[En colaboración con Alicia Meixueiro]
“Siempre hay alguien dispuesto a ayudar, si se puede”
Sarahí Amador, de 26 años, se graduó de la Universidad del Valle de México (UVM) con un título en fisioterapia. Tras concluir su carrera y trabajar en ese campo, decidió orientar su formación hacia la fisioterapia infantil. Actualmente, se especializa en esta área y desempeña su labor en D.A. Psicointegral.
Durante una entrevista, Sarahí Amador nos explica acerca de su trabajo y de las razones que la llevaron a dedicarse a la fisioterapia, compartiendo varios recuerdos que la inspiraron a seguir en este camino.
Desde niña, Sarahí Amador ha sentido una profunda atracción por los caballos y las terapias asistidas con equinos, lo que fue crucial para sus inicios en esta disciplina. Al crecer, decidió especializarse en esta práctica, impulsada por esa pasión temprana. Durante nuestra conversación, compartió historias y experiencias significativas de su proceso de aprendizaje.
Uno de los aspectos más intrigantes que Sarahí compartió es la hipersensibilidad de los caballos, especialmente hacia personas con diferentes tipos de desarrollo, lo que facilita enormemente la relación entre el animal y la persona. En el ámbito de la equinoterapia, existen técnicas especializadas, como la selección de un caballo específico para cada niño. Por ejemplo, un niño hiperactivo se beneficia de un caballo tranquilo, mientras que un niño apático puede responder mejor a un caballo activo. Sarahí destacó cómo estas combinaciones han producido avances relevantes en el progreso de los niños.
La equinoterapia también se aplica de diversas maneras. La entrevistada explicó que los métodos pueden variar y mencionó un dato interesante: es preferible montar al caballo sin montura para que el calor del animal pueda beneficiar los músculos del infante. Citó el caso de una niña con cuadriparesia espástica, una condición que impide mover las cuatro extremidades, y cómo el calor del caballo ayudó a relajar sus músculos.
Aunque Sarahí tiene una gran pasión por la equinoterapia, su vida tomó un giro inesperado que la llevó a su situación actual. Desarrolló un interés por trabajar con niños y, junto a su hermana, se unió a un programa de acogida familiar. Cuando una niña fue adoptada por una mujer en Juárez, ambas se hicieron amigas de la adoptante, quien les habló de un proyecto iniciado por unas jóvenes en Hermosillo.
D.A. Psicointegral es una franquicia con más de 12 años de operación. Sarahí se unió al proyecto en la sede número 45, ubicada en Chihuahua, la cual en febrero está por cumplir un año de funcionamiento.
Junto a su hermana, Sarahí asume el rol de directora y también ejerce como terapeuta, centrando su trabajo en el área motriz. Su objetivo principal es que los niños desarrollen la coordinación y el equilibrio necesarios para mover sus cuerpos con libertad y sin dificultad. Actualmente, tienen bajo su cuidado a aproximadamente 35 niños.
Al comenzar con este proyecto, Sarahí y su hermana viajaron a Hermosillo para recibir cursos y formación que les ayudarían en su trabajo. Participaron en diversos cursos que contribuyeron significativamente a su aprendizaje y mejoraron sus habilidades como fisioterapeutas, acumulando gradualmente la experiencia necesaria para brindar un mejor apoyo a los niños.
Los niños inscritos en este centro son diversos, incluyendo aquellos con TDAH, autismo y síndrome de Down, entre otros. Sarahí explicó cómo cada niño puede enfrentarse a múltiples desafíos, especialmente en el aspecto emocional. Aunque no pueden proporcionar diagnósticos formales, tanto ella como su equipo están capacitados para identificar las alertas y trabajar en las áreas que necesitan atención.
Sarahí no está sola en este proyecto. Cuenta con un equipo compuesto por una psicopedagoga, una psicóloga y dos auxiliares con formación en educación especial. Este grupo de profesionales se apoya mutuamente para cubrir todas las necesidades de los niños.
Sin embargo, el trabajo no está exento de tensiones. La entrevistada relató que en ocasiones siente la carga del trabajo sobre sus hombros. Los niños pueden entrar en crisis que a veces se confunden con berrinches. En tales situaciones, recurren a un “tiempo fuera” para evitar que los niños se hagan daño a sí mismos o a otros, un enfoque distinto al tiempo fuera comúnmente entendido.
Para ilustrar cómo se maneja el “tiempo fuera”, Sarahí compartió la historia de un niño de 11 años que entró en una crisis y necesitó ser contenido con un fuerte abrazo de oso, una técnica que a menudo logra calmar a los infantes.
Además, Sarahí no solo se enfoca en los niños, sino también en escuchar a los padres, quienes a menudo pueden sentirse asustados. Al brindarles un espacio para desahogarse y ser escuchados, se les ayuda a sobrellevar mejor las terapias de sus hijos, dando como resultado que salgan más tranquilos y satisfechos.
Por otro lado, también hay aspectos positivos en este trabajo. Los momentos más gratificantes son ver cómo los niños logran progresar durante las sesiones de terapia. La entrevistada compartió dos historias sobre niños que usualmente se negaban a hablar, pero durante las terapias comenzaron a soltarse lentamente hasta llegar a entablar pequeñas conversaciones con otros niños o con sus familias.
Al finalizar la entrevista, Sarahí dejó unas palabras importantes que a menudo son necesarias de escuchar: “sí se puede”. Esta frase puede marcar una diferencia en la vida de un niño. Sarahí explicó cómo decirle a un niño que no puede con diversas actividades, como en la escuela, puede dejar una herida tanto en los padres como en los niños y que incluso uno como adulto muchas veces es necesario también escuchar aquellas palabras.
El trabajo de Sarahí Amador no solo tiene un impacto positivo en el desarrollo físico y emocional de los niños, sino que también deja una huella en las familias y en quienes la rodean. Sus historias de progreso y sus palabras alentadoras, como el simple, pero poderoso “si se puede”, son un recordatorio de que el apoyo, la confianza y la motivación pueden marcar una diferencia significativa en la vida de cualquier persona, independientemente de su edad o situación.
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