¿Cómo podemos definir la realidad?, ¿de qué manera podemos asegurar incluso nuestra propia existencia? Estas son preguntas que, no solo son planteadas en la filosofía antigua y retomadas por René Descartes, sino que hoy en día han tomado más fuerza a raíz de una trilogía de películas llamada Matrix, donde se replantean estas cuestiones metafísicas, pero no solo eso, sino que se pone en duda la realidad, la existencia y la humanidad misma. Gracias a esta película, en nuestro presente, muchas personas comenzaron a cuestionar si la realidad es lo que vemos o tal vez todo es solo una ilusión.
Para Descartes, la duda fue la base para poder llegar a sus conclusiones, el poner en duda las imaginaciones de sus sueños, también dudar de todo aquello que ve, que toca, y huele, pero no únicamente esto, sino que aún fue más allá, dudar de la existencia de todo lo creado, inclusive si en realidad las personas que él miraba eran en realidad personas o no, y todo esto para poder llegar a una conclusión verdadera.
Al igual que René Descartes, en Matrix, se pone en duda la realidad misma, dando por hecho que todo es producto de ese “genio Maligno” el arquitecto, pero hay una cosa que sobrevive a la falsedad de la Matrix, algo que no pudo ser creado por ese genio malvado, eso es el pensamiento humano, la razón.
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Dentro de la película Matrix, una de las cuestiones más sobresalientes es la siguiente: “¿Qué es real?, ¿cómo defines lo real? Si estás hablando de lo que puedes sentir, lo que puedes oler, lo que puedes saborear y ver, entonces lo real son simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro.” (Laurence Fishburne. Morfeo). Tal pareciera que es Descartes quien escribe estas líneas y nos cuestiona sobre la realidad de la existencia de todo lo que nos rodea, inclusive de nosotros mismos, pero ya de antemano dándonos en esta pregunta su propia conclusión.
En su cuarto discurso, Descartes profundiza sobre su concepción de la realidad, la razón y como podría él estar seguro de que él en realidad existe. En esta parte, el filósofo francés se propone dudar de todo y creyendo que él, como humano, es propenso a equivocarse, pero todo esto lo hace con una razón objetiva y precisa, poder llegar, sin ninguna influencia a una conclusión verdadera.
De manera casi inmediata él llega su conclusión “yo pienso” este es un razonamiento en el que estoy totalmente de acuerdo, el ser humano fue creado con la capacidad de pensar y razonar, y digo “fue creado” porque de la misma manera que lo cree Descartes, supongo que el pensamiento fue puesto en el hombre por un Ser, el cual tiene también la capacidad de pensar, aunque este de manera infinita, el cual es Dios.
Nuestro primer indicador de que existimos es nuestra capacidad de razonar y todo lo que esto conlleva, el hecho de ser seres pensantes nos hace cuestionarnos sobre si existimos, sobre si somos, es curioso que un ser que razona cuestione su propio razonamiento, su existencia y su mundo, no imagino a un chimpancé cuestionando si el plátano que come es real o no, él simplemente lo come, no pone en duda su realidad, porque ni siquiera puede razonar su propia existencia.
Así que, el hecho de que pensamos nos lleva a lo siguiente: luego soy. Para el francés puede ser que todo aquello que sus sentidos le dictan como real sea solo mentira, él mismo lo dice: el sol se ve pequeño, puedo ver los colores de diferente manera por alguna enfermedad, la comida me puede saber diferente, pero todo esto no indica que todo lo que mis sentidos perciban sea de esa manera, ya que, lo que para mí sea salado, en realidad no lo es, dentro de la película existe una pregunta cartesiana, (si lo puedo decir de esa manera) ¿a qué sabe el pollo?, ¿acaso las máquinas pudieron igualar el sabor original del pollo? Esta pregunta, aunque un poco burda nos cuestiona sobre nuestros sentidos y la percepción de la realidad misma, para Descartes el pensamiento y la razón están por encima de nuestros propios sentidos dictándonos una sola realidad, “yo existo” aun cuando nada más exista, el hecho de pensar me hace un ser real y existente, esto lo podemos ver en las siguientes líneas.
