Las constelaciones familiares han emergido como una herramienta poderosa en el ámbito de la psicoterapia sistémica, explorando las complejas interacciones dentro de las estructuras familiares y su impacto en la salud mental.

Las constelaciones familiares tratan con un enfoque terapéutico que busca desentrañar patrones inconscientes y conflictos dentro de los sistemas familiares. A través de representaciones simbólicas de los miembros de la familia, se visualizan las dinámicas subyacentes y se exploran soluciones para resolver conflictos y promover la armonía.

Algunas personas (terapeutas y pacientes) han respaldado la eficacia de las constelaciones familiares en la reducción del estrés, la mejora de las relaciones interpersonales y el alivio de síntomas psicológicos. Ahora, el individuo al permitir una mirada amplia a las relaciones familiares, esta técnica le puede ofrecer insights profundos que conducen a la resolución de conflictos y la sanación emocional.

Si bien, las constelaciones familiares revelan patrones repetitivos, lealtades invisibles y cargas emocionales que pueden estar afectando la vida de un individuo. Es por ello que, al explorar estas dinámicas ocultas, se abre la puerta a la comprensión y la transformación, permitiendo a las personas liberarse de patrones destructivos y encontrar una mayor autenticidad en sus relaciones.

Por ende, este tipo de terapia alternativa se utiliza para explorar y sanar conflictos en las relaciones familiares, identificando patrones ocultos y dinámicas sistémicas que afectan la vida emocional de los individuos. Así pues, esta técnica apoya a revelar las influencias de generaciones pasadas y como consecuencia, a resolver lealtades inconscientes que pueden obstaculizar el bienestar presente.

Además, las Constelaciones Familiares también funcionan para proporcionar claridad sobre los problemas familiares, promover la comprensión y la aceptación, facilitando la reconciliación con el pasado, ya que, permiten a los individuos liberarse de cargas emocionales no resueltas y encontrar un equilibrio más saludable en sus relaciones.

Por lo tanto, a las Constelaciones Familiares se les considera una herramienta poderosa para explorar y transformar las dinámicas familiares, promoviendo el crecimiento personal y el bienestar emocional, en consecuencia, este enfoque holístico busca restaurar el equilibrio en el sistema familiar y promover una mayor armonía en la vida de los individuos.

A pesar de su popularidad y uso extendido en la práctica clínica, es importante destacar que las constelaciones familiares no han sido plenamente reconocidas, ni respaldadas por la comunidad científica en su totalidad. La falta de reconocimiento científico se debe principalmente a la escasez de estudios rigurosos que validen sus efectos terapéuticos de manera empírica. Aunque algunos estudios han sugerido beneficios terapéuticos, la mayoría carece de diseño experimental sólido, muestras representativas y seguimiento a largo plazo para respaldar afirmaciones conclusivas sobre su eficacia.

Además, las constelaciones familiares se han encontrado con críticas debido a su enfoque metafórico y simbólico, que puede carecer de fundamentos científicos sólidos. La naturaleza subjetiva de las interpretaciones durante las sesiones y la falta de una teoría clara sobre los mecanismos de cambio también han generado escepticismo en la comunidad científica.

De manera que, si no tienes idea de lo que es la terapia de las constelaciones familiares, puedes ver la serie turca “Mi otra yo”, la cual ha causado sensación en Netflix, despertando la curiosidad sobre todo por la terapia de las constelaciones familiares. La trama sigue a un grupo de amigas que se unen a un taller de constelaciones familiares para ayudar a una de ellas que enfrenta un diagnóstico de cáncer, la terapia es dirigida por un terapeuta constelador, explorando cómo los eventos del pasado de sus antepasados han afectado sus vidas.

Este interés generado por la serie ha llevado a un aumento en las consultas sobre las constelaciones familiares en centros especializados y a una búsqueda en Google sobre este tema.

Por otro lado, Bert Hellinger, el creador de esta terapia, planteaba que los miembros de una familia se influyen mutuamente y que ciertos desórdenes en estas dinámicas pueden causar problemas de salud mental o física. En síntesis, las Constelaciones Familiares son un método terapéutico que aborda los problemas emocionales y las dinámicas familiares, esta terapia surgió a partir del trabajo de su creador, quien combinó sus experiencias como misionero y sus estudios en filosofía, teología y psicoanálisis para desarrollar este enfoque único.

El tratamiento de las constelaciones familiares implica descubrir y resolver estos desórdenes, lo que se realiza a través de talleres y sesiones dirigidas por facilitadores capacitados. Aunque esta terapia no está regulada por el Ministerio de Salud, muchos la consideran una práctica complementaria útil para abordar problemas emocionales y mejorar las relaciones familiares.

Las constelaciones familiares también ofrecen un enfoque innovador y poderoso para abordar los desafíos emocionales y relacionales. A través de la exploración de las dinámicas familiares, esta práctica promueve la sanación y el crecimiento personal, ofreciendo una nueva perspectiva sobre la complejidad de las relaciones interpersonales.

Finalmente, aunque las constelaciones familiares pueden ofrecer beneficios terapéuticos para algunas personas, su falta de respaldo científico sólido limita su reconocimiento y aceptación dentro de la corriente principal de la psicología y la psicoterapia. De tal forma que, se requieren más investigaciones rigurosas y estudios controlados para comprender mejor su eficacia y mecanismos subyacentes antes de que puedan ser plenamente reconocidas por la comunidad científica.

¿Ya habías escuchado sobre esta práctica? ¿Has experimentado alguna sesión?

Bibliografía:

Ortiz-Tallo, Margarita & Gabriele Gross. “Las Constelaciones Familiares de Bert Hellinger: Estudio de Caso.” Journal of Transpersonal Research. Vol. 6. N°. 2. Universidad de Málaga. Málaga, España. 2014. pp. 19-28. Web 30 de marzo del 2024.