La enfermera Shirley Millard registró su experiencia con las víctimas del gas mostaza por escrito: “Algunos tienen los ojos y la cara completamente devorados por el gas y sus cuerpos están cubiertos con quemaduras de primer grado, debemos tratar de aliviarlos echándoles aceite”.
Según sus testimonios, los pacientes no se podían ni tocar, aparte que sus pulmones prácticamente se habían quemado.
Esa noche los alemanes dispararon 50.000 proyectiles de artillería llenos de gas mostaza contra los soldados británicos estacionados cerca de Ypres.
El gas mostaza se designa oficialmente como sulfuro de bis (2-cloroetilo) (C4H8Cl2S). Otros nombres para el gas mostaza son, por ejemplo; Schwefellost o Yperit (porque se utilizó por primera vez en Ypres).
El gas mostaza es un agente de guerra cutánea y un agente de guerra pulmonar, a diferencia del gas fosgeno y el gas cloro, es que el gas mostaza se absorbe a través del sistema respiratorio y también a través de la piel, si un soldado entraba en contacto con el gas mostaza le causaba un dolor extremo y si el contacto era demasiado prolongado el soldado se enfrentaba a una muerte larga y extremadamente agonizante.
El dolor causado por el gas mostaza era muy temido entre los soldados, comparable a las quemaduras por ácidos y quemaduras químicas en general.
En la piel se formaban ampollas de hasta 30 cm, de color amarillo, que eran resultado de las quemaduras de hasta segundo y tercer grado.
Además, el tejido se destruía permanentemente y se inhibe la división celular, las extremidades que fueron golpeadas por gas mostaza en un área grande tuvieron que ser amputadas.
También ataca los ojos, causando ceguera que duraba un tiempo o para siempre, si un ser humano respira gas mostaza, los bronquios y la superficie de los pulmones se destruyen, el desdichado sufre dificultades para respirar y un fuerte dolor en la garganta, también hubo testimonios de náuseas, vómitos y diarrea.
Posteriormente y por último, se producen úlceras y necrosis en las membranas mucosas y ya cuando el paciente no tenía salvación moría generalmente a causa de una hemorragia interna.