El dilema en torno a la objetividad o subjetividad de los valores ha sido analizado por grandes intelectuales desde diferentes perspectivas, encontramos a los nominalistas, en donde los valores son relativos a los seres humanos y, por tanto, son subjetivos; las teorías realistas absolutas de los neokantianos y las teorías fenomenológicas objetivistas, las cuales han sido analizadas desde diferentes disciplinas tales como la filosofía, antropológica, moral, social y psicológica, todas ellas han constituido la teoría de los valores o teoría axiológica.
Para el subjetivismo no existe la verdad universal, por tanto, los valores son o existen a partir del sujeto, en otras palabras, son creados por el hombre, así, su utilidad, estimación y jerarquía puede variar de persona a persona dependiendo del conocimiento, experiencia y circunstancias del sujeto que valora. En oposición al subjetivismo, los objetivistas, como Max Scheler, afirman que los valores valen por sí mismos y su valor no depende del sujeto ni del objeto, pues valen independientemente de la percepción o estimación de la persona.
Scheler, que es sin duda uno de los grandes pilares de la fenomenología del siglo XX, en su teoría del saber argumenta que los valores son objetivos y que estos valen, y el valer implica que tienen contenido material de cualidad, el cual es representado en la realidad de su esencia a priori 1. Para entender lo anterior, es importante mencionar que para nuestro intelectual existen tres tipos de conocimiento: el conocimiento inductivo que pertenece a las ciencias positivas; el conocimiento de la estructura esencial, que es el conocimiento de los a priori, el cual, a partir de la intuición emocional nos permite acceder a la verdad de las cosas, su esencia y, finalmente, el saber metafísico, también llamado de la salvación, que es la forma más alta de saber, pues nos lleva a lo absoluto 2.
Llevando lo anterior al reino de los valores, para Scheler los valores son cualidades ideales a priori, invariables, absolutos, autónomos, eternos y ordenados jerárquicamente, pero no racionales, sino emocionales, lo cual, de primera instancia nos puede llevar a calificar su teoría como irracionalismo ético, sin embargo, para nuestro pensador, existen dos mundos: el de las intuiciones emocionales (que tienen su propia lógica) y las intuiciones racionales (inductiva), dentro de las primeras se encuentra la estructura esencial, en donde se expresan ideales de perfección, a saber los valores, los cuales captamos de manera intuitiva a partir de las emociones y nos sentimos atraídos por ellos 3.
Así, los valores para Scheler tienen una esencia o realidad independiente al sujeto y pueden ser captadas por el hombre con anterioridad a la experiencia, o independientemente de ella a través del órgano del sentimiento, por tanto, poseen una valía intrínseca. Por tal razón, los valores no pueden ser relativos o reducirse a la interpretación y estimación del hombre, pues estos poseen una realidad e identidad propia; por ejemplo, la lealtad, independientemente de que un sujeto sea desleal, la lealtad sigue teniendo su valor.
Los valores no pierden su esencia, pues, no dependen de las cosas o la estima de las personas, tiene su polaridad, por ejemplo, tomando nuevamente la lealtad como referente, su polaridad, no-existencia o valor negativo es la deslealtad, ambos tienen esencia, existencia y valía (en mayor y menor grado dependiendo de su esencia), y el hombre tiene la facultad de en un acto intencional preferir o elegir a partir de órgano emocional su inclinación hacia un valor positivo o negativo, sin embargo, ambas entidades se mantienen en su estructura esencial inalterables.
“El asiento propio de todo el a priori estimativo (y concretamente del moral) es el conocimiento del valor, la intuición del valor que se cimenta en el percibir sentimental, el preferir y, en último término, en el amar y el odiar, así como la intuición de las conexiones que existen entre los valores, entre su ser “más altos” y “más bajos”, es decir, el “conocimiento moral””. (Scheler. Ética. pág. 124)
El preferir, al que Scheler se refiere, no parte de la idea de satisfacción producida a partir de nuestras inclinaciones o apetitos, sino en la posesión sentimental de un bien positivamente valioso, aun cuando toda tendencia o impulso haya desaparecido 4. Así, los valores se dividen según Scheler en más alto y más bajo, superiores o inferiores de acuerdo a su polaridad y a su esencia (relación entre valor y deber), es decir, la polaridad genera una división entre lo positivo y lo negativo, y la esencia genera conexiones entre valor y el deber – ser ideal, el cual determina cómo deberían ser las cosas (positivo) y como no – deberían ser (negativo).
Es precisamente ese ser y no – ser, el que elimina todo relativismo y da sentido a los valores, determina su misión y los hace objetos (estructuras esenciales apriorísticas) en nuestra realidad, pues es gracias a ellos que estimamos las cosas y se manifiesta el sentido del deber ser moral, así, existe una diferencia o polaridad entre el deber ser, por ejemplo, justo, y el no – deber ser de algo injusto. Para apoyar esta diferencia entre los valores positivos y negativos, Scheler culmina con distinción jerárquica, estableciendo cuatro categorías:
- La serie de los valores hedónicos o sensibles (Lo agradable – desagradable).
- Los valores espirituales (Lo bello-feo, justo-injusto, correcto-incorrecto, etc.).
- La serie de valores vitales (Lo noble – vulgar).
- Los valores religiosos (Lo sagrado y lo profano).
El amor, en el mundo de los valores, es para Scheler el fenómeno que abre los ojos del espíritu, en donde los valores adquieren una dimensión dinámica, y ese movimiento intencional nos lleva a la búsqueda, descubrimiento y conocimiento de los valores superiores 5.
BIBLIOGRAFÍA:
1 Vegas, J. M. (1992). Introducción al pensamiento de Max Scheler. (Obra original publicada en 1992)
2 Sánchez-Migallón, S. (2007). Max Scheler. Philosophica: Enciclopedia filosófica. https://www.philosophica.info/voces/scheler/Scheler.html
3 Sequera, N. J. (2014). Subjetividad y Objetividad del Valor. https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1690-32932014000100009. https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1690-32932014000100009
4 Suances, A. M. (2022). Los valores y su jerarquía en la filosofía de Max Scheler (2a ed.). Dominicos Org. (Obra original publicada en 1975)
5 Sánchez, A. (2011). Un enfoque scheleriano del amor. Veritas, (25), 93–97.
Scheler, M. (2001). ÉTICA (2a ed.). Caparrós Editores. (Obra original publicada en 1913)