La ciencia y la tecnología representan uno de los más poderosos soportes para el desarrollo cultural, social, económico de la vida en la sociedad moderna, pues su influencia no solo nos ha ayudado a mejorar muchos aspectos de nuestra vida, como lo es en el área de la salud, la educación, el entorno y las comunicaciones (por mencionar solo algunas). En cuanto a la comunicación, que es el tema principal del presente, es la esencia de la existencia humana, pues no solo nos permite conectar con otras personas, sino que es el puente de conexión con el mundo que nos rodea.
Dentro de la industria cultural, los medios de comunicación, que es el sector dedicado a la creación, producción, distribución y consumo de bienes y servicios culturales y creativos, es el que más influye en la realidad de las personas, ya sea de manera positiva o negativa, esto ya dependerá del uso que cada persona les da, pues así como nos pueden dotar de nuevos y buenos saberes (que da como resultado el progreso social), también tienen la capacidad de distorsionar la realidad y el comportamiento de las personas, al crear formas de vida ideales, estandarizando con ello el saber y la sociedad.
El objetivo principal de la comunicación debe ser el enseñar e informar, generar conocimiento, sin embargo, a lo largo del tiempo y hasta la actualidad, se han enfocado en reforzar ideologías y conductas en favor de sus propios intereses, lo cual ha generado una gran crisis informativa, pues el conocimiento se encuentra en manos de las diferentes corrientes ideológicas, que deslegitiman el saber. Si bien es cierto que hay personas que, en su buen uso, se esfuerzan por consumir información de calidad que los lleve a generar conocimiento, existe una gran mayoría que está dejando de pensar, está dejando de cuestionar su realidad y las diferentes realidades que los medios de comunicación le presentan y esto sí es preocupante.
Como ya mencionamos anteriormente, la industria cultural, se ha encargado de generar no solo estilos de vida, sino también formas de vivirla o de cómo llegar estado de éxito, de perfección, de belleza, de liderazgo, lo cual nos está creando individuos cada vez más complejos y como resultado de ello, cada vez más insatisfechos, y es razonable, pues estamos dejando ser, para vivir la vida de acuerdo a nuevas ideologías que nos indican cómo debe de ser, y todo esto sucede sin ni siquiera darnos cuenta de ello, perdiendo la capacidad de distinguir entre la realidad y la ilusión.
Es sabido que la sociedad actual pasa por una época de materialismo, consumismo, pérdida de identidad, de espiritualidad, de los valores, etc., y la industria cultural, por supuesto, aprovechan la vulnerabilidad en la que se encuentran las personas para inyectar productos y servicios de consumo, sin darles oportunidad de razonar. El control que los medios de comunicación masivos (todos), imprime en las personas, atacando desde los más profundos que conforma al ser, como son los sentimientos y emociones, los convierte en una marioneta, cuesta un poco creerlo, pero es una realidad.
La estandarización o unificación ya sea de la música, el cine, el arte, la estética, etc., no nos lleva a otra cosa, que a la constante repetición de aquella información que se quiere colocar en la mente de las personas, y al afianzarla en su mente, sirve de instrumento para viciar, clasificar y organizarlos. Lo anterior puede sonar inquietante, pero es la realidad a la que nos enfrentamos, y mientras el hombre siga cediendo su poder racional, sin tomarse el tiempo para reflexionar sobre los diferentes aspectos de su vida, será complicado salir de esta estructura cultural unificada.
Tenemos un gran trabajo por delante, si bien será complicado frenar la industria cultural debido a la enorme estructura y el gran poder que ya ejerce en la sociedad, sería interesante una transformación, a partir de la gestación y producción de una cultura humanista en donde se reivindique al hombre y se estimule a que este piense, que el hombre retorne a sí mismo, al ser racional, a la reflexión de la realidad y así genere nuevos conocimientos.
BIBLIOGRAFÍA:
Carmona, L. A. (2017). La industria cultural a la cultura humanista. Revista Análisis, 50(93), 355–367.
Lyotard, J.-F. (1991). La condición postmoderna (2a ed.). Red Editorial Iberoamericana S.A. (Obra original publicada en 1987)
Marangoni, Nicolás, et al. “Gianni Vattimo: La Sociedad Transparente”. Editorial Paidós, 1987, págs. 1-9.
Max Horkheimer y. Theodor Adorno. (1988). La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas. HORKHEIMER, Sudamericana, Buenos Aires, 26.
OTRAS REFERENCIAS:
Aicad Business School. (2023, 21 de octubre). La Importancia De La Comunicación: Principios Básicos Y Tipos | Aicad. https://www.aicad.es/importancia-de-la-comunicacion
Cañedo, R. (2001, abril). Ciencia y tecnología en la sociedad. Perspectiva histórico-conceptual. Scielo. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352001000100005
Unir. (2024). ¿Qué son las industrias culturales y qué tipos existen? Universidad en Internet. https://ecuador.unir.net/actualidad-unir/industrias-culturales/