Inician los trabajos de construcción el 20 de junio de 1898, en los terrenos que anteriormente ocupaba un antiguo hospital civil, tres meses después, a las 12 del día del 16 de septiembre de 1898, con motivo del aniversario de la Independencia, el Gobernador del Estado Coronel Miguel Ahumada, colocó la primera piedra del Teatro de los Héroes (al inicio se consideraba denominarlo Teatro Hidalgo), en el centro de la piedra se instaló una caja de cobre, que en el interior contenía “constancias de ese tiempo”; al evento asistieron funcionarios públicos, federales, estatales y municipales, El Lic. Juan de Dios Milicua, emitió el discurso oficial, los asistentes al evento, lucieron sus mejores atuendos.
La inversión fue de $655,874.05 pesos, moneda nacional de 1898, sus dimensiones fueron 36.82 metros de frente por 62.10 metros de fondo, altura máxima de sala 19.50 metros. Tres pisos. El techo del salón de espectáculos tenía una altura de 19.66 metros, cúpulas decoradas por el pintor Trinidad Galván, el escenario tenía la capacidad de soportar el peso de 100 personas. El arco del escenario media 16 metros de ancho por 13.80 metros de altura, nueve camerinos. Vestíbulo con mosaico, dos escaleras de nogal hacia la primera planta. Al principio las puertas principales abrían hacia adentro (once meses después se corrigió y se abrieron hacia afuera).
Se programó su inauguración para el domingo 08 de septiembre de 1901, llevándose a cabo el 09 a las 11:00 a.m. con el discurso del Ing. Agustín Aragón, el Ing. George E. King entregó las llaves al Gobernador.
La arquitectura, de estilo victoriano, fue obra de George E. King (de origen inglés), el aforo del edificio era aproximadamente de dos mil cuatrocientas personas, tomando en cuenta las gradas o sillas que se agregaban además de las fijas. La tecnología de iluminación era la correspondiente a su época, con planta propia (2,600 lámparas incandescentes), elevador eléctrico desde el subterráneo al tercer piso, distribución de lunetario, palco escénico, galería, plateas, palcos primeros y segundos.
En el exterior del edificio se encontraba un acceso al subterráneo, el lado izquierdo fue habilitado para área recreativa como billar, cantina y boliche, sala de descanso, cuartos de toilet de caballeros, en el lado derecho toilet de damas y salas. En el segundo piso estaba el casino, salón blanco, generalmente utilizado para banquetes y sala de espera amplia.
En diferentes tiempos, las instalaciones del Teatro tuvieron otros usos, en el tercer piso se ubicaron los talleres de Imprenta del Estado, en planta alta oficinas de la Federación, de clubes sociales, organizaciones de trabajadores, entre otros.
Salón Blanco era funcional para eventos sencillos, los más destacables se efectuaban en el Salón Principal.
Por el palco escénico pasaron artistas como Virginia Fábregas; llegó a considerarse como punto de reunión de personajes notorios de la sociedad, política y más. Se celebraron eventos relevantes para nuestra historia mexicana como el banquete en el salón principal en la visita de Jaime Nunó en 1905 (autor de la música del Himno Nacional), el festival y banquete de bienvenida a Porfirio Díaz (1909), por ahí también estuvieron héroes de la Revolución como Francisco I. Madero (30 de octubre de 1911), Pascual Orozco, Venustiano Carranza (abril de 1914), Francisco Villa, se realizó el homenaje luctuoso de los restos de Abraham González (febrero de 1914), el juicio de Felipe Ángeles (24 de noviembre de 1919, a las 8:30 a.m.).
Durante la época revolucionaria, el Salón Blanco hizo la función de hospital.
Se realizaron eventos de varios tipos, por ejemplo, el primer baile de gala en el Teatro de los Héroes, fue organizado el 29 de septiembre de 1901, para festejar al Gobernador Ahumada con motivo de su cumpleaños.
El Teatro funcionó también como cine proyectando películas desde 1902, a partir de ese año hasta aproximadamente 1905, Carlos Mongrand presentaba su cinematógrafo.
La Asociación Cristiana de Jóvenes Mexicanos (más conocida como GUAY/YMCA) se encontraba instalada en el tercer piso en 1907.
En abril de 1938, el Teatro de los Héroes, se convirtió en Cinema. Los montajes de espectáculos musicales continuaban llevándose a cabo. En mayo de 1939, como parte de una corta temporada de la empresa Cines Modelo, llegó “Cantinflas y su gran Compañía de Revistas Mexicanas”, el costo de la localidad de luneta fue de $2.50 el asiento.
Esperanza Iris, “La reina de la opereta” se presentaba frecuentemente durante los años 30´s y 40´s.
Durante esas décadas se realizaron Tardeadas, Kermeses, bailes organizados por clubes, círculos sociales o escuelas (algunos con fines benéficos), presentación de grupos de artistas locales, veladas, asambleas de ferrocarrileros, telefonistas, costureras, mineros, maestros, trabajadores gráficos, CTM, entre otros; mítines como el de 08 de marzo para conmemorar el “día de la mujer” (década de los años 30´s).
