El chocolate tiene su origen en México, donde el dios Quetzalcoatl regaló, según cuenta la leyenda, el árbol de cacao a los hombres, que años después se bautizaría con el nombre científico Theobroma Cacao, que significa en griego “alimento de los dioses”.
De los dulces más ancestrales, el chocolate se remonta hasta la antigüedad, donde los aztecas lo usaban como bebida con fines ceremoniales, con un sabor peculiar y diferente al que se conoce actualmente, conforme se extendió en el mundo a su preparación se le fueron agregando ingredientes como cacao, azúcar, agua y leche.
La palabra chocolate proviene del náhuatl xocoatl, que se forma a partir de las raíces xoco, que significa ‘amargo’, y atl, que traduciría ‘agua’.
Es una de las palabras náhuatl más populares provenientes de nuestros ancestros, pues sus adaptaciones en diferentes lenguas es muy similar a la palabra original.
Lo podemos notar si comparamos su traducción en otros idiomas, por ejemplo: chokolade (alemán), chocolat (francés), chocolade (holandés) y chocolate (inglés).
La primera tableta fue la de Fry and Sons, en Inglaterra sobre 1847, una mezcla de licor, cacao y azúcar que se presentaría comercialmente en Birmingham en 1849 bajo el nombre de Chocolat Dèlicieux à Manger.
El chocolate así como tiene desventajas por sus cantidades de azúcar, naturalmente sin procesarlo es bueno para el corazón ya que comerlo disminuye la presión sanguínea, el colesterol malo y el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, más concretamente el chocolate negro puede favorecer al buen funcionamiento del corazón.
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