Lise Meitner fue una física alemana de origen judío, que por motivos del ascenso del nacionalsocialismo en Alemania en los años 1930’s, tuvo que huir a los Estados Unidos. A pesar de haber sido parte fundamental en el descubrimiento de la fisión nuclear (es decir, la división de un átomo en dos o más partes) se rehusó firmemente a participar en el proyecto Manhattan, liderado por el físico estadounidense Robert Oppenheimer quien, a la postre, también era de origen judío. Lo que más impresiona de esto es que, a pesar de que las bombas nucleares producto del proyecto Manhattan fueron detonadas en Japón, el plan original era hacerlas detonar en Alemania, no solamente porque la nación teutona fuese su enemiga en el momento, sino por cuestiones ideológicas también, después de todo, el antisemitismo jamás había alcanzado niveles tan atronadores como los que se vivieron en la Alemania Nazi. Esto quizá fuese una motivación personal para que Oppenheimer trabajase en el proyecto, pero impresionantemente no lo fue para Meitner, quien siempre advocó la paz.
Meitner nació en 1878, era tan solo 11 años menor que Marie Curie, fue alumna del talentosísimo físico Ludwig Boltzmann (el descubridor de la entropía) en la Universidad de Viena, la cual recientemente había abierto sus puertas a las mujeres. Después se mudó a Berlín por un interés personal más no necesariamente académico, no obstante, ahí conoció al genial Max Planck, quien se convirtió en su mentor, pero también conoció a Otto Hahn, un químico que tenía su edad y se convertiría en su colega y amigo. Fruto de esta camarería y amistad surgieron fantásticos trabajos que hicieron en conjunto en el campo de la radiactividad. No obstante, en 1920, Meitner separó su camino, al menos profesional, de Hahn, y se acercó más y más a la física nuclear, un campo de la ciencia joven, contemporáneo de la física relativista y la física cuántica (de hecho, la física nuclear es sumamente distinta de la relativista, pero íntimamente cercana a la cuántica) campo que además ella ayudó a cimentar.
El mismo Albert Einstein llamaba a Lise Meitner “nuestra Marie Curie,” por supuesto, no en el mismo sentido en que nosotros nos referimos como una Marie Curie a cualquier mujer que muestre un talento excepcional en el campo de las ciencias naturales, sino porque Meitner, Einstein, Planck y Hahn pertenecían a la comunidad científica berlinesa, y Curie a la de Varsovia en Polonia. Pero seguramente la fama de Meitner debió llegar hasta Polonia y más allá, pues en su tiempo fue considerada una de las más brillantes físicas experimentales.
La escritora, investigadora y profesora de química estadounidense, Ruth Lewin Sime, la describe como una mujer que era originalmente tímida, pero que conforme fue adquiriendo confianza en sí misma se volvió una profesora asertiva, y su sobrino y colega, Otto Frisch, la llamaba “mandona” de forma bromista. Lewin Sime insiste en que en ocasiones ella se sentía intimidada por su juventud, ya que había alcanzado altos peldaños de la comunidad científica, no solo para una mujer de principios del siglo XX sino para una persona en general, pero que su pasión por la física le forzó a seguir avanzando.
También menciona algo que, si acaso, podría ser considerado una suerte de chisme que la autora menciona, que es similar a lo que se dice de Isaac Newton; ninguno de los dos se casó jamás. De Newton se suele decir, de forma un tanto guasona, que debió haber muerto virgen por su timidez con las mujeres, su profunda devoción tanto al cristianismo como a la física que él mismo fundó, la física newtoniana (que forma parte de la mecánica clásica y es su principal pilar) y que la mujer que amaba se casó con alguien más. En el caso de Meitner, Ruth Lewin afirma que quienes la conocieron afirmaban que jamás la vieron con amante alguno. Por otra parte, se dice que era una persona bastante sociable, agradable y que solía estar rodeada de amistades.
El trabajo más revolucionario e importante que escribió Meitner, que muy para su desagrado debió de haber sido fundamental para la manufactura de la bomba atómica en Los Álamos, Nuevo México, fue: “Desintegración de Uranio por Neutrones: un Nuevo Tipo de Reacción Nuclear,” texto que su sobrino, Otto Frisch, le ayudó a redactar y que solo fue posible debido a las observaciones experimentales realizadas por este. Según el físico experimental Gerardo Herrera Corral, “la explicación de la fisión nuclear es posterior a la observación o descubrimiento.” Con este breve texto, casi tan breve como el que publicó recientemente Roger Penrose que le ganó el premio nobel de la física el año pasado, Meitner y Frisch describen uno de los hallazgos más trascendentes, impresionantes y maravillosos de la Historia de la Ciencia, ¡Demócrito habría saltado de alegría! Pues Meitner se había percatado de que los átomos podían dividirse, y al hacerlo liberaban una cantidad inmensa de energía y radiactividad.
Lise Meitner murió en 1968, curiosamente, su imagen ha aparecido y desaparecido intermitentemente de la atención pública, caso similar al de la actriz e inventora Hady Lamarr (a quien le debemos en gran medida las tecnologías wifi, bluetooth e infrarrojo) donde de pronto se les celebra mucho, pero luego es difícil investigar sobre sus vidas (hemos tratado de escribir sobre Hady Lamarr, pero las fuentes sobre su persona son escasas). Es muy extraño también que, en el imaginario popular, por lo general son Einstein, Oppenheimer y Fermi a quienes más se les relaciona con la invención de la bomba atómica, ¡Cuando el primero ni siquiera formaba parte del proyecto Manhattan! Pues se consideraba un pacifista y un socialista (recomendamos leer el artículo llamado “¿Por Qué Socialismo?”, de Einstein) pero, aunque esto haya causado enorme tristeza a Meitner, ella fue clave fundamental para la bomba atómica.
Y es que la ciencia no es inocente, o al menos la humanidad no es inocente, pero así como la energía nuclear ha fungido como herramienta bélica, también es la base del tipo de energía más limpio y efectivo en la actualidad, la energía nuclear, y los avances que Meitner realizó en el campo de la física han permitido el desarrollo de campos como el de la mecánica cuántica. Detengámonos un momento a reflexionar lo que significó para ella y la humanidad entera, descubrir (o quizá mejor dicho, describir) cómo los átomos, esas extrañas partículas que componen todo el universo, podían ser divididas, rotas, que podemos descomponer la materia a un nivel atómico y generar energía de esta manera ¡Debió ser pequeño paso para la mujer, pero un gran salto para la humanidad!
Referencias:
Lise Meitner, A Life in Physics – Ruth Lewin Sime. Disponible en https://books.google.com.mx/books?hl=es&lr=&id=DpAaiQVep3MC&oi=fnd&pg=PP1&dq=lise+meitner&ots=vnDEN5V2o3&sig=OMdfEQ5ZUuLDSHHgRPJwgQSxtio&redir_esc=y#v=onepage&q=lise%20meitner&f=false
Desintegration of Uranium by Neutrons: A New Type of Nuclear Reaction – Lise Meitner y Otto Frisch. Disponible en https://sci-hub.se/https://www.nature.com/articles/143239a0
¿Porqué el Socialismo? – Albert Einstein. Disponible en http://revistaeconomiacritica.org/…/files/8_einstein_0.pdf
Agradecimientos especiales al Dr. Gerardo Herrera Corral por corregir este texto.