El deísmo de la Ilustración inglesa: una forma de acercarse a Dios sin alejarse de la ciencia
Probablemente, el título del presente ensayo no requiera mayor preámbulo para presentarse, pues la idea principal se anuncia claramente como una conclusión que revela la orientación que tendrán los siguientes párrafos. En cambio, lo que sí demanda es la argumentación teórica y filosófica que permita sostener este razonamiento.
Tendría que partirse en un primer momento por tratar de entender qué es una religión y cómo es que estas han surgido, manteniéndose como complejos sistemas que configuran el entendimiento del mundo a través de ilaciones sostenidas en la fe. Se entiende por religión el sistema de creencias basado en la idea central de una o varias divinidades supra mundanas, que están directamente vinculadas a la creación del mundo, del hombre y de todo lo existente en el Universo. Por medio de sus cualidades sobrehumanas y poderes místicos, el origen y el destino del mundo y del hombre están en manos de dichas deidades, por lo que el hombre, en su evidente inferioridad, debe a estos dioses adoración, culto, veneración, temor y amor. De tal manera, que las religiones surgen como instituciones de la civilización que organizan estas creencias, configurando así todo un sistema ético y moral respecto a lo que el hombre debe hacer para obtener la gracia de las divinidades, o bien mostrar su gratitud frente al milagro de la vida.
Entonces, es fundamental separar a Dios de las religiones. Porque estas son el producto del hombre, el esfuerzo humano de organizar las revelaciones de lo sagrado e interpretaciones del universo. Mientras que las religiones son humanas, Dios es un asunto independiente. Está claro que esta última premisa parte de la idea a priori de Dios y frente a la crítica que pueda presentarse por este supuesto, en los párrafos siguientes se propondrá la argumentación que permitían suponer la existencia de Dios, no como un hecho religioso sino metafísico, de tal manera que por el momento la exposición se limitará a tener a Dios como una idea a priori.
¿Por qué se ha separado a Dios de la religión en el párrafo anterior? Como se expuso las religiones son instituciones humanas que por mucho tiempo han acompañado al hombre a desarrollar ideas sobre los planteamientos esenciales del hombre, tales como el sentido de vida, la muerte, la soledad, el vacío, el infinito, el origen y el destino de las cosas existentes, mientras que Dios es un agente externo al hombre. La antropomorfización de Dios es un claro ejemplo de esta idea. La religión, comandada por los hombres, sistematiza la interpretación de lo que el hombre alcanza a entender sobre Dios. Es evidente, pues, que la religión es un asunto humano, las religiones no son dictadas por Dios, es el hombre quien ha diseñado todo un conjunto de creencias basado en suposiciones. Las religiones han tratado de monopolizar la verdad y esto ha descontentado a muchos librepensadores, quienes han arremetido contra la religión, acusándola de infantilismo, dependencia, fantasías e ilusiones fundadas en sentimientos de desprotección.
El ateísmo es el resultado de la reacción del librepensamiento ante la soberbia religiosa de hombres que se hacen llamar los vehículos a Dios y a la verdad. Pero cuando se trata de superar la prueba de la demostración que exige el método científico, la religión termina apelando a la fe y a la postura filosófica de la ininteligibilidad de Dios, enfrentándose así frente a una limitante epistemológica para conocerlo. El argumento se sigue sosteniendo: la religión es un asunto humano para organizar la idea de Dios. Y en este punto resulta pertinente fundamentar el argumento de la existencia de Dios. Alfaro (2000) explica que en los cuestionamientos humanos que se hagan, Dios aparece como respuesta última para la cuestión del hombre, pues argumenta que si las respuestas a las preguntas esenciales del hombre estuvieran en lo real e intramunadano no se tendría que recurrir a Dios ulteriormente. Este argumento recuerda a la crítica que hace Dominique Lambert a las religiones que utilizan a Dios como comodín para explicar ciertos fenómenos. Pero el punto débil del ateísmo es que este considera a las religiones como un logos, analizándolas y criticándolas como si de una ciencia se tratase (Dumézil, 1994). Las religiones no son una explicación del mundo, no producen un conocimiento sobre este, por lo que la argumentación que busca desestimarlas por su carencia demostrativa es un argumento estéril, pues estas no producen el conocimiento, sino que organizan la idea que se tiene sobre Dios. Y quizá la apelación religiosa a la ininteligibilidad de Dios sea el argumento más sólido que, si bien no demuestra su existencia, apela a la fe como un acto de confianza a suponer su existencia. Buber (citado por Verges, 1978) explica que Dios es supra mundano y que no pertenece a esta realidad, por lo que se escapa a la razón y entendimiento humano, empleando la fe como recurso para suponer su existencia. Es probable que la comprobación de la existencia de Dios penda de un fundamento muy poco sólido, como es la fe. Pero, como bien lo apunta Gelabert (2000), aun la ciencia más rigurosa demanda actos de fe, por lo que cuestionar esta actitud humana de confianza ante algo no es elemento suficiente para desestimarla.
