A pesar de contar con una ley que favorece la libertad religiosa por completo, no hace falta recordar los antecedentes históricos, políticos y religiosos que han englobado dentro de la zona que conocemos como Península Ibérica, concretamente, el Reino de España, el caso más interesante en este panorama debido a los sucesos que tuvieron una enorme relevancia para cuando hubiesen llegado los conquistadores al Nuevo Mundo. La comprensión de esta etapa dentro del territorio tiene una enorme importancia gracias a los incontables aportes y avances que dominaron los ya mencionados intervencionistas en nuestro actual territorio nacional, como nuestros vecinos de Estados Unidos y el resto de América Latina.
Si bien, el Islam es una religión de origen abrahámico, como el cristianismo y el judaísmo, no ha dejado de ser considerada nada más como una especie de apostasía de parte de la primera religión y una competencia que ha generado una serie de incontables conflictos sangrientos que desembocaban desde la recuperación de Tierra Santa, actuales Israel y Palestina, o pretender retomar el control del mercantilismo que había supuesto la extensión y conexión del mar Mediterráneo dentro de la época del Imperio Romano caído. La recuperación progresiva y paulatina de la Península Ibérica de parte de los reinos españoles significó una convivencia y conciliación entre las dos culturas, lo que ha favorecido la toma y recuperación de grandes conocimientos traídos desde Medio Oriente, o de la Antigüedad misma.
Para empezar, recordemos a que uno de los aportes principales dentro de la cosmovisión árabe que hemos heredado, hasta en el actual México, es el de la lengua castellana. La cual deriva tanto del latín como del idioma del pueblo visigodo y con la llegada de los musulmanes en la península se da un mestizaje dentro del panorama del que fueron surgiendo una serie de vocablos y palabras como, por ejemplo, “almohada”, “tabaco”, “mezquino”, “Guadalajara”, “sed” y “nácar”. También hemos tomado ciertos términos que solían ser de mucho uso, como el caso de “ojalá”, que significa “si Alá quiere” o la porra: “¡ala bio ala bao ala bim bom ba!” (“¡Alá bendito, Alá querido y Alá piadoso!”).
El álgebra fue de gran utilidad para el avance social y económico de las expansiones del islam gracias a lo práctico y productivo que eran los resultados que generaban, ya que permitían dividir y separar productos o especias mejor que ningún otro sistema aritmético diseñado en Occidente (sus signos para representar números fueron más decisivos que los tan gastados números romanos). Aunque, irónicamente, hoy perdure para estar simplemente para romper las cabezas a cientos de estudiantes adolescentes de todo el mundo, lo cierto es que otros ambientes y trabajos como la arquitectura vieron reflejada la majestuosidad de lo que podría hacerse con este tipo de cálculos avanzados, aun para la época inestable que era la Alta Edad Media, como la general.
Los europeos, sobre todo los eruditos, han ganado muchos de los conocimientos que hemos heredado de la Antigüedad, como Aristóteles, sobre todo, que han influido dentro de la mentalidad escolástica teocéntrica de la Edad Media y una forma de percibir al mundo previo a la expansión de la religión cristiana para estudiar los conocimientos con base en esa religión. No sería sino hasta el Renacimiento donde por fin se entenderían a los filósofos como tal, basándose en el concepto del Humanismo y el Empirismo en los siglos posteriores al Medievo. Por lo tanto, se considera a que los invasores, supuestamente, paganos, tenían mayores formaciones y conocimientos que aportar al mundo, aparte de favorecer su expansión.
Bibliografía:
foto:Manuel Gómez-Moreno González, Salida de la familia de Boabdil de la Alhambra (1880). https://fototravel.net/licencias/salida-de-la-familia-de-boabdil-de-la-alhambra/
https://www.estuaria.es/wp-gh/GHWEB/udis/2%C2%BA.2.Cristianos%20y%20Musulmanes%20en%20la%20Pen%C3%ADnsula%20Ib%C3%A9rica..html
https://psicologiaymente.com/biografias/santo-tomas-aquino