Bernardino de Sahagún fue un fraile franciscano que recolecto los conocimientos de los habitantes indígenas después de la conquista. Es considerado un pionero de la etnología. Nace aproximadamente (1499/1500), en (1512/1514) entra a Salamanca a estudiar y en 1524 se ordena sacerdote. En el año de 1529, hace el viaje que cambiara su vida radicalmente hacia Nueva España, con Fr. Antonio de Ciudad de Rodrigo y otros diecinueve religiosos.
Su interés por recolectar el pensamiento del nuevo mundo surge a partir de darse cuenta de que los indígenas, a pesar de haber aceptado el bautizo y con ello la religión cristiana, continúan adorando a sus dioses antiguos.
“Los pecados de la idolatría y ritos idolátricos, y supersticiones idolátricas y agüeros, y abusiones y ceremonias idolátricas, no son aún perdidos del todo. Para predicar contra estas cosas, y aun para saber si las hay, menester es de saber cómo las usaban en tiempo de su idolátrica, que por falta de no saber esto en nuestra presencia hacen muchas cosas idolátricas sin que lo entendamos.”
Es 1547, Fray Motolinía asigna a Sahagún la tarea de recolectar su pensamiento ancestral para así crear nuevas formas de evangelización, para esto recluta a un grupo de la nobleza indígena, el cual mama la cultura de occidente. En el Colegio Santa Cruz, Tlatelolco, donde los frailes franciscanos imparten clases les enseñan a escribir en castellano, además de instruirlos en latín y libros clásicos, después de estar plenamente formados los envía con los antiguos sabios, aquellos que han sobrevivido a la conquista, para que recolecten las memorias de su antiguo pueblo es así como se va formando el libro que trataremos en este escrito denominado: Historia general de las cosas de la Nueva España. Escrito en Náhuatl y Castellano. De este libro se puede hacer una separación los escritos del Fraile franciscano y los textos recabados por los indígenas.
Respecto a su obra podemos fijar tres etapas bien definidas:
- En Tepeapulco, región texcocana, comenzó su obra de reunir materiales, hacia el 1548. El método consistió, primero, en que los antiguos sabios le pintaran y recogieran los datos en la forma en que solían en su infidelidad. Resto de esta primera recolección está en los Mss. De Madrid. Son las figuras de las fiestas, tan dignas de estudio y atención, aún como muestras de la manera de pintar antigua. Allí mismo hizo que se juntaran todos los principales con el señor del pueblo, que se llamaba. D. Diego de Mendoza, hombre anciano, de gran marco y habilidad, muy experimentado en todas las cosas curiales, bélicas y políticas y aún idolátricas.
- La segunda etapa fue en Tlatelolco. Fue mudado a ese convento a donde fue a morar llevando todas sus escrituras. Usó del mismo método y sistema allí.
- Fue trasladado a San Francisco el Grande, acaso por el 1565. Tres años tuvo sus Memoriales en las manos y los revisó con cuidado y afán. Fue en esta época en la que “se sacaron en blanco”, de buena letra, los doce libros.
Sahagún dedica el libro a Fray Rodrigo de Sequera quien es Predicador insigne de la Orden de los Frailes menores y Comisario General de toda la Nueva España y demás colonias, ya que este padre fue quien rescato de las garras del olvido a la obra del padre franciscano.
-Sahagún:
“Todos los escritores trabajan de autorizar sus escrituras lo mejor que pueden unos con testigos fidedignos otros con otros escritores que antes de ellos han escrito los testimonios de los cuales son habidos por ciertos otros con testimonio de la sagrada escritura A mí me han faltado todos estos fundamentos para autorizar lo que en estos doce libros tengo escrito y no hallo otro fundamento para autorizarlo, sino poner aquí la relación de la diligencia que hice para saber la verdad de todo lo que en estos doce libros se escribe Como en otros”
En 1829, surge la primera impresión del libro en México, dedicada al Papa: Pío VIII, las notas fueron hechas por Carlos María Bustamante. En el prólogo, Bustamante, construye un discurso en el cual su principal objetivo es poner a la religión cristiana por encima de las demás y argumenta que gracias a la luz evangélica se ha podido trascender para conocer la verdad y dejar atrás la idolatría a los falsos dioses. Es decir, gracias a la religión cristiana nos hemos salvado de caer en el infierno y este libro solamente es un recordatorio de la antigua sabiduría de los antiguos mexicanos.
