Por disposición oficial, el 5 de febrero se conmemora la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, acto que fue liderado por el ex presidente de México, Venustiano Carranza, mientras era acosado por una cruenta guerra de guerrillas liderada a su vez, por Francisco Villa, quien ya no fungía más como un General de División, como lo hiciera antes de que su ejército fuera derrotado por el primero. En este sentido, fue un acto político para legitimar el régimen carrancista, después de todo, su facción fue también conocida como constitucionalista, en este sentido, esta acción fue criticada por personajes antagonistas al coahuilense, tales como Felipe Ángeles, quien consideraba que no era más que una reedición de la Constitución de 1857, que Carranza simplemente firmaba con su nombre. Por otra parte, sus defensores afirman con beneplácito que la carta magna mexicana de 1917 precedió incluso las constituciones políticas de naciones consideradas revolucionaras como la de la propia Unión Soviética.
Algunos consideran que este fue el primer paso de llevar los anhelos de la Revolución Mexicana a las leyes, aunque otros considerarán que esto no ocurrió hasta las reformas propuestas por el también ex presidente Lázaro Cárdenas. En cualquier caso, esta se trata de una fecha cívica que, pese a la trascendencia de nuestra constitución, así como el hecho de que es un día feriado, no se ha cimentado tan profundamente en el consciente colectivo del mexicano, como sí lo hace el 16 de septiembre o el 20 de noviembre. Esto último hace que resulte curioso que el 5 de mayo sea mucho más recordado (sobre todo por el movimiento chicano), pero no considerado como fecha conmemorativa oficial mexicana.