HIPIAS MAYOR: UNA CONFRONTACIÓN POR DEFINIR LA BELLEZA
Sin duda el concepto de belleza es el motivo principal de este diálogo platónico y en función de lo bello para aquello que deba definirse así; hay que deslindarse de limitaciones y desviaciones para ejercer cierta imparcialidad a la hora de percibir la belleza como tal, pues las artes como las concebimos en nuestro tiempo nos ofrecen muchas experiencias estéticas.
Sócrates se vale de cuestionamientos para iniciar una discusión con Hipias a quien se le puede mirar desde su postura sofista en el transcurso del diálogo. Hipias es un esbozo caricaturesco de la personalidad del Sofista y del lenguaje bello. Platón expone que son los sofistas en general y habla de su habilidad para acumular bienes temporales y honores. (Bayer, p. 35)
En un primer intento por definir este concepto, Hipias menciona que lo bello es una bella doncella; mientras que Sócrates toma una postura más analítica en función de esta respuesta. Hipias afirma que lo bello es el oro en función de su aplicación y así, convertir bello, aquello a lo que se le pueda añadir el oro para tener necesariamente que representar la belleza. Sócrates, a través de esta confrontación con Hipias considera importante poder obtener la información más acertada con respecto al tema en discusión.
Sóc – Explícame adecuadamente qué es lo bello en sí mismo y, al responderme, procura hablar con la máxima exactitud, no sea que, refutado por segunda vez, me exponga de nuevo a la risa. Sin duda, tú lo conoces claramente y este es un conocimiento insignificante entre los muchos que tú tienes. (Hipias Mayor, 286 e)
Pero como podemos darnos cuenta, Sócrates es quien intencionalmente conduce las respuestas en función del concepto de belleza, pareciera que por su ego intelectual obliga a Hipias a exponer sus consideraciones más correctas respecto al tema.
Pero su aporte a la concepción de la belleza únicamente alcanza la categoría de ejemplo; al respecto, Sócrates opina que al igual que una doncella bella puede ser bella, también un caballo o un acto heroico están en la misma posibilidad de circunstancias.
De esta manera podemos considerar, a través del diálogo, el hecho de que si algunas esculturas pudieran haber sido creadas únicamente de oro, entonces tendríamos que definir su valor estético a partir de su aplicación para obtener lo bello de alguna manera. Al respecto, y de acuerdo con Bayer, en función de poder considerar que tan conveniente puede ser oportuno la aplicación del concepto de belleza cuando se habla de la cuchara de madera, de higuera o de oro. Si las partes no son bellas, su disposición no podrá producir más que la apariencia de belleza, no la realidad. (Bayer, p. 35)
En función del arte, el secreto del artista nos puede llevar a concluir que las obras no son bellas por su utilidad, valor o materiales. Pero considerando el concepto de belleza; son bellas por sus proporciones y su composición, esencialmente por su relación con otros objetos en su derredor. Es decir, que podemos confundir la experiencia de la belleza con otras experiencias estéticas.
En este sentido, sin abandonar el tema de la belleza, Sócrates le responde a Hipias:
Sóc – Sí que quiero. Pero no, antes de que me digas cuál de las dos cucharas de que acabamos de hablar, debo decirle a él que es adecuada y más bella. (291 c)
Hip – Si quieres respóndele que la hecha de higuera […]
Hip – Voy a decírtelo. Me parece que tú tratas de definir lo bello como algo tal que nunca parezca feo a nadie en ninguna parte.
