El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es una afección mental que afecta a millones de personas en todo el mundo, a menudo malinterpretada y estigmatizada. Se caracteriza por la presencia de obsesiones, pensamientos intrusivos y repetitivos que generan una cierta ansiedad y compulsiones, conductas o rituales que se realizan para reducir esa ansiedad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el TOC puede presentarse en diversas formas, desde la preocupación excesiva por la limpieza y el orden hasta la verificación constate de objetos y situaciones. Estas conductas no son meras manías; son intentos de las personas afectadas por controlar su ansiedad y, en muchos casos, pueden interferir significativamente en su vida diaria.
Los síntomas pueden comenzar en la infancia o en la adolescencia, aunque a menudo no se diagnostica hasta la edad adulta. La falta de comprensión y los prejuicios en torno al TOC pueden llevar a la invisibilidad de quienes lo padecen. Muchos se sienten avergonzados y evitan buscar ayuda, perpetuando un ciclo de sufrimiento innecesario. El tratamiento del TOC suele incluir terapia cognitivo-conductual (TCC), que ha demostrado ser efectiva, así como medicación en algunos casos. Sin embargo, el acceso a estos recursos varían según la región, lo que resalta la necesidad de aumentar la conciencia y la educación sobre el trastorno.
Es fundamental desmitificar el TOC y entender que no se trata simplemente de ser “meticuloso” o “perfeccionista”, Las personas con TOC luchan diariamente con sus pensamientos y comportamientos, y es crucial brindarles apoyo y comprensión. Por lo tanto, es indispensable promover una mayor sensibilidad sobre el TOC y ofrecer recursos adecuados puede marcar una diferencia significativa en la vida de quienes lo padecen. Al romper el silencio y los estigmas, podemos ayudar a que más personas busquen el tratamiento necesitan y merecen.