Con la caída de la monarquía absolutista en Inglaterra, ganó fuerza una nueva corriente, el “Iluminismo” que impone a la razón y a la ciencia como la nueva forma de mirar el mundo, con la ciencia se pretende dar respuesta a todas las preguntas formuladas por el hombre, en ese contexto surge Hegel.
El pensamiento de Hegel asigna a la filosofía la tarea de pensar la vida como totalidad histórica de despliegue del ser humano y del espíritu hacia su plena realización, postura caracterizada por la intención socio-histórica y política, como ciencia de la modernidad y de la historia humana.
En su obra, la Fenomenología del espíritu describe el movimiento real, no opuesto, de la conciencia; expone el arduo camino que ha de recorrer la conciencia natural para alcanzar el verdadero saber, o del alma para elevarse hasta el espíritu, articulando en el análisis diversos niveles de reflexión subjetiva individual como histórico-social.
Cuando Hegel comienza su labor filosófica, Emmanuel Kant ya había demolido el empirismo y había impuesto el racionalismo; para el empirismo el conocimiento viene de la experiencia, para Kant, a través de su postura racionalista, el conocimiento viene de la deducción lógica racional.
Para el pensamiento empirista no existen tareas innatas, todo viene de la experiencia; en cambio, para el racionalismo las ideas innatas son la única base segura del conocimiento, de tal forma que para el empirismo el conocimiento es a posteriori, en cambio, para el racionalismo el conocimiento es a priori; sobre estos postulados Hegel construye su sistema de pensamiento que bien puede resumirse en la fórmula siguiente:
“Lo real es racional y lo racional es real”
En Hegel la filosofía no es solamente amor por el saber, sino el saber mismo realizado, esto es, no es amor por la verdad, sino el encuentro mismo de la verdad. Parte de la idea de que todo es cognoscible y que todo se relaciona con todo y por ello el objeto de conocimiento no debe ser separado, esta idea de lo absoluto se manifiesta en su cita “La verdad es la totalidad”.
Para él, la historia es un desarrollo permanente y que ese desarrollo es dialéctico que se da por medio de afirmaciones, negaciones y superaciones o síntesis, de esa manera la historia va avanzando a través de las nuevas formas históricas que superan a las antiguas.
Refiere que la historia es la materia de la cual parte su filosofía, mientras Kant hablaba del objeto de conocimiento, Hegel piensa la historia universal, la historia que hace el hombre, para ello parte del sujeto, dice que el sujeto es lo mismo que la sustancia y que la materia, esto es, el sujeto es el hombre, la sustancia es la historia, pero sucede que la historia y el hombre se hacen al mismo tiempo, por ello forman lo mismo.
La historia hace a los hombres y los hombres hacen la historia, y la historia de ese sujeto es la historia del desarrollo autoconsciente de un espíritu que se da forma a través de la historia, a lo cual Hegel llama espíritu absoluto.