En la mañana del 3 de enero de 1889, Nietzsche camina por las calles de Turín, Italia, y en la Piazza Carlo Alberto ve a un conductor de carroza que golpea su caballo. El filósofo alemán se apiada del pobre animal y arroja sus brazos alrededor de su cuello para evitar que el conductor le siga golpeando. Nietzsche pierde la conciencia 1.
Jacob Burckhardt recibe una carta de su antiguo colega, Friedrich Nietzsche, un 6 de enero de 1889. La carta está firmada con el nombre de «Astu» y dice:
Querido Herr Profesor, a la hora de la verdad, hubiese deseado haber sido un profesor en Basilea que Dios, pero no me atreví a ser lo suficientemente egoísta para a renunciar la creación del mundo […] Lo que es desagradable y una tensión en mi modestia es que, de hecho, soy cada personaje histórico, y en cuanto a los hijos que he traído al mundo, me pregunto con cierto recelo sobre la posibilidad que no todos los que entren al “reino de Dios” también provengan de Dios. Este otoño, tan poco ciego como posible, fui dos veces testigo de mi funeral, la primera vez como el Conde Robiland, pero también era Antonelli […] (Nietzsches Briefe 1889, s/p)
Cuando Burckhardt consulta con otro colega, Franz Overbeck, este le revela que también ha recibido una carta de Nietzsche, pero firmada con el nombre «Dionisio» y dice:
El mundo se pondrá patas arriba durante los próximos años: como el viejo Dios ha abdicado, yo gobernaré el mundo a partir de ahora. (Sax, What was the cause of Nietzsche’s Dementia?, s/p)
Ambos temen lo peor. Overbeck se dirige hacia Turín, donde reside Friedrich, y cuando le visita, encuentra al filósofo tocando un aria de Wagner en el piano. Nietzsche toma una foto de Wagner, se la enseña a su antiguo colega, y de manera melancólica le dice que aquel en el retrato solía ser su amigo. Overbeck lo lleva en tren de regreso a Basilea; durante el trayecto debe cubrirle la cara con un sombrero para que nadie viera las horribles muecas que profería 2. Su colega lo dirige a una clínica psiquiátrica, donde a Nietzsche lo diagnostican con “parálisis progresiva” y demencia causada por Sífilis. Nietzsche pierde la razón y hasta olvida su nombre. El filósofo muere tan solo un año después.
En diciembre 21 de 1888, poco antes de haber enloquecido, había escrito a su madre y le había comunicado que su hijo era famoso; no en Alemania (porque, según él, los alemanes eran muy estúpidos para su genio), sino en otros lugares del mundo como Nueva York, Estocolmo, Paris. Le aseguró que las personas más importantes del mundo le eran leales y que muchas mujeres se hallaban encantadas por él: “Tengo auténticos genios entre mis admiradores hoy en día no hay ningún nombre que sea tratado con tanta distinción y respeto como el mío. Usted ve que es la hazaña sin nombre, sin rango, y sin riquezas, soy tratado como un pequeño príncipe aquí, por todo el mundo” (Levy, Selected letters of Friedrich Nietzsche, 257). Todo era mentira: sus amigos le habían abandonado, la mujer de la que estaba enamorado se había casado con alguien más, y los discípulos y seguidores que siempre había deseado no habían llegado hasta mucho tiempo después, pues justo cuando estaba sumido en la locura, es cuando su fama comienza, de la cual él nunca pudo darse cuenta 3.
La vida de Friedrich Nietzsche podría ser descrita como atormentada y la de un enfermo inquieto y nervioso4: su padre muere cuando él solo tenía 5 años, y su muerte le marca de tal forma que incluso piensa que tendrá el destino de morir a la misma edad que su padre2; su amistad con Lou Salome y Paul Reé termina mal porque Paul y él se habían enamorado de Lou, una brillante estudiante rusa, a la cual Nietzsche le había propuesto matrimonio dos veces, ambas fallidas, y ella termina casándose con Paul; su otra gran amistad con Richard Wagner también sufre a raíz de los escritos del filósofo, en especial después de la publicación de «Humano, demasiado humano»5; y había sido condenado al ostracismo por todo el gremio de la filología por su primera publicación «El nacimiento de la tragedia».
La influencia de la obra de Nietzsche no puede ser debatida. Numerosos filósofos posteriores, como Foucault, Derrida, Freud, Camus, Cioran, Sartre, por mencionar algunos, fueron influidos por sus escritos. Nunca se dio cuenta, pero la legión de discípulos que tanto deseó en verdad llegó a tenerla, y aquello que le había dicho a su madre para hacerla sentir mejor se cumplió. Al final, Nietzsche sí llegó a ser leído en todos lados del mundo, y sus obras todavía se leen hasta el día de hoy.
1 Pearson, A Companion to Nietzsche, 15
2 Rai Cultura, Zettel Presenta: Maurizio Ferraris – Nietzsche e la volontà di potenza
3 Abbagnano, Historia de la filosofia Volumen 3, 319.
4 Abbagnano, Historia de la filosofia Volumen 3, 318.
5 Pearson, A companion to Nietzsche, 6
Bibliografía
Abbagnano, Nicolás. Historia de la filosofia Volumen 3. Barcelona, España. Hora, S.A. 1992. Impreso
Levy, Oscar. Selected letters of Friedrich Nietzsche. 1ed. Trad. Anthony Ludovici. Garden City, NY, USA. Double Day Page & Company. 1921. 364 pp. Impreso.
Pearson, Keith. Companion to Nietzsche. 1 ed, Cornwall, U.K. Blackwell Publishing.2006. 600 pp. Impreso.
Rai Cultura, Zettel Presenta: Maurizio Ferraris – Nietzsche e la volontà di potenza. Disponible en: http://www.emsf.rai.it/articoli-programma-puntate/zettel-presenta-maurizio-ferraris-nietzsche-e-la-volont%c3%a0-di-potenza/31928/default.aspx
Sax, Leonard. What was the cause of Nietzsche’s Dementia?, consultado el 02 de octubre de 2021. Disponible en: https://www.leonardsax.com/Nietzsche.pdf
Sin Autor, Nietzsches Briefe 1889. Consultado el 02 de octubre de 2021. Disponible en: http://www.thenietzschechannel.com/correspondence/ger/nilettersg.htm