Cornish, Samuel L. Jackson, Jackie Earle Haley, Michael K. Williams, Jay Baruchel, Jennifer Ehle, Aimee Garcia, Marianne Jean-Baptiste y Zach Grenier.
Mucho se habla de la escasez de ideas y la aversión al riesgo de los grandes estudios de Hollywood, razones por la cual nos vemos inundados de remakes, precuelas, secuelas y recuelas. Si bien es justo afirmar que estas revisitaciones no son cosa de ahora (recordemos que el mismísimo Hitchcock ya remedaba sus propias películas), las tiranías de las calificaciones por edades y lo políticamente correcto han provocado que las hiperaceleradas e impersonales versiones actuales de clásicos recientes muy queridos estén resultando en la más absoluta inanidad. Las nuevas Desafío Total, Conan el Bárbaro, Carrie, y este mismo Robocop así lo atestiguan.
Despojado de la ácida sátira social, la mala uva y el humor negro de la película original de Verhoeven, El Robocop para el siglo XXI tan sólo puede aspirar a entretenimiento de consumo rápido, cosa que consigue a medias. La aportación del brasileño José Padilha (Tropa de élite), a quien suponemos un limitado margen de maniobra en esta su primera aventura en Hollywood, se reduce a dejar su impronta en las secuencias de acción, incorporando hábilmente la gramática de los videojuegos para evitar la violencia explícita. Se apuntan, eso sí, críticas al intervencionismo americano y a las pérdidas de libertades en aras de la seguridad, pero todo a medio cocinar, al igual que las tramas y personajes de la película.
Tan sólo algunas secuencias inspiradas (el prólogo, los restos de Murphy al descubierto), los pequeños guiños al original y el potente plantel de secundarios dan un poco de lustre a esta historia vaciada de todo conflicto dramático (Robocop acepta su condición como si tal cosa, recuerda desde el principio quién es, se quita a los villanos de encima en un suspiro), todo ello da como resultado un Robocop diluído, de garrafón.
Lo mejor: Los secundarios de lujo: Oldman, Keaton, Jackson, Haley.
Lo peor: La supresión de todo tipo de conflicto.