La historia cuenta la historia de un hombre llamado Francisco “Curro” Rodríguez (otros dicen que se desconoce su nombre), quien fue un bandolero local que se convirtió en una leyenda en su tiempo, aunque existen versiones muy distintas de su vida, su nombre sigue tan actual como hace años.
En las empedradas calles del pueblo de Santa Eulalia, se dice que por las noches oscuras y frías de invierno, aparece un misterioso hombre vestido con atuendos del Virreinato, aunque para algunos se asemeja más a un charro debido a los pantalones ajustados que lleva. Aunque miles de personas aseguran haberlo visto, el origen del hombre y su verdadera identidad siguen siendo un misterio para los habitantes del pueblo.
Según la leyenda, en el año de 1735, durante el auge minero y la bonanza económica de Santa Eulalia, un hombre de origen español llegó al pueblo con la intención de hacer fortuna en la región. Este hombre, cuyo nombre se ha perdido en el tiempo, descubrió una mina de plata muy próspera y en poco tiempo se hizo rico. El individuo había llegado hacía algunas décadas desde España a la Nueva Vizcaya y siempre había anhelado regresar a la madre patria para visitar a su familia, por lo que hablaba constantemente sobre su deseo de viajar a España.
Antes de partir, el hombre dejó toda su fortuna en oro enterrada en un lugar cercano a Santa Eulalia, probablemente en el tiro de una mina. Debido a que no confiaba en nadie y no tenía familiares en Chihuahua, dejó la fortuna como un tesoro escondido en espera de un futuro regreso. Sin embargo, el destino quiso que el hombre nunca regresara, y se desconocen las razones de su desaparición. Algunos dicen que murió en el camino a causa de un ataque pirata, pero nadie puede asegurarlo.
Desde entonces, se dice que el hombre se aparece en las noches en forma de un hombre vestido con atuendos del Virreinato, y que busca revelar la ubicación del tesoro a una persona que esté dispuesta a utilizarlo para ayudar a la gente del pueblo y para devolver un poco de su antiguo esplendor a Santa Eulalia, que tanto amaba.
La leyenda del Curro, como se le conoce a este misterioso hombre, ha sido transmitida de generación en generación en Santa Eulalia. Muchos han intentado encontrar el tesoro, pero solo el elegido por El Curro podrá encontrarlo y usarlo para el bien común. La gente del pueblo sigue creyendo en la existencia del tesoro y en la aparición del hombre, aunque para muchos pueda tratarse simplemente de una leyenda más.