Einstein, quien es considerado, por una parte, importante de la comunidad científica, como uno de los más grandes pilares de las ciencias modernas y contemporáneas junto a Isaac Newton y Stephen Hawking, inicia su artículo preguntándose si es recomendable que alguien que no es experto en materia social y económica exprese un punto acerca del socialismo. A lo que este se responde a sí mismo con un rotundo sí, y comienza a discurrir sobre sus motivos.
Lo que es más interesante aún es el argumento de Einstein de que la metodología de la ciencia económica no es muy distinta de la de la ciencia física (por algo se le acuñó el término de “socialismo científico”).
Por supuesto, Einstein no era inocente y no ignoraba las dificultades a las que se enfrentan las ciencias sociales como la economía, y esto es, la subjetividad humana, que si bien está presente también en la física (principalmente en la rama que él mismo fundó, la relativista, y la cuántica fundada por Linus Pauling, Max Planck, Werner Heisenberg, entre otros científicos principalmente alemanes).
No obstante estas limitaciones, que son aceptadas por la academia de las ciencias sociales, Einstein se suscribe a la máxima marxista de que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, aunque lo hace con un lenguaje que no es necesariamente el económico, pues él considera que han sido las conquistas las que han hecho avanzar a la historia. Si bien Marx afirmaría que esto es una consecuencia de la organización económica de las culturas o civilizaciones, la perspectiva que nos ofrece Einstein es bastante marxista en el sentido de reclamo y crítica que realiza ante las grandes potencias de la historia, incluyendo su natal Alemania, que para cuando Einstein escribe esto solo pasarían unos cuantos años para que Hitler, el más férreo anticomunista y racista de todos los tiempos tomase el poder en München.
Como conclusión nos gustaría comentar que, si un científico que hoy en día es considerado como la inteligencia por antonomasia, uno de los más grandes genios de la historia de la humanidad, que rompió con nuestra concepción newtoniana de un tiempo y espacios absolutos, bueno, si él se tomó el tiempo para examinar el socialismo con todo el cuidado que su bagaje científico-social le permitió, entonces estimamos que también deberíamos de tomárnoslo en serio nosotros. Sobreabundan las caricaturas del socialismo, y tristemente estas son la visión que tiene la población en general respecto a esta doctrina política, filosófica, económica, sociológica, antropológica e historiográfica, y es muy común que se le critique al socialismo sin tenerse una idea clara de qué significa esto realmente. Por lo mismo, les recomendamos el texto de Einstein, que es ligero, ameno, y ofrece la perspectiva de un científico natural y formal sobre un tema que ha obsesionado a los científicos sociales por al menos tres centurias.