A lo largo de la historia del hombre, la propiedad de las ideas ha sido una fuente de disputa, pues ¿quién está realmente autorizado para afirmar qué tal idea le pertenece y no ha sido obtenida de ninguna otra parte o que no ha tenido fuente alguna de inspiración? Realmente las posibilidades de decir algo completamente nuevo son tan escasas que resulta inimaginable pensar, mientras uno lee un texto, qué tal o cual idea no son sino el resultado de diversas voces sumadas, contradichas, disminuidas o incluso recortadas y mutiladas para generar un “nuevo” discurso.

Tales temáticas son discutidas en la muy bien realizada guía práctica para el escritor Estilo MLA de la Biblioteca Universitaria de la Universitat d´Alcacant como material formativo para los estudiantes de dicha institución. Asimismo, en el artículo Para evitar el plagio: reflexiones y recomendaciones. Las ideas en préstamo de Alexander Sánchez Upegui también se discuten esos temas. A continuación se realizará una breve reseña de tales fuentes de consulta, de las cuales se extiende una petición a los autores para pedir prestadas sus ideas, que a su vez han recopilado de otros espacios, para dar al lector una idea de lo que pueden encontrarse al leer los originales.

Desde dos diversas partes del mundo, España y Colombia, los autores mantienen un mismo discurso, apegado a una idea central, que se puede resumir de la siguiente manera: “si eres escritor o vas a presentar un trabajo académico, ten la delicadeza, el cuidado y la honestidad de dar los créditos correspondientes a quienes lo merecen, y hazlo apegado al estilo que más se acople a tu disciplina de conocimiento científico, natural o humanístico.” Resumen de resúmenes: No incurras en el plagio.

Para dar un recorrido por las obras mencionadas en el primer párrafo, a continuación se ofrece una breve reseña en orden, iniciando con el Estilo de la Universidad de Alicante.

Desde el comienzo el texto nos anuncia que es una guía práctica que forma parte de la Universidad de Alicante, institución española creada en 1979 que ofrece un amplio número de programas educativos en diferentes disciplinas. El texto advierte desde el inicio lo que implica el plagio, aun cuando se comete por descuido. Comienza indicando cuáles son las competencias que se buscan desarrollar en el estudiante a partir de la lectura del texto, entre las que se encuentran todos los conocimientos relacionados con la ética, responsabilidad y formas de citar adecuadamente para que una persona no incurra en el plagio. La finalidad que expone la obra es mostrar de manera puntual y precisa cuáles son los lineamientos para citar adecuadamente las fuentes de la información que ha sido obtenida de otras obras cuando se escribe un trabajo académico.

Parafraseando a la Universidad de Alicante en su Estilo, dice que el plagio es tomar como propias las ideas de otro autor o parafrasear y no indicar de manera adecuada la referencia de donde se obtiene (2). Incluso menciona la Ley española que protege la propiedad intelectual, dando a entender que el asunto del plagio es asunto serio y conlleva implicaciones legales.

Continúa el texto explicando que citar adecuadamente implica reconocer el trabajo de otros, lo cual impide que se incurra en el plagio y facilitará al lector la búsqueda de información de las fuentes consultadas; pero sobre todo ¡Dará credibilidad al trabajo académico presentado!, demostrando que se tiene la sensibilidad de citar y dar crédito, a quien crédito merece.

Más adelante, se mencionan los diferentes estilos para cada disciplina, entre los que se encuentran el ISO 690:2001(E) utilizado en casi cualquier disciplina, el estilo APA usado en ciencias sociales y psicología, el estilo MLA para las humanidades, entre otros estilos como el Vancouver, Chicago, Harvard y CSE.

Explican detalladamente que el estilo MLA proviene de la Modern Language Asssociation que determina los lineamientos para los escritos académicos de las humanidades, aunque su uso se ha extendido a las ciencias sociales, lengua y literatura.

La última parte del texto, y la más densa en contenidos, consiste en una serie de lineamientos de los cuales no conviene hacer reseña puntualmente, pues resulta mucho mejor consultar el original e incluso remitirse directamente a la hoy 8va edición del manual del estilo MLA. Sin embargo, sí resulta conveniente mencionar que los lineamientos de este estilo deben apegarse a tres principios fundamentales:

1) facilitar al lector identificar el origen de las fuentes consultadas

2) dar crédito a las ideas en préstamo

3) debe contener en el orden, aunque con cierta flexibilidad, todos los elementos posibles y disponibles de las obras, tales como el autor, título, editorial, lugar y formato.

