El siguiente texto documenta los acontecimientos más relevantes dentro de la historia de la llegada del movimiento pentecostal más grande del mundo, Asambleas de Dios, a México por medio de movimientos misioneros.
La importancia del tema radica en el saber sobre la riqueza cultural, histórica y religiosa en México.
La Historia del Concilio de las Asambleas de Dios, el movimiento religioso de carácter pentecostal más grande del mundo tuvo su origen en la calle Topeka, en Kansas, Estados Unidos. Dicho movimiento fue iniciado por Charles Fox Paraham, pastor metodista que a los 27 años de edad fundó el Instituto Bíblico Bethel, en la ciudad estadounidense anteriormente mencionada.
De acuerdo a registros de la prensa, específicamente del periódico The Cincinnati Enquirer, el 1 de enero de 1901 durante un estudio de la Biblia, específicamente del libro de los Hechos, un grupo de alumnos del Instituto Bíblico Bethel comenzó a hablar en otras lenguas, llamando la atención del gobierno local qué hizo uso del trabajo de traductores profesionales para validar el fenómeno que ocurría en las instalaciones del instituto, quienes llegaron a la conclusión de que se trataba de 19 idiomas distintos y dialectos asiáticos. Fue así como nacería el pentecostalismo clásico que años más tarde llegaría a México por medio de misioneros estadounidenses.
El libro Historia de las Asambleas de Dios en México, del autor Alfonso de los Reyes, narra que el movimiento pentecostal clásico comenzó a difundirse al sur de Texas, Estados Unidos, por tres misioneros llamados: Henry Clio Ball, Alice Eveline Luce y Fransisco Orzabal quienes realizaron trabajos de evangelización con personas de habla hispana; derivando estos trabajos en el registro del Concilio de Distrito Latinoamericano que quedó oficialmente registrado en 1930, quedando constituido ante el gobierno de Texas como una Asamblea Autónoma.
Nacimiento de las Asambleas de Dios en el estado de Tamaulipas
El movimiento pentecostal de las Asambleas de Dios llegó a una comunidad rural ubicada en el municipio de Matamoros, Tamaulipas, en el mes de abril del año 1918 por medio de los misioneros estadounidenses Felipe Douglas y Miguel Guillén, quienes fueron guiados por los pioneros del Concilio Latinoamericano mencionado anteriormente en el presente texto.
De acuerdo a registros oficiales de las Asambleas de Dios, fue el Rancho La Rosita el primer lugar en recibir la doctrina pentecostal clásica, en dónde fue difundida a través de dos de las principales familias de la entidad, los Arreola y los Escobedo.
José Arreola fue el encargado de invitar a los habitantes de la población a los servicios pentecostales, siendo Modesto Escobedo y su esposa Juanita Martínez los primeros en aceptar la invitación para asistir a los eventos de lo que llamaban, la nueva religión.
Felipe Douglas fue asignado el primer pastor de las Asambleas de Dios en México, quién con ayuda del pastor Concepción Suárez logró expandir el movimiento, haciéndolo crecer de manera considerable.
Siendo la manifestación de hablar en otras lenguas el principal distintivo de las Asambleas de Dios, el movimiento causó la curiosidad de más número de habitantes de La Rosita, pero fue también el inicio de la persecución contra los seguidores del movimiento.
Denunciando ante las autoridades de Matamoros los concurridos cultos y lenguas extrañas consideradas brujería por los locales, la policía detuvo a los líderes de la organización, entre los que se destaca al pastor Concepción Suárez, quién al ser extranjero recibió la orden de no volver a México.
Siendo vigilados por las autoridades locales, los servicios pentecostales fueron cancelados al ser considerados una nueva religión que atentaba contra la religión tradicional de la época.
Después de semanas, Modesto Escobedo quien fue uno de los primeros habitantes en recibir la doctrina pentecostal, comenzó de nuevo con los servicios, reuniéndose de manera secreta en la noche, en los hogares de los congregantes que habían sido pastoreados por Douglas y Suárez.
Las reuniones secretas se prolongaron durante dos meses, hasta que el movimiento se expandió de manera oficial en La Rosita, dónde comenzaron a construir el primer templo cristiano, Bethel.
