Elena Bulsara
Escritora, humanista y pasante en letras españolas por la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Tres poemas inéditos de la autora chihuahuense-mexiquense.
Te cambio mi amor por una maruchan,
a ver si por fin así lo quieren.
No importa si muero hoy
mañana
o pasado
Lo que cambia es por qué decido irme
Unos días:
porque no encuentro amor ni frente al espejo
Otros, me dolerá más
porque el pozole me sabe sabroso
y podría ir al mar en unas semanas.
Te cambio mi amor por una maruchan
Soy de poco mantenimiento
Solo necesito que me des las buenas noches
con un camarón que no esté seco
y me des besos que me lleven lejos,
lejos de este querer lanzarme de un barranco
cada vez que visito la sierra.
A veces el paisaje hondo,
verde, árido e inmenso
parece me sonríe con los dientes amarillos
comidos por el tiempo y el cigarro.
Solo sé que mi madre no me quiere
Que a veces le gustaría haberme regalado
a esa señora gringa con el sombrero de playa
quien le dijo podría cuidarme muy bien
y estaba chula
Pero por algo le dijo que no,
quizás pensó que podría ser doctora
y le salí poeta.
(2022)
Soy escritora
una excéntrica y nada indispensable persona del siglo veintiuno
que anota metáforas pensando le salen bien
Soy la generación del desastre
de aquel lado de los que detestan el TikTok
pero lo ven en Facebook treinta minutos seguidos
Si muriera ahora
la gente superaría mi muerte y después
me convertiría en un recuerdo vago a los seis meses.
Solo estaba viva cuando el amor tocaba mi cuerpo
y ahora…
Lo siento, abuela
no soy ese diamante que decías era
Escribo, solamente
No soy indispensable
hay tantos como yo
¿Por qué la existencia necesita a alguien que ya existe en otra cara?
Si fuera abogada o contadora
algo más me depararía
Serviría en este mundo consumidor de luces
abrasador de su propia esencia
En este campo de guerra
las entrañas se nos ennegrecen con el paso del tiempo
Las caras se nos caen a pedazos
Los ojos se sellan como el centro del huracán
para ser luego escupidos en un vaso de Herbalife
Si muriera ahora
Mi único dolor sería ver a mi madre llorar desconsolada
Sin que mis manos fantasmagóricas abrazaran su amor vivo
Sería más cómo un simple escalofrío
que confundiría con el paso del viento
Una simple caricia nunca dada
¿Si me lanzo de un puente,
Dios me recibiría detrás de los matorrales del cielo?
Escribo
y las palabras me salen a medias
Leo ese librillo con el que no gané la beca
lo leo y digo ¿de verdad escribo?
pero yo solo
paso por la vida como esa gente que uno observa en el camión
y luego olvida
Si fuera planta, serviría de algo
Si fuera obrera, serviría de algo
Si fuera chancho, serviría de algo
Pero soy humana
y escribo
Solo espero a que esta pandemia acabe
para ver si sí vale la pena suicidarme
O todavía aguanto hasta los veintisiete.
(2021)
Juventud
Se levantan, tarde.
Siempre cansados, soñolientos, indispuestos.
Intentando alcanzar las lianas
que resquebrajadas se balancean,
para romperse sobre la maleza del desencuentro
en el intento de la salvación,
o generar una postura, incierta.
Escondidos
en los mínimos dobleces de sus pieles tersas, cacarizas y tiernas;
aún no endurecidas por la labor en monotonía,
que ya anda tocándoles
y escupiéndoles en los rostros blandos.
Perdidos
en la belleza del momento efímero,
de los tantos estragos, de la sed insaciable,
de los miles de cigarros que se agotan en sus dedos ruñidos por el mañana.
Agobiados
siempre por los recuerdos que les pisan los talones
cubiertos de zapatos impropios.
Sin encontrarse,
buscándose en el bosque de eucaliptos
que se agachan con las lluvias torrenciales.
Esperando
acostados entre la niebla selvática asfixiante,
aguardando por alguna voz,
algún alma,
que se asome por la enorme ventana
a la expectativa en ciclo por la(s) compañía.
Alegres
sobre el taburete alto,
los tacones delgados,
el labial rojo brillante
y la axila perfumada
hasta agotar la loción de días de fiesta.
Rozagantes
a la entrada del baile
con las flores, aún semillas en la bolsita de
los pantalones rotos,
la cadena al cuello
que no atina a ser de plata.
Alimentando la impenetrabilidad
de su corta edad,
de su (casi nulo) contacto
con el asfalto, el cemento, el pasto o el azulejo.
Dando tumbos
por las escaleras de la iglesia,
los barrotes de la escuela
y las esquinas nocturnas con olor a orina.
La reclusión en los rincones de sus sueños sin florecer
o sin plantar todavía.
Las rodillas sobre el suelo,
suplicando por una luz que ilumine
ese corredor que
no terminan de encontrar.
Observando el cielo
tan resplandecientes,
tan brillosos del sudor que secretan
sin saber por cuál motivo.
Tan llenos de energía
y sin impulso en el bolsillo.
Jóvenes,
aguardan en la tristeza del presente,
en la desesperanza de la acción impulsiva;
maniobrando siempre
para llegar a ese futuro que les respira en la nuca;
aplastados por el pasado,
que no resuelve sus dudas.
Apagados
por las infames miradas
de los que ya no tienen ni diez y algo,
ni treinta, ni veinti algo;
esas miradas rectas
como hogueras
que juzgan el sufrir joven
y parece ya olvidaron.
¡Es que les persiguen!
Les persigue la duda, la deuda pobre,
el hambre insatisfecha, el calor de más cuerpos,
el sabor de mieles, el dolor de esencias.
¡Les persigue todo!
Y sólo están a rastras por el páramo abierto,
con los lomos heridos sin cicatrizar
a la fácil vista de la dura realidad.
Que no termina de llegar.
(2020)
Ana Elena Gómez Pérez. aka Elena Bulsara y Elena Bulsara Huitimea (Chihuahua. 2000) Poeta y actriz de teatro, se ha desempeñado como promotora cultural, correctora de textos, tallerista, escritora y divulgadora cultural a lo largo de su vida. Fue estudiante de la licenciatura en Letras Hispanoamericanas en la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima. Forma parte de la Compañía oficial de Teatro de la UACH. Ha asistido como creadora a varios congresos nacionales de literatura y lingüística, tales como el CONACRELL de Aguascalientes, tres años consecutivos al CIELL de Yucatán, CONELL en Colima y Zacatecas, ha presentado libros de autores sinaloenses, jaliscienses y colimenses. Además de ser dictaminadora y Jurado calificador en el CONELL de 2021, el ENEJ de 2023 y concursos de oratoria en Colima y Estado de México. Ha publicado poesía y narrativa en periódicos del estado de Colima y en revistas nacionales como Perro Negro de la Calle, Trepanación, Granuja, Grafógrafxs (UAEM), Plaza Pública, Gobierno de Colima, Círculo de Poesía, entre otrxs. Así mismo, su poesía ha sido traducida al portugués e inglés. Recientemente, fue Secretaría General y encargada de Staff en el X Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes Jesús Gardea.