“Examiné después atentamente lo que era, y viendo que podía fingir que no tenía cuerpo alguno y que ni había mundo ni lugar alguno en el que yo me encontrase, pero que no podía fingir por ello que no fuese, sino al contrario, por lo mismo que pensaba en dudar de la verdad de las otras cosas, se seguía muy cierta y evidentemente que yo era” (Descartes, p. 64.)
Este descubrimiento de Descartes es abrumador, ya que aun si fuéramos un cerebro en una cubeta, o como en el caso de Matrix, hombres y mujeres atrapados en un capullo, estimulados solo por descargas eléctricas que nos hacen ver un mundo que no existe, nuestra existencia no estaría en duda, por el hecho de que podemos dudar y esta duda nos permite darnos cuenta de que somos, y como lo dice Descartes, aun cuando nuestro cuerpo no fuese, el alma no deja de ser (Descartes, p. 64.)
De la misma manera, en Matrix, los seres humanos comienzan a dudar sobre su existencia, dudando sobre su mundo, pero no de sí mismos, ya que su razonamiento los hace darse cuenta de que ellos existen, pero la “realidad que los rodea no”.
En el caso de Matrix, el diseñador de ese mundo ha sido el Arquitecto una inteligencia artificial, el cual nos da la idea del genio maligno cartesiano, el cual usa a los humanos como pilas para extraer su energía, en el caso de Descartes, plantea que aun cuando nuestra realidad sea el producto de un genio maligno (Descartes, Meditaciones metafísicas, p. 169.), el cual se goce en engañarnos, esto no implica que nosotros no existamos, esta hipótesis es tomada en Matrix, pero aun a pesar de ello, la idea de la existencia del ser humano es firme.
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La existencia del hombre, dice Descartes, no se debe a sí mismo, ya que esto implicaría que el ser humano fuera “infinito, eterno, inmutable, omnisciente, omnipotente y, en fin, poseer todas las perfecciones…” (Descartes, p. 65.) Para el filósofo francés, el ser humano tenía que tener forzosamente un inicio, puesto que de lo contrario él mismo sería Dios, pero esto no es así, el planteamiento de Descartes es contundente, el ser humano duda, es inconstante, triste e imperfecto, (Descartes, p. 66.) de esta manera el hombre no puede ser Dios porque un ser tan imperfecto como lo es el hombre debió ser creado y sustentado por un Ser que si fuera “infinito, eterno, inmutable, omnisciente, omnipotente, prácticamente perfecto” al cual le llamamos Dios.
CONCLUSIÓN
Finalmente, aun en el peor de los casos de que viviéramos encerados en la Matrix o que fuéramos solo un cerebro dentro de una cubeta en un laboratorio o que nuestro mundo y toda nuestra realidad no existiera, aun con todo eso podríamos asegurar que en realidad somos y existimos por el hecho de que dudamos y esa duda nos hace razonar y ese razonamiento nos permite darnos cuenta de que existimos y somos reales, aun cuando nuestra percepción no sea la correcta o que nuestros sentidos nos engañen, el hecho es que pensamos y razonamos eso no hace existir.
“Pues en último término, despiertos o dormidos, no debemos dejarnos persuadir nunca, sino por la evidencia de la razón” (Descartes, p. 69.)
Bibliografía
Descartes, René. Discurso del método. Madrid, España: Editorial Gredos, s.f. https://virtual4.uach.mx/mod/resource/view.php?id=10278.
Descartes, René. Meditaciones metafísicas. Madrid: Gredos, 2011.
The Matrix. Dir. Lana, Lilly Wachowski. Interp. Keanu Reeves, Laurence Fishburne, Carrie-Anne Moss y Hugo Weaving. Warner. Bros. Pictures. 1999.