El 8 de junio de 1992, en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro se propuso por primera vez el Día mundial de los océanos, esto para concientizar el papel de los océanos en la vida humana y lo que podemos hacer para su protección.
Los océanos son la mayor fuente de oxígeno, una fuente incluso más grande que los bosques y las selvas, por lo que, también contribuyen al equilibrio ambiental porque son esenciales reguladores del clima al atemperar las variaciones térmicas del aire de la atmosfera, por ende, reguladores del estado de la atmósfera, así como de los ciclos geológicos.
Las alteraciones en la temperatura de los océanos podrían ocasionar una liberación grande de dióxido de carbono, acrecentando la problemática del efecto invernadero. Pero esto también trae consigo consecuencias para los microorganismos, plantas y animales que habitan en sus aguas, debido a la modificación de su habitad, ocasionando la perdida de distintas especies marinas tanto de flora como de fauna.
Además, los océanos y mares contribuyen una parte importante de la alimentación humana, una de las actividades primarias más importantes hasta la actualidad y que son una fuente importante de ingresos para distintas comunidades y de países enteros, como en el caso de China, quien es el principal productor pesquero, seguida por Indonesia e India.
Los mares y océanos ocupan aproximadamente el 71% de la superficie del planeta. De sus profundidades surgió y se desarrolló el primer ser vivo y, aún hoy en día, alberga un gran ecosistema y grandes cantidades de seres vivo, aunque aún no se conocen en su totalidad debido a que no han sido totalmente explorados, por lo que se desconoce la posible flora y fauna que exista en sus profundidades desconocidas.
Las especies marinas se enfrentan a varias problemáticas: el cambio climático, la extensión de las especies invasoras, la sobrepoblación, el desarrollo económico y urbano de las costas y la contaminación, parte de esta es arrastrada por los ríos que desembocan en los ríos y mares.
Es por estas y muchas razones más que los océanos deben ser cuidados con tanto esmero como nos sea posible, para así garantizar el bienestar de toda la diversidad biológica que habita en ellos y que debemos proteger a toda costa.