“El hombre más insensible no puede dejar de derramar copiosas lágrimas y de sentir despedazársele el corazón al ver las innumerables víctimas de todos sexos edades y condiciones que anualmente se inmolaban en la vasta extensión del imperio de Motecuhzoma para satisfacer la insaciable sed de sangre humana que devoraba a sus falsos númenes al mismo tiempo que no puede dejar de bendecir el momento dichoso en que se presentó la luz evangélica y disipó las horrorosas tinieblas de la idolatría”
Esta dedicatoria es escrita el 12 de junio de 1829. Pío VIII, elegido papá tras la muerte de León XII ha prohibido la crítica de la razón de Immanuel Kant, cuando era prefecto de esta institución (1821-1829), por lo tanto, al tomar el poder, Carlos María Bustamante, se da cuenta de que existía un gran riesgo de poder sacar de circulación de manera efectiva el texto que se encontraba a punto de imprimirse de no exponer un argumento válido, para la impresión de este libro, se hubiese ordenado cancelar de manera inmediata. La dedicatoria hacia el Papa es una manera inteligente de asegurar que el texto continúe en circulación, pues además de ser una autoridad en la iglesia, también lo es en toda Europa y América e influye en las decisiones de los demás países, ya que sus palabras tienen un gran peso. México se encuentra recuperándose de una lucha de independencia en la cual, el autor de las notas estuvo activo como periodista y político por parte del estado de Oaxaca. Los países europeos se encontraban disgustados por el cambio tan radical de la monarquía a la república, además de resaltar que la autoridad papal cuenta con seis millones de fieles mexicanos.
“Vuestra Beatitud puede evitar oportunamente proveyendo con generosidad a las necesidades espirituales que nos aquejan olvidándose de que es príncipe temporal y que tiene relaciones políticas con varios soberanos de Europa que miran de mal ojo nuestras instituciones republicanas y acordándose de que principalmente es Padre universal de la Iglesia de Jesucristo mereciéndole, por tanto, mucha consideración seis millones de fieles mexicanos que lo aman y veneran y que solo de vuestra justicia y magnanimidad esperan el remedio De cuánta amargura no se llenaría vuestro sensible.”
La verdadera necesidad de imprimir esta crónica es la falta de identidad que se tiene, pues se ha pasado de ser súbditos de España a la independencia total y por esta no solo se encuentra la económica sino también la cultural y política. La más difícil de llevar a cabo es la cultural. Nueva España, ahora México, está obligado a unir a los mexicanos de inventar una identidad, un nuevo discurso apoyado del pasado prehispánico. Es así como surge la primera impresión de Historia general de las cosas de la Nueva España. Donde se reúnen los tres sujetos principales de la sociedad mexicana: Indígena, mestizo y español. No existe mejor texto que aquel en que convergen dos discursos con un mismo objetivo el pasado de los antiguos mexicanos. El primero, de un padre franciscano preocupado por crear nuevas maneras de evangelización y el segundo, de indígenas educados de una manera occidental donde intentaran recopilar la poca a través de sabios autóctonos que logran sobrevivir a la conquista. En conclusión, el objetivo de la primera impresión del libro en México ha sido construir una nueva identidad con base en las crónicas que guardan el poco pasado que sobrevivió a la conquista.
“En 1938 salió a la luz la espléndida edición de Robredo: no se hallan ejemplares ya. En 1946 Acosta Saignes preparó la utilísima y manejable, fácil de adquirir por su bajo precio: también van siendo muy escasos los ejemplares”
La decimoprimera edición, segunda reimpresión, que publica Porrúa en 2016. En su proemio general menciona:
“Bien es que no todos los que compran el libro lo leen: a veces ni siquiera los que lo citan. Pero el solo ser adquirido supone que es un libro que en nadie suscita indiferencias” (Sahagún, F. B., 2016)
Después de más de cinco siglos, Sahagún sigue siendo una lectura obligada para adentrarnos al pensamiento de la conquista. Tenemos que tomar en cuenta que no todo lo que escribió tiene verosimilitud, pues existe el peligro que los viejos sabios no hubiesen querido colaborar con los conocimientos reales e inventaran significados o falsa información a los ayudantes del fraile encargados de escribir los textos. Las crónicas, en este periodo, han resurgido, pues gracias a los medios electrónicos se han podido divulgar a todo aquel que desee acceder a estas. También, han servido para relacionar los basamentos piramidales con algún pasaje o capítulo que hable sobre el lugar en donde se descubrió. En un mundo globalizado donde cada vez es más fácil la homogeneidad entre sociedades de distintos países, se ha intercambiado la identidad nacional por la global. Estos escritos resurgen para intentar cohesionar al pueblo mexicano, como en su primera edición en 1829 solo que esta vez no es para crear la identidad nacionalista sino para recordarla.