Asimismo, es necesario puntualizar la postura de Torres (1990) de que el ateísmo, lejos de rechazar la idea de Dios, más bien busca reafirmar al hombre. Y la idea de Dios no tiene por qué estar en oposición a la reafirmación humana. Ya lo apuntó Verges (1978): al contactar el hombre consigo mismo, contacta con Dios y con otros hombres. González (2004) va a encontrar la idea de la trascendencia del hombre en la medida en que contacte con Dios. Estas ideas no tienen por qué quitar protagonismo al hombre; precisamente, esta es la idea del deísmo de la ilustración inglesa, que conjuga la existencia de Dios, la libertad y voluntad humana, y la primacía de la ciencia como fuente de conocimiento.
En la Ilustración surgió una postura inglesa frente a Dios que, en oposición al liberalismo, sí aceptaba un lugar para Dios en la explicación del mundo. Pero se trata de un Dios que es ajeno, distante y a quien el destino del hombre y del mundo poco le interesan. Este movimiento, llamado deísmo, acepta la idea de un Dios, pero este no tiene injerencia en el mundo y, además, no pertenece a esta realidad. Dios es un ente creador del mundo, que dispuso las leyes y el ordenamiento de su funcionamiento, pero después de crearlo lo abandonó y lo dejó ser. Después de su creación, a Dios no le ocupa el mundo ni el hombre, por lo que la salvación divina está perdida. Las religiones son un sinsentido, los ritos y las oraciones son actos y palabras que solamente llegan al vacío, pues Dios no tendrá influencia en el destino de la vida mundana. Dios pertenece a una realidad supra mundana, por lo que es incognoscible para el hombre, sin embargo, la presencia de Dios está ahí donde se hallan los límites de la razón humana, en lo ininteligible. Dios es demasiada realidad para un par de ojos humanos, por lo que es inconmensurable a la capacidad de captación humana. El deísmo inglés reconoce la rigurosidad científica de las ciencias naturales, pero se muestra flexible y también acepta que la racionalidad no es el único camino a la verdad. Pero el Dios del deísmo es un dios despojado de todo elemento sobrenatural. Precisamente, todos estos poderes sobrenaturales atribuidos a Dios son provistos por las religiones y por el hombre que las construye e interpreta.
Ahora bien, salta la pregunta ¿por qué es necesario mantenerse cerca de Dios? La respuesta a esta pregunta se puede encontrar en la psicología de la religión, en la que se estudian los componentes motivacionales e intrapsíquicos del hombre que impulsan el surgimiento de las religiones. Las conclusiones a las que llega la psicología de la religión es que contemplar al ser humano en su dimensión religiosa permite comprender su subjetividad y su vivencia en el mundo, por lo que Grom (1994) aboga por evitar la patologización de la experiencia religiosa, que es tan diversa como la humanidad misma. ¿Qué ofrece la religión al hombre para hacerla necesaria?
La religión ha acompañado al hombre desde el principio de los tiempos, desde que las civilizaciones se fundan, una deidad ha estado presente en la mente del hombre, pareciera, entonces, que la religión más que ser un aspecto sociocultural, es una necesidad humana, una demanda de entendimiento último de las cosas que el logos no puede comprender o explicar. La religión se presenta al hombre como una respuesta que se sostiene desde la fe, no desde el entendimiento, porque aun en el hombre de ciencia más riguroso se alberga la necesidad humana de entendimiento, una búsqueda de la verdad que no puede ser concedida al hombre, sino únicamente a Dios.
