Alrededor de 1736, Joaquín Pereira solicitó ante el cabildo un lote en las afueras de la Villa San Felipe el Real, hoy Chihuahua, el cual traspasó a Miguel Tomé Domínguez con el fin de que allí debería de construirse una capilla dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe.
En 1758 la capilla de Guadalupe se había construido junto a otra más antigua. La calle y la alameda eran conocidas con el mismo nombre. En 1771 Don Pedro de Caderecha empezó a reunir donativos para un templo más suntuoso en el lugar, a lo que se sumaron cerca de dos mil pesos obtenidos en corridas de toros. El comandante general don Pedro de Nava contribuyó con empeño y dinero, para iniciar la obra en abril de 1793, dirigida por Juan de Pagaza Urtundúa, que sería continuada por Pablo Ochoa y terminada por su sobrino Simón en 1825 y fue bendecido por el Padre Mateo Sánchez ílvarez el día 11 de diciembre, en la víspera de la actividad religiosa dedicada a la Virgen de Guadalupe.
Su puerta es de madera y enmarcada en cantera, arriba tiene una venta en forma de pentagonal, con un vitral. En la torre izquierda se logra ver tallada una inscripción que dice: “Construida en el año de 1886” ya que en un principio tan sólo se construyó una torre. Las estatuas de cantera que adornan el frontón pertenecieron al templo jesuita hasta su demolición fueron trstaladadas al frontispicio del santuario que fue inaugurado en 1825. Los diez lienzos con pasajes de la vida de la Virgen María proceden también del templo jesuita de Loreto y la imagen de la Guadalupana que preside en el altar mayor es una copia realizada por Miguel Cabrera y está flanqueada por las banderas de México y del Vaticano. Los confesionarios también están elaborados en mármol.
Al entrar se logra ver las estaciones del Viacrucis en bellos relieves y los ángeles representados en sus hermosos vitrales. Entre los arcos de la cúpula se encuentran las escenas de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego que fue canonizado el 31 de julio de 2002, por supuesto, rodeado de rosas, para después aparecer en un monumento especial que se le dedicó en 2007.
En el atrio descansan los restos de reconocidos chihuahuenses de principios del siglo pasado, en las lápidas se pueden leer los apellidos como Mí¼ller, Elías, Maceyra, Ketelsen, Meyer o Ahumada; don Manuel Gameros y su amada Elisa Mí¼ller. Bajo una tumba de mármol blanco se hayan los restos del general Luis Terrazas , muerto en 1923.
Incluso se pueden admirar sus hermosos monumentos mortuorios, como la bella dama en la tumba de Carmen Salas, que dejó su fortuna a un hospital; el ángel de Carolina Gosch de Mí¼ller o la Virgen del doctor Canuto Elías.
Llamado uno de los siete templos porque en su tiempo eran los únicos en la ciudad. Donde podrás admirar en la plazoleta que se encuentra al frente del Santuario, con sus jardines, sus fuentes y el monumento a la Madre.