Breve análisis de Crátilo o la exactitud de los nombres
Crátilo o la exactitud de los nombres es la obra platónica en la que el autor, a través de un diálogo entre Hermógenes, Crátilo y Sócrates tratan de desentrañar el origen verdadero de los nombres, mientras que Crátilo conserva una postura naturalista, Hermógenes discute qué es el convencionalismo que brinda los nombres a las cosas. Sócrates aparece como un intermediario que guía el diálogo a través de su mayéutica (haciendo parir ideas) a ambos interlocutores para esclarecer la verdad que se esconde en esta problemática: ¿de dónde surgen los nombres de las cosas? ¿Poseen todas las cosas un nombre natural o la palabra con la que se les denomina es el resultado de una convención de los hablantes de una lengua? Las dos posturas muestran sus propios argumentos, mientras que Crátilo argumenta que cada cosa tiene su nombre que le es propio, Hermógenes sostiene que la naturaleza no asigna los nombres, sino que es la convención de los hablantes de una lengua. Inicialmente, Sócrates, el mediador de esta discusión parece inclinarse más por la postura convencionalista; sin embargo, más adelante deja en claro que no hay que tomar ninguna postura a la ligera y no parece definir cuál es la postura por la que se siente más convencido, muestra de que la filosofía es inagotable y siempre busca generar más preguntas que respuestas.
Uno de los argumentos contra el convencionalismo es el argumento del relativismo Protagórico, según el cual se niegan las verdades universales para todos los hombres, pues, el hombre es la medida de todas las cosas, y más específico aún, la sensación es la medida de todo, es decir, las cosas no son en sí mismas, sino que son una interpretación de lo que cada persona percibe. En el texto se lee:
“Y bien, querido Hermógenes ¿Te parece que los seres son de tal naturaleza?
Que la esencia de cada uno de ellos sea relativa a cada uno de nosotros, según
la proposición de Protágoras, que afirma que el hombre es la medida de todas
las cosas; de manera que tales como me parecen los objetos, tales son para mí;
¿y qué tales como te parecen a ti, tales con para ti?”
Esta es una postura que muestra que no existen verdades absolutas y que, por el contrario, no podría haber un convencionalismo, sino, por el contrario, existe una diversidad de la Verdad, de tal manera que con este argumento se discute que cada hombre tendrá por verdad lo que a través de sus sentidos percibe, así, los nombres serán diversos y variados, aun cuando se refieren al mismo objeto. En esta parte del Crátilo, se pueden entrever las críticas que Platón tiene hacia las positivas de Protágoras, adoptando una postura que no reduce la designación de los nombres a un acto arbitrario, como sería en un convencionalismo radical. De esta manera se plantea la crítica a la postura convencionalista aseverando que la verdad de un hombre es tan válida como la de otro que ve cosas totalmente diversas.
En el texto platónico, Sócrates parece divertirse desentrañando el sentido de las palabras en su sentido estrictamente etimológico, analizando nombres de dioses, fenómenos naturales como el sol, la luna o las estaciones, atributos del hombre como el valor, la virtud, y muchas otras palabras en las que rastrea el sentido que los legisladores de los nombres hubieron de pensar al nombrar cada una de las palabras. Asegura Sócrates en el diálogo con Hermógenes que las palabras tienden a imitar la esencia de las cosas y que los vocablos con los que están formados explican el sentido de la palabra. En este apartado se destaca el rastreo final que existe de las palabras, asegurando qué hay un límite para la significación de las palabras, pues hay nombres que provienen de tal antigüedad que resulta imposible comprender su sentido.
El naturalismo asegura que es propio de cada cosa tener un nombre que le es otorgado de manera natural el cual puede ser rastreado hasta su origen onomatopéyico el cual cómo se argumentaba en el párrafo anterior llega un momento en el que se vuelve imposible su rastreo y por consiguiente la verificación de la validez de este argumento. Es así que en el Crátilo, Platón refuta a través del diálogo de Sócrates la posibilidad del naturalismo como origen del lenguaje y en especial de los nombres de las cosas. Tal refutación se muestra hacia el final de su análisis etimológico de las palabras, haciendo reflexionar a Crátilo sobre su posición.
Sobre la perspectiva del flujo y su relación con las formas puede decirse que Sócrates hace referencia a la icónica idea de Heráclito sobre qué no se puede entrar dos veces en el mismo río; sin embargo, en el texto se lee que con escepticismo, Platón defiende la postura de que en el lenguaje no ocurre lo mismo, pues no por nombrar con diferentes formas a una palabra estás cambiarán su sentido, de esta manera hay una independencia entre la forma, el flujo y el concepto. Esto puede verse reflejado en el siguiente párrafo:
“—¿Si lo bello pasase sin cesar, podría decirse con propiedad, primero, que es tal cosa; y después, que es de tal naturaleza? ¿No sucedería, necesariamente, que mientras hablábamos, se habría hecho otra cosa, habría huido y habría mudado de forma?”
Finalmente, conviene hacer una última reflexión sobre el texto. Al inicio del texto se lee:
“—Aquí tenemos a Sócrates.”
Son las primeras palabras que se leen en el texto platónico. Es ampliamente sabido que Sócrates es uno de los marxismos representantes de la filosofía, por lo que esta primera aproximación alude a un múltiple significado, además de anunciar a Crátilo la presencia de Sócrates, Hermógenes dice entre líneas: “aquí tenemos a la filosofía”.
El texto continúa:
“—¿Quieres que le admitamos como tercero dándole parte en nuestra discusión?”
También es una alusión a lo que implica introducir la filosofía en una discusión, desenmarañarla y cuestionar todo aquello que es dado por verdad. De tal manera que este primer diálogo de Hermógenes es un preludio de lo que viene a continuación, una discusión que busca rastrear el origen de los nombres.
Fuentes de consulta:
Imagen creada con inteligencia artificial de Canva
- Platón, Crátilo o de la exactitud de los nombres. Edición electrónica de www.philospphia.cl / Escuela de Filosofía Universal ARCIS.