Pero ¿cómo llega este estilo de karate a México?
“Bueno, pues fue Nobuyoshi Murata en el año 1959 cuando llega a México procedente de Japón para trabajar en una importante empresa farmacéutica (como Gerente de Exportación de los laboratorios Takeda de México). El 31 de enero de 1959 se inaugura el Club Japonés de la Asociación México-Japonesa en la colonia las Águilas en el estado de México, y es precisamente en esa fiesta en el Centro Japonés donde se muestra por primera vez el Karate-do, dejando impresionadas a varias personas que habían presenciado lo que en aquel tiempo era desconocido. De inmediato le pidieron al Sensei Murata que les diera instrucción. Debido al cargo que el Sensei Murata tenía en la empresa farmacéutica no tenía tiempo de instruirlos, situación que prevaleció durante un tiempo. Ante tantas insistencias, el Sensei Murata acepta iniciar las clases de Karate-do en su departamento, el cual tuvieron que hacer pequeñas modificaciones para tener un espacio adecuado” explica Pedro Prieto.
Comenta que él llegó al karate cuando tenía 9 años, todos los días por televisión veía la serie Johnny Quest por lo que su padre lo inscribió a clases de judo, cuando se terminaban se quedaba viendo a los mayores de quince años entrenando Shito Ryu, ya que siendo menor de esa edad no podía entrar a las clases, fue hasta los 14 que entró a esta arte marcial.
Se le cuestionó sobre su proceso de ser alumno a un destacado entrenador, a lo que explica “accidentalmente di con el puesto, puesto que cuando tenía diez y nueve años un amigo del grupo Soriana me invitó a dar clases, yo era cinta café en ese entonces, el plan era dar clases un mes en donde ahora es el gimnasio del Colegio Palmore, ahí duramos varios años hasta que nos invitaron a la ciudad deportiva y a continuación a la Universidad Autónoma de Chihuahua, nunca estuvo en mis planes, fue más bien un plan del destino”.
Reconociendo su gran carrera deportista a nivel mundial, confiesa que las experiencias más gratificantes en ella ha sido viajar, y recuerda con cariño a su primera alumna mundialista Jessica Monge, quien falleció unos años atrás y junto con Mónica Soto, lograron conocer lugares como Hungría (donde ganaron la medalla olímpica de plata en el noventa y siete), también estuvieron en Brasil, España, Japón, Rusia, entre otros lugares del mundo.
Para el Sensei Pedro Prieto fue una consecuencia lógica, del hecho de que tuviera un currículum perfecto de asistencia en los 9 mundiales de Shito Ryu y en los 17 panamericanos; esto hizo que le ofrecieran el representar a México en la vicepresidencia de la federación panamericana de Shito Ryu desde el 2017 hasta la fecha cuenta con este cargo y espera seguir creciendo, manifiesta.
Por último, pero no menos importante plantea si hay muchas diferencias entre el karate que llegó a México en 1959 al que se practica actualmente debido a que “el deporte, la gente y los enfoques evolucionan, al inicio era un arte militar la cual solo los hombres podían entrenar para defensa personal, para esto las mujeres empezaron mucho tiempo después a ser aceptadas en los entrenamientos, pero fue hasta 1970 que se oficializó el karate Shito Rryu como deporte, para esto le quitaron muchas técnicas peligrosas que dañan la integridad de la persona y se dejan las cuestiones de reglamentos para competencias con el fin de tener un desarrollo sano, finalmente esta arte se divide en dos vertientes, el karate marcial y el deportivo, estas sin dejar de lado las tradiciones para que no perder las raíces e historia”.
La gran aceptación del karate do en México lo ha mantenido con un alto nivel de competitividad a nivel nacional e internacional. Aunque actualmente son pocas las asociaciones que conservan los principios tradicionales, existen múltiples expresiones de este arte marcial milenario que dan cuenta de su vigencia. El trabajo del Sensei Pedro Prieto García ha influido en muchos jóvenes chihuahuenses, dejando a su paso campeones mundiales y valores para aquellos que tienen la oportunidad de aprender estas técnicas con él.