Antecedentes
Según la Organización de las Naciones Unidas, desde que los ensayos nucleares empezaron en 1945, se han ejecutado más de 2000 pruebas, dejando consecuencias devastadoras para la humanidad.
El llamado proyecto Manhattan en el cual, mediante investigación y desarrollo durante la segunda Guerra Mundial, dio origen a las primeras armas nucleares. Esto como producto del bombardeo japonés a Pearl Harbor, a partir de este suceso se destinó dinero para el desarrollo de este proyecto que quedó a cargo del general Leslie Groves, miembro del Cuerpo de Ingenieros del Ejército Estadounidense.
De igual forma, una carta enviada por Albert Einstein al presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, en donde alertaba sobre el desarrollo de bombas atómicas por los alemanes, fue el otro impulso para el inicio del Proyecto Manhattan.
La primera prueba de un arma nuclear tuvo lugar en el desierto de Nuevo México el 16 de julio de 1945 llamada la prueba Trinity, y liderada por los Estados Unidos. Este ensayo sería el antecedente de las bombas lanzadas en Japón, la “Little Boy”, un arma de uranio, que cayó sobre la ciudad de Hiroshima y la “Fat Man”, un arma de plutonio de implosión como la probada en Trinity, que se lanzó sobre Nagasaki.
El sitio para la prueba Trinity fue una ciudad construida desde cero y destinada exclusivamente a desarrollar la bomba atómica en el Laboratorio Nacional Los Álamos, Nuevo México.
El desarrollo de armas nucleares también marco el inicio de la Guerra Fría y el desarrollo de la tecnología nuclear, pero también dio inicio a las consecuencias de la experimentación, como lo es la radiación generada durante los ensayos nucleares, marcando una transición de una era pre-nuclear a una era nuclear.
Daños / consecuencias
Aunque los daños con los ensayos nucleares no han sido de manera catastrófica y evidente en un primer momento, como sucedió con el ataque directo hacia Hiroshima y Nagasaki, es inequívoco que estas pruebas y ensayos han dejado un gran daño en las zonas de ensayos, afectando el ecosistema. Estos daños y efectos negativos se han trasladado a los habitantes de las zonas cercanas.
Los daños al ambiente han sido los más notorios, y aunque en un inicio no se le dio la importancia necesaria a los daños que podrían causar, actualmente es un hecho que estos ensayos nucleares han traído consigo consecuencias desfavorables, como es la lluvia radioactiva y los suelos contaminados.
Entre estos casos se encuentran las lluvias radiactivas sucedidas en 1962 en una zona de más de 150 kilómetros durante cuatro ensayos en el Sahara.
Asimismo, en Polinesia, de 41 pruebas aéreas, resultaron diez lluvias radiactivas en varios atolones.
En Nevada, E.U., un estudio del economista Keith Meyers de la Universidad de Arizona, detalló que las vacas consumieron pastos con contaminación nuclear, que luego transfirieron a los habitantes mediante la leche.
De igual forma, en El Polígono, Kazajistán, cuyo nombre oficial era Sitio de Pruebas de Semipalátinsk, fue escenario de la detonación de al menos 10 bombas atómicas por año entre 1949 y 1989.
Lugar en el cual, el Instituto de Medicina Radioactiva y Ecología de Kazajistán estima que entre 500.000 y un millón de personas estuvieron expuestas a la radiación en Semipalátinsk. Los efectos continúan manifestándose de generación en generación años después del cierre oficial del sitio.
En Australia los ensayos nucleares afectó principalmente a los indígenas, los cuales fueron expuestos a radiación y otros fueron desplazados.
Entre los efectos al estar expuesto a la radiación se encuentran lesiones, deformidades, infertilidad, problemas pulmonares y cardiovasculares, así como enfermedades dermatológicas y cáncer.
Según una investigación del centro estadounidense, Radioactive Fallout from Global Weapons Testing aún hoy la lluvia radiactiva está presente en pequeñas cantidades en todo el mundo y, de hecho, cualquier persona nacida a partir de 1951 en EE UU ha recibido algún tipo de exposición a la radiación por este fenómeno relacionado con las pruebas de armas nucleares.
Acciones
Ante esta problemática, el 2 de diciembre de 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó por unanimidad su resolución 64/35, el 29 de agosto, como el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares. La resolución, que fue propuesta por la República de Kazajstán, apoyada por otros países, tendría como finalidad conmemorar la clausura del polígono de ensayos nucleares de Semipalátinsk, la cual ocurrió ese mismo día de agosto en 1991. Lo que dio origen también al Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, con la finalidad de fomentar iniciativas internacionales para lograr la desaparición total del armamento nuclear.
De acuerdo a las Naciones Unidas, desde que se declaró el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares ha habido una serie de acontecimientos, debates e iniciativas importantes relacionados con sus metas y objetivos, así como conferencias convocadas para elaborar y promover estos acontecimientos referentes a la eliminación de los ensayos nucleares.
También resaltan que la sociedad civil ha tenido un papel destacado en el esfuerzo para detener los ensayos de armas nucleares de forma permanente. Físicos, sismólogos y otros científicos; médicos y abogados, organizaciones de mujeres, institutos de investigación y Organizaciones no Gubernamentales pro desarme; alcaldes y parlamentarios, aquellos expuestos a contaminantes radiactivos resultantes de los ensayos atmosféricos y los hibakusha, los supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki; y el público en general.