Sóc – Exactamente, Hipias. Ahora me comprendes muy bien. (291 d) […]
Sóc – En cambio, examino si te parece que es bello lo que ahora objetamos en la respuesta, cuando decíamos que el oro es bello para las cosas que es adecuado y no lo es para las que no es adecuado, y así todas las cosas a las que esto se añade. Examina lo adecuado en sí y la naturaleza de lo adecuado en sí, por así lo bello es precisamente esto […]
Hip – A mí me parece que lo que hace que parezcan bellas. Por ejemplo, si un hombre se pone el manto o el calzado que le convienen, aunque sea ridículo, da mejor apariencia. […]
Sóc – Pues nosotros buscamos aquello con lo que todas las cosas son bellas. (294 b) […]
Hay que intentar decir qué es lo que hace que sean bellas, como acabo de decir, lo parezcan o no. En efecto es eso lo que buscamos, si buscamos lo bello. (294 c)
Pero entonces, pensemos un momento en nuestros tiempos modernos, donde hemos consagrado un espacio para el arte y lo sustentamos como el lugar propicio para la exhibición de arte en función de su belleza. Tendríamos que detenernos a considerar la posición que juega la visión estética en relación con las obras que tienen que ocupar un lugar ahí en la sala de exhibición.
A Marcel Duchamp se le ha convertido en “el padre del arte conceptual” por haber confrontado los paradigmas en función del arte que hasta ese momento tenían complacida la visión estética del público de la época.
Pero la belleza en función del valor no debe confundirse; ya que todas las cosas valiosas podrían ser bellas y las cosas bellas podrían ser valiosas. Como en el ejemplo de la cuchara, la función hace que algo sea bello en sí mismo.
El urinal no fue hecho para ser una obra de arte convencional […] “es como un rompehielos. Y la conversación al respecto, incluída la discusión sobre quién está detrás de la idea, es parte de la obra” […] En 2004, un sondeo entre 500 críticos de arte declararon “La fuente” como la obra de arte más significativa del siglo XX. (Redacción BBC News Mundo)
Pero la función estética en lo que se refiere a los artistas de la época llega en un momento en que todo pierde sentido y la belleza no está delimitada a la función, ya que las artes proponen muchas experiencias estéticas en función de la belleza, su utilidad y valor. Aun así, también son bellas por sus proporciones, composición y su relación con otros objetos en su contexto; puesto que algo puede ser bello de acuerdo al material y su significación.
El título en sí mismo es controversial y de alguna manera nos obliga a mirar y a pensar de otro modo el mundo del arte. Un objeto ordinario colocado ahí como la esencia de la belleza nos obliga a cuestionarnos sobre qué es realmente lo bello; una escultura clásica, una pintura famosa o cualquier objeto que esencialmente fue fabricado para un fin utilitario.
Marcel Duchamp dijo que este trabajo era una declaración que se burlaba del arte y decía que cualquier cosa podría ser una obra de arte si un artista dice que lo era. (Redacción BBC News Mundo)
De acuerdo con Bayer, y de vuelta a nuestro texto platónico: Este primer diálogo […] es el momento negativo y refutativo del pensamiento estético […] no se refiere a una estética jerárquica de lo bello […] no se habla más que de lo bello perceptible, tal como puede percibirse en los objetos del mundo. (Bayer, p. 40)
Para Hipias la apariencia funcionaba con la pretensión de conseguir la belleza; mientras que para Sócrates existen cosas que carecen definitivamente de apariencia, aún y con la belleza del oro, el marfil o el mármol. En nuestro tiempo existen un sinfín de materiales posibles con respecto a su aplicación contemporánea para la creación de obras de arte.
Hablando desde una perspectiva estética, qué tan pertinente puede resultar que ciertos objetos de uso cotidiano sustituyan el trabajo artístico. Qué podría pasar con las escuelas de arte y con nuestra propia percepción de la belleza en función de la perspectiva estética.
Sin embargo, la experiencia estética para ser vivida de manera pura debe alejarse del ámbito político, social, histórico y cultural; ya que en función del arte la belleza puede ser muchas cosas.
FUENTES
Bayer, Raymond, Historia de la estética, FCE, México, 2012, 476 pp.
Hipias Mayor en Platón I, Prólogo Carlos García Gual, Estudio introductorio Antonio Alegre Gorri, Gredos, Madrid, 2010 841 pp.
¿Realmente el urinario de Marcel Duchamp fue obra del padre del arte conceptual? Redacción BBC News Mundo, 8 julio 2018.
www.bbc.com/mundo/noticias– 44741212
Imagen: https:cuidatecultura.com.ar/arte-contemporaneo/