Pocos saben la legendaria trayectoria de Héctor Espino -beisbolista mexicano, nativo de Chihuahua-, también conocido como: “Niño asesino”, “Niño Espino”.
Héctor “el Niño” Espino es considerado el mejor bateador mexicano de todos los tiempos; temible con el bate, con una gran capacidad para dar el batazo oportuno. Es considerado el jugador que conocía a los lanzadores rivales antes de enfrentarse a ellos.
Desde 1985 es miembro del Salón de la Fama del Béisbol Profesional en México, lugar que se ganó debido a la gran cantidad de marcas establecidas en sus 24 temporadas en la liga de verano y en la de invierno.
El 10 de marzo de 1998 el Gobernador del estado de Chihuahua, Francisco Barrio Terrazas, ordenó poner la estatua de Héctor “el Niño” Espino, en homenaje a su gran desempeño como beisbolista y distinguido chihuahuense que proyectó el béisbol en México y en el extranjero.
La estatua está ubicada en el exterior del estadio de beisbol “Manuel L. Almanza”, en la Ciudad Deportiva, sobre la Av. División del Norte.