En breve, el movimiento se expandió al poblado de Santa Rita en Tamaulipas, dónde por medio de un comerciante llamado Florentino Vázquez, el señor Desiderio Blanco escucho del pentecostalismo, solicitando que se llevará a cabo una reunión en su hogar.
Modesto y Romualdo Escobedo, líderes de la iglesia Bethel en La Rosita viajaron al poblado de Santa Rita, en dónde después de advertir sobre la persecución contra el movimiento al señor Desiderio Blanco, se estableció un lugar de culto en su domicilio.
Alfonso de los Reyes narra en su libro que después de establecerse en Santa Rita, el movimiento se expandió en comunidades vecinas hasta llegar por medio del predicador Pablo Ruiz al Rancho La Venada, a 25 kilómetros del sur de Matamoros.
En 1926, el movimiento creció de manera exponencial debido a los trabajos evangelísticos de Manuel Cantú Ríos quien se dedicó a predicar en los poblados de San José, La Unión, Palo Blanco y La Reforma.
Mientras tanto, en 1927 Abraham Torres difundió el movimiento al centro de Tamaulipas en Crusillas y Burgos, de acuerdo a información fechada en 1968, firmada por el presbítero Manuel Cantú Ríos.
Braulio Flores difundió en 1923 la doctrina de las Asambleas de Dios en la ciudad de Nuevo Laredo.
El campesino tamaulipeco Eulalio González conoció el evangelio en 1923, en la ciudad de Houston, Texas. Recibió el mensaje por medio de Altagracia Aranza, y decidió congregarse el 17 de abril en la escuela dominical pastoreada por Antonio Rodríguez.
De acuerdo con los testimonios de los pioneros de Asambleas de Dios, Eulalio y su esposa Josefina decidieron mudarse al Municipio de Rancho Viejo, en el municipio de San Carlos en Tamaulipas, en dónde realizarán trabajos misioneros.
El 14 de octubre de 1925, los misioneros autóctonos llegaron a la Estación Carrizos, en Tamaulipas. Tras un viaje largo y lluvioso, el matrimonio decidió visitar el poblado de La Gavia en dónde conocieron a Bruno Echartea, quién se convertiría en uno de los principales difusores de la doctrina.
Junto a Echartea, el matrimonio viajó a Rancho Viejo, dónde presentaron la doctrina a su familia fielmente católica quienes al escuchar la predicación de Eulalio González, decidieron creer.
Fueron José Becerra, Julián Becerra, Guadalupe Becerra y José González Becerra los pioneros del pentecostalismo en el poblado de Rancho Viejo.
A diez kilómetros de Rancho Viejo, el mensaje fue trasladado al Rancho Santa María. En 1924, los misioneros Eulalio González y Josefina deciden regresar a Houston, Texas. Sin embargo, fueron convencidos para abrir una obra en el poblado Sultana del Norte, en Tamaulipas.
En 1926, ambos misioneros vuelven a visitar a Bruno Echartea en La Gavia en dónde celebraron un culto, al que la maestra de la localidad había prohibido asistir a sus alumnos.
Pese a la prohibición, muchos de los niños asistieron al servicio, incluyendo a la maestra que lo había prohibido.
A los días siguientes, la maestría endurecería la prohibición de asistir a los cultos de los protestantes, dónde el niño Osvaldo Olmeda y sus hermanos declararon que él seguiría asistiendo, por lo que fue castigado con azotes por parte de la maestra.
Raymundo Olmeda, uno de los hermanos azotados aquel día, fundaría el Instituto Bíblico Raymundo Olmeda de las Asambleas de Dios años más tarde, en el Templo El Redentor, de la Ciudad de Chihuahua, en operación actualmente.
Para octubre del año 1924 a mayo de 1926, la pareja de misioneros había dejado establecida de manera formal la obra asambleísta en Rancho Viejo y La Gavia.
Fuentes:
Obra: Historia de las Asambleas de Dios en México. Autor: De los Reyes, Manuel Alfonso.
Registros históricos Instituto Bíblico Raymundo Olmeda de las Asambleas de Dios.
Obra: El Movimiento Pentecostal. Editorial Cristiana de las Asambleas de Dios, 1999.
Pbro. José Cruz Espinoza, catedrático de la materia Historia de las Asambleas de Dios del Instituto Raymundo Olmeda.