Resulta imprescindible mencionar, para cerrar esta primera breve reseña, qué hay lineamientos específicos para las citas dentro del texto, para sus omisiones, errores y para la cantidad de autores, entre otras, así como para el formato u origen de la fuente, tal como una página web, una película o un artículo impreso. El texto es una magnífica guía, simplificada y con ejemplos, que facilita a los futuros escritores a conocer la vía regia para realizar un trabajo académico de calidad.

Autor de Para evitar el plagio, Sánchez Upegui, docente académico e investigador de la Universidad EAFIT en Colombia, siendo doctor en Lingüística, ofrece un breve, pero consistente artículo en el que, como era de esperarse predica con el ejemplo a la hora de citar, referencias y dar créditos correspondientes a los autores de sus fuentes. El artículo comienza con una controversial referencia a la película El Cartero “La poesía es de quien la necesita” y reafirmando con la idea de Octavio Paz de que el arte es patrimonio de la humanidad. Sin embargo, Sánchez, explica más adelante que para efectos de un trabajo académico existe la propiedad intelectual de la cual, apropiarse de ella deliberadamente, por desconocimiento o descuido, es una forma de incurrir en el plagio. Por ello recuerda que tomar información de otro lugar sin dar crédito para armar un discurso propio, es plagio.

Sánchez también refiere la importancia que tiene el asunto, de tal modo que en diversas partes del mundo los códigos éticos de los periodistas se mencionan sanciones o implicaciones de esta deshonesta acción. El plagio, en palabras del autor, es una forma de tratar de engañar al lector, y a mi parecer, es una forma de engañarse a sí mismo también, pues demuestra la imposibilidad de realizar un trabajo académico formal y confiable. En Colombia y en diversas partes del mundo, explica Sánchez, llevar a la justicia este tipo de deshonestas acciones es una labor indispensable.

El artículo continúa con una serie de recomendaciones y lineamientos que el escritor de humanidades ha de seguir para realizar un escrito académico con todas las de la ley.

Entre algunas de las recomendaciones, están fundamentalmente no olvidar que incluso la paráfrasis, requiere una correspondiente cita de la fuente de la que ha sido obtenida la idea principal. No importa que se trate de nuestras propias palabras, o nuestra manera de entender el texto, incluso no importa que se trate de nuestra propia traducción, la idea NO es nuestra, y por ello es imprescindible dar el crédito correspondiente.

El texto prosigue con recomendaciones de la redacción y de la obtención de las fuentes, como buscar información de diferentes lugares, no olvidar el entrecomillado de las citas textuales, brindar todos los datos de la fuente, no pretender que al cambiar las palabras, maquillando las ideas ya no se necesita la fuente y sobre todo, recomienda qué hay que apegarse a los sistemas o estilos de citación, en el caso de las humanidades al estilo MLA.

Más adelante, el texto indica que la paráfrasis no requiere entrecomillado, pero sí es imprescindible indicar el origen, que puede ser anunciado de donde es tomada la idea, o bien entre paréntesis. También para el autor es importante mencionar qué es la paráfrasis, y esta se entiende por reproducir el contenido de las ideas, no las palabras literal o simplemente sustituirlas por meros sinónimos con casi nula alteración. Una paráfrasis implica realizar una nueva redacción de una idea de otro autor, manteniendo el sentido y contenido de la idea, y sobre todo ¡siempre mencionando la fuente de origen!

El autor no se limita en su acción pedagógica y muestra un ejemplo de la forma en la que debe ser realizada una paráfrasis de una manera adecuada.

Con un dejo de tristeza, el autor menciona que muchos escritores que se inician en esta bella tarea de redactar tienen dos destinos fatales y uno promisorio. El primer destino fatal es incurrir en el plagio bajo la bandera de que no hay muchas cosas nuevas que decir. El segundo destino fatal es abandonar la escritura como disciplina, desistiendo de esta actividad por la complejidad que implica la citación. El destino promisorio es reconocer que la estructura de nuevas ideas consiste en la plena convicción de que la suma de distintas voces también es una forma de crear un discurso nuevo, siempre y cuando se den los créditos correspondientes y que eso lleva un largo trabajo de investigación que a veces dura años.

Ambos artículos, de destinos tan lejanos, tienen un mismo discurso: la importancia de citar para evitar el plagio.

Referencias

Imágenes creadas con inteligencia artificial (Canva)

1. Sánchez Upegui, Alexander. “Para evitar el plagio: reflexiones y recomendaciones. Las ideas en préstamo.” Revista Virtual Universidad Carolina del Norte 15 (mayo-agosto 2005): pp. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=194220464001
2. Universitat d´ Alcacant. Estilo MLA. s/f.