Es el evento que ha propiciado un levantamiento armado en la República tras unos treinta años de relativa paz y armonía aunada a un desmesurado y progresivo avance industrial. El Porfiriato había roto todas las barreras aparentemente rígidas tras años de luchas sociales, intervenciones extranjeras (como la de Francia o Estados Unidos) y constantes guerras civiles (entre ellas la de Reforma, con Benito Juárez al frente) que pusieron de cabeza al modo y sistema de gobierno ideal que, a lo largo del siglo XIX, se pretendía buscar de forma satisfactoria. Por lo general, se suele aceptar a que la democracia ya había aterrizado en México desde hacía tiempo atrás.
Cuando el abogado don Benito Juárez García ocupó el cargo de la presidencia a la cabeza del Poder Ejecutivo, se enfrentó a los integrantes del opositor Partido Conservador. Asimismo, la derrocación del Segundo Imperio, apoyado tanto por los conservadores como de las tropas francesas, con Maximiliano de Habsburgo al frente, y la separación de la Iglesia y el Estado como base esencial de la Reforma, hasta de su partido mismo. Las bases auténticas de una nación con identidad laica y con libertad de culto religioso. Sin embargo, por lo general, se le suele adjudicar su condición social como indígena una de las razones por la que había sido un presidente elegido por voto popular, cuando en aquellos tiempos los presidentes eran militares de alto grado para ocuparlo tanto antes como después de su mandato; esto para tomar el adecuado control de todas las tropas de la nación ante cualquier conflicto o dificultad que requiriese de la intervención bélica. Tal y como se apreció en la Revolución en sus inicios.
Desde los cimientos de la nación como República, los presidentes habían sido no elegidos desde una especie de urnas, sino por su influencia y reconocimiento en la memoria bélica. Juárez, por su parte, ya había contado con una amplia carrera como abogado, en el Poder Judicial. Muchas veces, uno podía elegir a otro político como su sucesor, tal y como aconteció con Sebastián Lerdo de Tejada, lo que podría revelar a que muchos de los demás políticos se guiaban por intereses propios que, a favor de mantener el mandato, lo hacían para poder beneficiar a la patria.
La democracia había sido uno de los temas a los que se enfrentaba dentro de Europa y llegaron hasta América para dar fin a la dominación de los españoles y de los virreinatos para pasar a ser naciones completamente independientes, salvo algunos ejemplos. Si bien en México, en este caso concreto, ya se habían implantado desde el derrocamiento del Emperador Iturbide, hubo una serie bastante larga de conspiraciones y manipulaciones entre los sucesores del primer presidente, Guadalupe Victoria, debido a los cortos periodos de los sucesivos mandatarios. Fue cuando se llegó al periodo del Gral. Porfirio Díaz, donde hubo una discrepancia debido al descontento de las masas por los sectores que fueron descuidados (tal es el caso de las motivaciones de la causa de Emiliano Zapata) y el surgimiento del Sufragio Efectivo No-Reelección.
Dicho concepto, ya conocido, habla por sí mismo; hace énfasis en la facultad de reconocer por la elección directa de quienes ocupasen la carga del mandato presidencial para contrarrestar las decisiones hechas en las elecciones que se llevaban a cabo (Díaz llevó hasta una quinta reelección). De no ser este el caso, la causa de Madero no habría tenido ninguna clase de efecto entre la población que se le fue sumando paulatinamente hasta llegar a lo que conocemos hoy en día, muy a pesar de los beneficios de su mandato. Y fue cuando sube al poder el presidente Lázaro Cárdenas, luego de destituir al Gral. Plutarco Elías Calles, debido a la fama cosechada entre la población durante la Guerra Cristera (porque la población mayoritaria era cristiana) ante el régimen que perdía influencia y apoyo popular.
Bibliografía:
- R. Del Castillo, J. (1985). Historia de la revolución social de México: Primera etapa: La caída general de Porfirio Díaz (pp. 5-81). Instituto Nacional de Antropología e Historia.
- O´Gorman, J. (1967). Retablo de la Revolución (Sufragio efectivo no-reelección) [Pintura]. Castillo de Chapúltepec, Ciudad de México. https://g.co/kgs/T1r9rrC