El Guernica de Picasso
En New York al interior de la Organización de las Naciones Unidas se encuentra un tapiz del Guernica (que recuerda el bombardeo que durante la guerra civil española la aviación alemana perpetró contra la población de Guernica, en 1937) ante el cual suelen celebrarse ruedas de prensa, pero en febrero del 2003 el tapiz fue cubierto por una tela azul y unas banderas. el Guernica se cubrió en el tiempo en que el secretario de estado norteamericano Colin L. Powell anunciaba la intensión de bombardear Irak.
Al ser interrogados los funcionarios de la ONU alegaron cuestiones técnicas para cubrirlo, algunos diplomáticos manifestaron que la razón fue que “…no sería conveniente que el embajador de EEUU ante la ONU, John Negroponte, o el mismo Powell, hable de guerra rodeado de mujeres, niños y animales que gritan con horror y muestran el sufrimiento de un bombardeo…”[2] ya lo decía Picasso, la pintura no ha sido hecha para decorar salones, es un arma de guerra, de defensa y ataque contra el enemigo.
Tal y como aconteció en las naciones unidas, cubrimos lo que nos es incómodo, en este caso las normas de derechos humanos y el Control de Convencionalidad son la pintura que delata la incongruencia de nuestro sistema jurídico, confrontando nuestra realidad nacional con los criterios de protección de los derechos humanos.
Lo anterior cobra particular relevancia para nuestro país al considerar que hasta el 14 de julio del año 2011 con el dictado de la resolución del expediente varios 912/2010 se determinan los parámetros de análisis del Control de Convencionalidad, esto es 12 años después de que México aceptó la competencia de la Corte Interamericana, que aconteció el 16 de diciembre de 1998.
El enamoramiento que nos llevó a la suscripción de 210 tratados internacionales[3] en los que se reconocen derechos humanos, no resistió el paso del tiempo, ello se corrobora con el evidente atraso que se tiene en la materia al considerar el poco respeto de ellos por las autoridades y lo poco interiorizados que se encuentran en la población en general.
Lo anterior nos ha llevado a debates públicos y privados en donde se discute si a quienes son acusados de un crimen se les deben respetar los derechos que ellos no respetaron para sus víctimas. En este punto es importante destacar que la cuestión se encuentra mal formulada y nos lleva necesariamente a equívocos elementales y lugares comunes; la cuestión que nos debemos formular no es si ellos merecen tener derechos humanos, la cuestión es si nosotros merecemos vivir en un país que respete los derechos humanos por igual, incluso para los peores.
[1] La Guernica 1937; Pablo Picasso; Óleo sobre lienzo 349.3 cm x 776.6; Estilo Cubismo.
[2] Fuente el País, visible en la dirección electrónica https://elpais.com/internacional/2003/01/31/actualidad/1043967604_850215.html
[3] Información visible en la dirección electrónica http://www2.scjn.gob.mx/red/constitucion/TI.html#Top