En 2018 se lanzó el videojuego que se basa en la etnia tarahumara o rarámuri, pues el juego es protagonizado por un chaman tarahumara quien debe salvar el mundo. Este es el segundo videojuego a gran escala del estudio de desarrollo chihuahuense Lienzo.
Es una forma de representar, homenajear y darle reconocimiento a un pueblo que ha sido excluido, a pesar de que hace algunas décadas eran los habitantes de la mayoría del norte de México. Aun así, son el pueblo originario más numeroso del norte de México. Habitan la parte de la Sierra Madre Occidental que atraviesa el estado de Chihuahua y el suroeste de Durango y Sonora, parte del territorio que habitan se le denomina Sierra Tarahumara. Actualmente, aún conservan sus tradiciones, costumbres y su idioma, aunque muchos se han adaptado y mezclado a las costumbres de los chabochis, como ellos llaman a los mestizos. Esto en parte por la migración a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida, lo cual ha hecho que muchos indígenas dejen de lado sus costumbres y tradiciones, así como su vestimenta e idioma.
Este videojuego, la misma desarrolladora lo explica, fue diseñado con la ayuda de renombrados antropólogos y líderes tarahumaras con la finalidad de capturar la esencia de la cultura en el juego. Rescataron cuentos y mitos que fueron narrados en el idioma Tarahumara, y representados con diversas animaciones. También se usó la música de la región, en la que se utilizaron instrumentos indígenas tradicionales para grabar muchas de las pistas del juego y muchos de los efectos de sonido se grabaron en diferentes ubicaciones del norte de México.
El videojuego está lleno de criaturas y enemigos, los cuales muchos de estos, están inspirados en seres del imaginario tarahumara. Esto lo ha explicado el estudio Lienzo en su minidocumental. De igual forma, Mulaka podrá cambiar su apariencia brevemente por la de un animal, considerado sagrado para la cultura tarahumara, lo cual es importante durante los combates y las exploraciones.
El videojuego buscó destacar las características de este pueblo, mediante Mulaka, un guerrero muy hábil y rápido, característica de los Tarahumaras, ya que se le reconoce por su gran capacidad de recorrer grandes distancias y se excelentes corredores. Esta es la forma en que el protagonista avanza a lo largo del juego, un mundo semiabierto en 3D el cual fue creado a partir de la inspiración en lugares reales del norte de México.
Una característica de este videojuego es la apariencia, la cual está hecho en un estilo Low-Poly, lo que significa que son diseños geométricos con bajo número de polígonos, por ende, con pocas caras o vértices, como las esferas, los cilindros o los cubos, lo que da una apariencia más sencilla y caricaturesca. Pero esto, fuera de una limitación, le da un toque de originalidad y no limita la construcción de un mundo con increíbles paisajes y criaturas.
La historia se basa en un mito tarahumara que relata la cuarta destrucción de la Tierra y la principal misión del Chaman, mediante su valor y coraje, es tratar de reunir la fuerza de diversos espíritus y dioses de la naturaleza para unirse y detener a las fuerzas oscuras que amenazan el universo.
Si bien es un videojuego sencillo en cuanto a historia y la jugabilidad, posee un sutil mensaje en pro de la preservación del ambiente y el acervo cultural de uno de los grupos indígenas sobrevivientes en nuestro país. De igual forma, es un paso importante para las desarrolladoras mexicanas para sobresalir en el mundo de los videojuegos y que mejor si se representa la diversidad cultural.