Hoy en día cuidar el medio ambiente no es una acción muy frecuente por gran parte de la sociedad chihuahuense, mucho menos lo es por aquellos que tienen poder económico y se autodenominan inversionistas y empresarios.
Dicho esto me dí a la tarea de hacer una investigación a nivel local para indagar, comprobar, verificar y sacar cifras sobre aquellas minorías que están contaminando y destruyendo las areas naturales en la ciudad de Chihuahua.
Me veo influenciado por varios grupos ambientalistas de la ciudad, uno de ellos es el grupo Salvemos los cerros de Chihuahua, el cual desde hace varios años sus integrantes organizan manifestaciones pacíficas para ser escuchados por las autoridades y difundir la información referente a sus investigaciones previas que se han hecho sobre la contaminación y destrucción de las áreas naturales en la ciudad.
Se toma como punto de partida la contaminación del río Chuvíscar donde la procesadora de alimentos cárnicos Grupo Bafar obtuvo el permiso para descargar sus aguas tratadas sobre el mismo aproximadamente desde mayo de 2018. Su contaminación se ha reportado por vecinos de las colonias aledañas al río y al Parque Industrial Grupo Bafar desde el 2019, después de que comenzaran a descargar las aguas residuales de la planta tratadora sobre este.
Se han realizado diversos estudios por el Centro de Calidad Ambiental que revelaron que el agua residual de la planta tratadora de aguas de Grupo Bafar tienen una concentración de 28.76 miligramos de grasas y aceites por litro de agua residual descargada, superando el límite máximo permisible de 25 mg/L establecido en la norma oficial mexicana de aguas residuales de 1996 (NOM-001- SEMARNAT-1996).
Esto quiere decir que las aguas vertidas en el río por Grupo Bafar tienen un exceso de ácidos grasos ya sea de origen animal, vegetal o de hidrocarburos de petróleo, que podrían ser perjudiciales para la salud y el medio ambiente. Aún no se consagra un acuerdo entre las autoridades y la empresa como tal para que este abuso al manto acuífero pare de una vez, pero se requieren al menos otros dos estudios de laboratorio para lograr proceder con un amparo.
Por otra parte el peligro que corre un área natural contenedora de flora y fauna al norte de la ciudad de Chihuahua, el Cañón del Marro. Existen varios megaproyectos que insisten en urbanizar aquella zona y hacer crecer aún mas la mancha urbana a rumbos dónde el daño puede ser fatal.
El líder del grupo Salvemos los cerros de Chihuahua, Andrés Rivera mencionó que el Cañón del Marro se encuentra en trámites para declararse como Área Natural Protegida ante el Municipio de Chihuahua ya que por ahí cruzan el río del Embudo Grande y el arroyo El Caloriento, vitales para la recarga de los mantos acuíferos al norte de la ciudad.
Por otra parte ese lugar ya se está urbanizado a sus alrededores y la mancha urbana sigue creciendo más sin tomar en cuenta varios factores que deberían impedir realizar la construcción que son; el paisaje, el ambiente, los arroyos, la flora y la fauna.
Dicen los voceros responsables de los megaproyectos que en esa zona no existen animales y ni una sola planta. Contrasta, ya que se demuestra que está rebosante de vida y a pesar de que sí los había ya los destruyeron con el avance de la urbanización.
La zona del Cañón del Marro es hábitat de venados, zorros y víboras de cascabel de diferentes tipos que son una especie protegida en peligro de extinción, y la pena por matar un ejemplar puede llegar hasta los nueve años de cárcel.
Algunos de los proyectos que avanzan más a la zona del cañón son; Materiales Industriales de Chihuahua, con el fraccionamiento como Puerta Rivera Real, entre otros.
Se concluye en que es la propia autoridad municipal la que aprueba los usos de cambio de suelo y otorga permisos para seguir con las construcciones en lugares donde no debe haber urbanización. Para finalizar, hay que tener encuenta que de seguir en el rumbo actual el Día Cero para la ciudad de Chihuahua se acerca. Se prevé que pueda ocurrir en menos de dos décadas, es decir, que en menos de 20 años ya la ciudad no tendrá perspectiva de seguir existiendo por la falta de agua, lo que Andrés Rivera calificó como muy grave.
Omisiones, grasas y aceites: la historia (no) oficial entre Bafar y el Río Chuvíscar
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