Hay escritores que persiguen lugares e historias con que inspirarse a crear relatos y entretener a los demás. Dedican algún tiempo en tal casa donde puedan absorber la información que reúnan para su libro o se aíslan de todo a fin de evitar distracciones. Hay quienes escriben sobre el pasado y tratan de recrearlo con adornos de su imaginación. Muchos quisieran vivir algo fascinante y plasmarlo en papel. Luego está Jack London, quien toda su vida parece que fue escrita por él.
El comienzo de su vida fue un tanto agitada: su padre no lo aceptó como hijo y se alejó de la familia; su madre padeció de mala salud, por lo fue criado por una sirvienta —antigua esclava, de hecho—. Encontró su escape del mundo real en los libros, de toda clase y tipo que encontrara en la biblioteca. Después de ganar un concurso periodístico su madre lo apoyó en seguir con la escritura.
Antes que nada, tuvo que trabajar de lo que pudiera para subsistir: marinero, pesquero, cazador, minero y vagabundo (infiltrado). Se fue a Alaska con la ilusión de encontrar oro y solo consiguió escorbuto, pero regresó a San Francisco con suficiente material para sus primeras obras de éxito. Colmillo blanco, La llamada de lo salvaje y Encender una hoguera lo catapultaron a la fama como escritor.
También navegó las aguas del océano Pacífico, en calidad de marinero, pescador, periodista y corresponsal de guerra —esto último varias décadas antes que Ernest Hemingway—. Junto a su segunda esposa, Charmian Kittredge, escribió otras historias de su viaje a bordo de su embarcación Snark.
London fue un defensor de la vida humana, particularmente de los obreros y las minorías. La Revolución mexicana lo motivó a escribir El mexicano; el fascismo le invitó a escribir El talón de hierro —novela distópica publicada 24 años antes que Un mundo feliz, de Aldous Huxley—; se infiltró como vagabundo en las condiciones infrahumanas de Londres para su libro-reportaje La gente del abismo (1903), y una pandemia como tema central en La plaga escarlata (1912)—previo a la gripe de 1918— sitúan a London como un aventurero visionario.
Algunas de las novelas e historias cortas más famosas de Jack London.
Su amor por la literatura lo llevó a buscar todas las experiencias posibles. Como parte de su trabajo se obligaba a escribir mil palabras al día —con esta última palabra se cuentan 382—, que no le era difícil. Llegó a construir una mansión donde su biblioteca personal contenía quince mil libros; pero un incendio consumió todo. Por sus publicaciones en periódicos, revistas y libros, Jack London fue conocido como el primer gran escritor mejor pagado del mundo en su época.
Aunque siempre tuvo mala salud y sus gastos excedían a sus ingresos, la literatura de London abarcó diversos temas sociales, históricos, antropológicos y periodísticos, desde la ciencia ficción hasta la filosofía. Sus obras cuentan con varias adaptaciones para el cine y la televisión. Su influencia en el mundo actual es innegable pese al aniversario de su muerte hace 114 años. Lo más increíble de todo es que hizo de su vida una aventura y murió a los 40 años.
¡Preferiría ser cenizas que polvo! Preferiría que mi chispa se queme en una brillante hoguera a que sea extinguida por seca desintegración. Preferiría ser un espléndido meteoro, cada átomo en mí en magnífico resplandor, que un soñoliento y permanente planeta.
— Jack London (1916).
Referencias
Ingram, S. (2020). La vida de Jack London fue tan salvaje como sus libros. Historia National Geographic. Sitio web: https://www.nationalgeographic.es/historia/2020/02/la-vida-de-jack-london-fue-tan-salvaje-como-sus-libros
Víctor Moreno, María E. Ramírez, Cristian de la Oliva, Estrella Moreno y otros. (2020). Biografía de Jack London. Buscabiografías.com. Sitio web: https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/1551/Jack%20London
AlohaCriticón (s, f). Jack London. Sitio web: https://www.alohacriticon.com/literatura/escritores/jack-london/