Si Dios aparece como una necesidad humana de poder conectar con algunos cuestionamientos esenciales de la vida, parece, pues, pertinente acercarse a él desde una perspectiva deísta, en la que el hombre sigue siendo el centro y Dios solamente aparece como fundador del Universo. Es tarea del hombre descifrar las leyes que Dios estableció para el funcionamiento del mundo, manipularlas y entenderlas bajo la premisa de que el conocimiento humano es limitado y que ahí donde acaba la razón empieza Dios, fuera del alcance del hombre. Bajo una mirada del deísmo, el hombre es capaz de poder hacer ciencia, conocer su entorno y el mundo en el que vive, podrá hacer filosofía y reconocer los estatutos del conocimiento rigurosamente científico, pero entre sus explicaciones sobre el mundo reserva un lugar para Dios como respuesta a las preguntas últimas que la razón no alcanza a comprender. Se trata de un acto de fe, el cual no está en oposición a la razón (Gelabert, 2000).
Con el deísmo el hombre puede permanecer cerca de Dios sin alejarse de la ciencia.
Fuentes consultadas
(Imagen generada con inteligencia artificial)
- CORETH, EMERICH, Sobre la crítica ilustrada a la religión en Dios en la Historia del pensamiento filosófico. Salamanca. 2006. Pp. 215-223
- ESTRADA, JUAN ANTONIO De la teología filosófica al Espíritu Absoluto en La pregunta por Dios. Bilbao. 2005, Pp. 243-257
- ALFARO, JUAN. Sobre la crítica de Feuerbach a la Religión en De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios. (Salamanca, 2000) pp. 34-46
- ALFARO, JUAN. La antropología de Karl Marx en De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios. (Salamanca 2000) pp. 157-179
- GROM, BERNHARD. Sobre la crítica psicoanalítica a la Religión en Psicología de la Religión. (Barcelona 1994) pp. 96-108
- ALFARO, JUAN. Wittgenstein ante la cuestión del sentido de la vida en De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios. (Salamanca 2000) pp. 109-156
- Charbonneau, Paul Eugine. Razón fe y misterio en El hombre en busca de Dios. Barcelona. 1985. Pp. 352-385
- Verges, Salvador. El hombre y su relación con el Absoluto Personal, en Dimensión trascendente de la persona. Barcelona. 1978, Pp. 79-97.
- Gelabert Ballester, Maartín. Fe en Torres Queiruga, A. Diez palabras clave en Religión. Pamplona. 2000. Pp. 225-237
- Brunner, Augusto, Factores operantes den la Religión en La Religión. Barcelona. 1963. Pp. 53-73
- Brunner, August, El origen de la religión en La religión. Barcelona. 1963 Pp. 29-51 Sahagin Lucas, Juan de, Sagardo en Torres Queiruga, A (dir). 10 palabras clave en Religión. Pamplona, 2000. Pp. 43-51
- Eliade, Mircea. Estructura y morfología de lo sagrado en Tratado de Historia de las Religiones. México, 1980, pp. 25-56
- Fraijó, M. Filosofía de la religión. Una azarosa búsqueda de identidad en: Filosofía de la Religión: estudios y textos. Madrid 2001 pp. 13-43.
- Leeuw, G. Fenomenología de la religión. Documento PDF. 1964.
- Schaeffler, R. Filosofía de la Religión. Documento PDF: Salamanca, 2003, Pp. 93-126
- Pavón, P., S. La epojé fenomenológica. Web. 29 ene. 2022.
- Lambert, D. Ciencia y religión: el entorno debate. Namur, Bélgica. Texto breve sobre el planteamiento de la discusión entre ciencia y religión. Documento PDF. 1993.
- Dumézil, G. en Eliade, M. Tratado de Historia de las religiones. Ed. Era. 1994
- Grom, B. Psicología de la religión. Planteamiento detallado de las relaciones entre psicología y religión. Barcelona: Ed. Herder. 1994.
- Pellini, C. La religión en la actualidad. Documento PDF. 7 nov. 2014