Rebis, un artista plástico español de Ponferrada, es la prueba viviente de que nunca es tarde para cumplir los sueños. Con 42 años y tras años de trabajar en la industria farmacéutica y en otros empleos, Rebis decidió seguir su pasión por el arte, buscando crear un impacto accesible, ético y profundamente humano. En sus propias palabras, la clave de alcanzar los sueños es la motivación y el empuje, y sus experiencias de vida se traducen en una filosofía única: hacer del arte un bien común, disponible para todos. En un mundo en el que el arte suele considerarse inalcanzable o elitista, Rebis busca romper estas barreras, promoviendo un arte que, en sus propias palabras, “cualquiera pueda sentarse a su lado y hacer arte”.
Para Rebis, el arte es una forma de alfabetización emocional y mental. Su objetivo es crear obras accesibles y repetibles, inspiradas en un concepto que él mismo define como “arte comunista” o “altruista”, una idea que vincula al pensamiento de Tolstói, quien defendía que el arte debía ser un medio para la cohesión social y la apertura cultural. La filosofía de Rebis es clara: el arte no debería ser un privilegio para unos pocos, sino una herramienta que toda persona pueda usar y experimentar en su vida cotidiana. Esta postura se refleja en su dedicación a enseñar técnicas y métodos asequibles, en palabras de Rebis, “para no frustrar a la gente e invitarla de forma más cordial al mundo del arte”. Inspirado en su comunidad y en un deseo de inclusión, Rebis convierte su arte en una invitación a explorar, conectar y sanar.
Su recorrido personal también ha moldeado su visión sobre el arte. Rebis comenzó su formación en el Instituto Carrasco de Ponferrada y luego continuó sus estudios en la Universidad Europea de Madrid, donde experimentó la bohemia madrileña y se nutrió de la influencia de otros artistas, como Gerardo Aparicio. La experiencia le ayudó a construir su identidad artística y técnica, que es ahora la base de su expresión. Esta identidad se ha vuelto aún más compleja desde su diagnóstico de esquizofrenia, que Rebis ve no como un obstáculo, sino como un elemento inspirador que influye en su creatividad y en su obra, donde el color y la luz adquieren un papel crucial en su estilo. Para Rebis, la pintura es luz y color, mientras que el dibujo es una línea que en la superficie da forma a las ideas. El artista utiliza la pintura como una herramienta para “dibujar la escultura”, creando una conexión entre lo material y lo imaginario.
Rebis considera que su emocionalidad intensa es una fuente de potencial creativo, convirtiendo sus episodios en inspiración. Esta perspectiva conecta con el pensamiento del psiquiatra Carl Jung, quien enfatizó cómo el inconsciente puede ser una fuente rica de creatividad. En el caso de Rebis, sus delirios, lejos de apartarlo del arte, le han dado una perspectiva única para expresar emociones e ideas profundas a través de la forma y el color. Cada obra suya se convierte en una especie de enclave pictográfico que permite explorar las profundidades de la mente humana, una extensión de su propia experiencia y un recordatorio de que el arte también es una vía de sanación mental. “El arte es salud mental”, afirma, considerando que a través de la pintura se puede desarrollar y alimentar el cerebro.
Como parte de su misión, Rebis busca crear un espacio donde la gente pueda experimentar la expresión artística de forma más inclusiva. Cree en el poder del trabajo en equipo y en la capacidad del arte para unir a las personas. Como él mismo afirma, “el trabajo atrae a la gente”, una idea que comparte con filósofos como John Dewey, quien defendía que la experiencia artística es esencial para el crecimiento personal y social. Rebis también ve el arte como un compromiso ético, algo que no debe restringirse a una búsqueda de éxito personal, sino que debe tener un propósito social. La obra de Rebis es, en este sentido, un testimonio de su disposición a “vivir del arte honradamente” y de su deseo de construir una práctica que inspire y conecte con los demás.
Para Rebis, los colores de sus obras representan una conexión profunda con su identidad, una expresión que busca no solo cautivar, sino también resonar emocionalmente con el espectador. Esta relación íntima con su arte es un recordatorio de que cada artista refleja algo de sí mismo en su trabajo, una visión que Rebis aplica como un principio básico de su filosofía artística. En este sentido, se conecta con la idea de que el arte, más allá de ser una forma de entretenimiento o decoración, es una extensión del alma humana y una forma de comunicación esencial que debe estar disponible para todos. La obra de Rebis es un recordatorio de que el arte no solo tiene el poder de embellecer, sino también de abrir caminos hacia una mejor comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
Para quienes deseen seguir de cerca el trabajo de Rebis y explorar su propuesta de arte inclusivo y accesible, pueden seguirlo en su cuenta de Instagram [@rebis](https://www.instagram.com/p/C_UUkbACpIc/?igsh=MWZvbng4eGpmdHZkaA==). Allí comparte tanto sus obras como reflexiones sobre el papel del arte en la vida cotidiana, invitando a sus seguidores a descubrir y participar en su visión artística.
———————————————————————————————————————————–
FUENTES
– Tolstói, L. (1897). *¿Qué es el arte?*. Editorial Losada.
– Jung, C. G. (1964). *El hombre y sus símbolos*. Ediciones Paidós.
– Dewey, J. (1934). *El arte como experiencia*. Fondo de Cultura Económica.