Algo que comenzó como un juego cuando era niño, con los años se convirtió en su pasión, y hoy no se imagina su vida sin los toros, Antonio García, “El Chihuahua”, dedica completamente su vida al toro bravo.
“Cuando agarre mi primer capote fue a mis tres años, porque mi abuela me cuidaba, ella se ponía a ver la novela y a mí me vestían de torero para silenciarme y dejarla que viera su novela, y según yo toreaba y arrastraba las toallas de la casa de mi abuela y ya cuando según yo mataba al toro, me aventaban los sombreros de mi abuelo, y es ahí donde nace mi amor por los toros” comentó “El Chihuahua”.
Para Antonio García el toreo es como una vocación que se lleva en el alma, en la que pone en juego su vida, pero es la pasión que siente por esto lo que aún lo tiene ahí.
“Yo vivo para el toro, el toro vive para mí, me levanto y entreno para ser torero, las 24 horas del día pienso en eso; como, desayuno y ceno toro, sueño toro, para mi esta es mi forma de expresar algo que amo de verdad”.
La preparación que un torero lleva es igual a la de un atleta de alto rendimiento, pues tienen que dedicar aproximadamente ocho horas diarias al entrenamiento, en donde corre, trabaja el movimiento de pies, movimiento de cintura, de piernas.
En dos ocasiones “El Chihuahua”, ha estado al borde de la muerte, pero solo una vez ha pensado en el retiro y fue cuando recibió una cornada que le seccionó la vena y arteria femorales de su muslo derecho, en la que se requirieron once transfusiones de sangre para salvarle la vida, una cornada que fue catalogada por el equipo de doctores de la plaza El Nuevo Progreso, como una de las más fuertes que han atendido en los últimos dos lustros.
“Mi miedo no era volver al toro, era la inseguridad de mi familia, mi madre, mis hermanos, pero gracias a ellos sigo adelante” dijo, “Cuando mi madre llego al hospital le dije que ya no quería ser torero para no darle más preocupaciones, pero ella me respondió: “Mijo, yo parí un torero y usted se va a morir torero, así que no venga y me diga eso”, y eso fue lo que me hizo confiarme” comento el matador.
La carrera de un torero es larga, algunos duran hasta los 45 ó 50 años, pero Antonio García quiere retirarse a temprana edad, 33 ó 35 años, pues uno de sus sueños es tener una familia y disfrutar a sus hijos.
“Para mí el toreo es un deporte, un arte, pues llevamos una preparación de un atleta y el arte es por la manera que te juegas la vida, en la cual se han inspirado artistas, cantantes, compositores, Picasso, Agustín Lara un compositor muy grande en México, Manzanero es muy taurino, entonces el toreo tiene mucho sentimiento, un misterio muy grande, tiene eso tan grande” expresó “El Chihuahua”.
Antonio, jamás imagino que fuera tan difícil, algo que empezó con un sueño, una ilusión y el pasar por momentos que no esperaba, pero él dice que cuando trabajas por lo que quieres y aunque las cosas sean difíciles es cuando más disfrutas las cosas, y para el nada ha sido fácil y eso es lo que siempre tiene en la mente, disfrutar cada momento.
Su carrera como matador de toros es algo que sorprende a mucha gente, pues es un torero joven, distinto a sus compañeros, y algo que para muchos es imposible, “El Chihuahua” lo vivió en sus primeros tres años como torero, el tener cien corridas, además de ser un torero hecho en México cien por ciento.
Su meta es disfrutar el toreo, amar su vida como tal, realizarse como un torero importante y grande.
“El toreo es algo muy grande, es un sentir dentro de uno que no te cabe, y al momento de expresarlo al público que asiste a la plaza, les haces ver muchas cosas de la vida y la muerte, porque una fiesta de toros tiene todo, el triunfo, el fracaso, la vida, la muerte, la gloria, la felicidad, la tristeza, y todo eso lo ves en dos horas, el toreo es grandeza, y mucha gente no lo ha querido ver así por algunas mentiras que existen de cosas que le hacen al toro bravo, pero los invito a que se informen bien, lean lo que es el toreo en verdad y de ahí pueden decidir si les gusta o no; para decir que algo no te gusta hay que probarlo”, finalizó el matador.