Por muchos años, la glorieta en los cruces de Trasviña y Retes y División del Norte sostuvo un inmenso contenedor de agua que surtía a la colonia San Felipe.
“El pozo de San Felipe”, así lo llamaban los chihuahuenses a esta estructura (antes de la del General Felipe íngeles). En 1989 se realizó la escultura en bronce que sustituiría a “El pozo de San Felipe”: una estatua del general Felipe íngeles.
Nacido en el estado de Hidalgo en 1868, íngeles formó parte del movimiento maderista durante la Revolución. Murió fusilado en Chihuahua en 1919.
Este monumento está dedicado totalmente a la memoria de quien se distinguió como uno de los militares más preparados durante la Revolución Mexicana y uno de los más populares.
El Gral. Felipe íngeles cursó sus estudios militares en México y Francia. Siendo un destacado miembro del ejército porfirista, se unió al movimiento revolucionario encabezado por Francisco I. Madero, quien lo consideró como uno de sus hombres de confianza.
Por su experiencia en artillería y sus conocimientos de estrategia fue comisionado a la División del Norte, donde contribuyó con el Gral. Francisco Villa, para lograr importantes triunfos a favor de la revolución.
Dicha estatua en bronce, es obra del escultor Carlos Espino.