A principios de 1930, el escenario se transformaba en ring para peleas de box.
En 1931, la radiodifusora XEFI, se instaló en la parte baja, área a la que se ingresaba por el callejón que se encontraba entre la casa Ketelsen y el teatro.
El 26 de noviembre de 1933 Lázaro Cárdenas estuvo en el balcón exterior saludando a los chihuahuenses.
En el telón de fondo se hizo la recepción al Presidente Miguel Alemán.
En 1943 se presentaron Evita Muñoz “Chachita” y Adalberto Martínez “Resortes”, en el espectáculo “Pachuco´s Review”
Al paso del tiempo, las instalaciones del Teatro de los Héroes se fueron deteriorando, siendo cada vez más escasos los eventos y representaciones teatrales locales o nacionales.
A inicios de los años cincuenta, subieron a escena Pepita Embil y su compañía de opereta y zarzuela; en julio y agosto de 1953, Joaquín Pardavé y su compañía de artistas con obras de comedia. En 1954 Aarón Hernán participó en la obra “Beso de soda”.
Desde el balcón exterior, el 27 de abril de 1952, Adolfo Ruiz Cortines, candidato a la Presidencia de la República, emitió los lineamientos de su programa de trabajo.
En esta etapa, el Teatro era principalmente un cine, considerado de segunda categoría. El Salón Blanco se convirtió en Departamento de Asuntos Agrarios. En diferentes años, también estuvieron alojados en sus instalaciones organismos como La Unión de Tipógrafos Gutenberg, una Logia Masónica, Sindicato de ferrocarrileros, la Alianza de Empleados, Escuela de Arte Dramático, entre otros. También una escuela primaria; se impartían en los anexos del edificio, algunas clases de arte de la Normal Nocturna.
El domingo 17 de julio de 1955 se incendió el edificio, las acciones para la extinción del fuego se realizaron por parte del Departamento de Bomberos de Chihuahua capital y Delicias, voluntarios, policías, elementos de la Quinta Zona Militar, desde las 00:00 hasta las 11:30 horas. De acuerdo a los testigos, las llamas eran visibles en todos los puntos de la ciudad. No se registraron pérdidas humanas, los documentos de dependencias como archivo agrario y archivo histórico del gobierno se destruyeron con este incidente.
El 30 de agosto del mismo año, Guillermo Federico Salas García confeso haber incendiado el Teatro.
Entre las hipótesis respecto al origen del siniestro, algunos daban versiones de que se buscaba desparecer documentos “comprometedores” o por intereses políticos.
Tiempo después, entre las estrategias para reconstruir el edificio, surge la propuesta de un impuesto de 10 % adicional durante diez meses, opción que no fue aceptada por los ciudadanos y empresarios.
Las autoridades correspondientes determinaron la demolición y realizar una ampliación de las calles Aldama y Escorza, además de la venta del material que formaba parte de la construcción del Teatro, ya que aún estaban en “buenas condiciones”. Las ruinas se destruyeron con detonaciones de dinamita, realizadas por mineros de Santa Eulalia, la cantera fue eliminada con bulldozers. En tres o cuatro meses ya era un lote baldío, permaneciendo así por veinte años.
El Ing. Alberto Enríquez (encargado de obras de demolición) narraba su experiencia con un señor de apellido Hermosillo, respecto a la caja que se insertó en la primera piedra, ubicada en las calles Aldama y Venustiano Carranza, “a metro arriba del nivel de banqueta”; el señor Hermosillo decía que cuando era niño asistió al evento de colocación de la primera piedra del Teatro de los Héroes, que “señoras y señores se quitaban anillos o monedas de oro, depositándolos en un cofre, que a su vez fue depositado en otro cofre y después colocado en la cantera”. Al momento de derribar esa parte del edificio el Ingeniero citó al señor Hermosillo y periodistas para despejar dudas o conjeturas; en ese lugar se encontró este depósito, que se abrió públicamente, saliendo gas emitido por el plomo del que se componían las dos cajas, dentro del primero, estaba el segundo cofre, que fue abierto en el Palacio de Gobierno en presencia del Gobernador. El contenido eran monedas norteamericanas de un centavo además de un acta con información técnica de la estructura del edificio, asegurando que era “a prueba de incendios”.
A principios de 1979 se inicia la construcción del actual Teatro de los Héroes, que se ubica en Av. División del Norte.
El Teatro de los Héroes, un emblema de la cultura y arquitectura en Chihuahua. A lo largo de su historia, fue testigo de eventos trascendentales que reflejaron la vida social y artística de la época. Su destrucción en 1955 marcó la pérdida de un patrimonio tangible, cerrando un ciclo de esplendor que dejó un sutil vestigio en la actual memoria colectiva de la ciudad.
Bibliografía:
Montemayor, A. (2003). Esplendor y decadencia del antiguo Teatro de los Héroes. Instituto Chihuahuense de la Cultura.
Montemayor, A. (2005). Teatro de los Héroes XXV aniversario. Instituto Chihuahuense de la Cultura.