El flujo de emigrantes desde un punto del territorio del planeta a otro es el resultado de la búsqueda de mejores condiciones de subsistencia. Esa ha sido una máxima desde que el Homo sapiens apareció en África y su presencia se extendió por todo el orbe a través de miles de años. La movilidad es una característica de nuestros antepasados y sigue siendo uno de los principales rasgos de la humanidad moderna.
El fenómeno de migración de México a los Estados Unidos es sin duda uno de los desplazamientos poblacionales más significativos de nuestra era. El gran volumen de personas que cruzan la frontera entre ambas naciones es consecuencia de complejos procesos históricos ligados al establecimiento de la modernidad económica globalizada, este fenómeno ha creado un estado de dependencia para el funcionamiento de ambas economías.
El origen de la migración de trabajadores mexicanos hacia los Estados Unidos se remonta a los braceros que cubrieron las necesidades de mano de obra agrícola en los campos norteamericanos durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Desde la década de los años 70 del siglo pasado, los grupos de migrantes se han diversificado, el denominado “sueño americano” dejó de ser la aspiración de la población rural mexicana como proyecto de superación, para convertirse en algunos casos en la única oportunidad real de mejorar las condiciones económicas de la familia.
A partir del último cuarto del siglo pasado, la potencia norteamericana instala al neoliberalismo como la corriente político-económica predominante en México. El estado mexicano renuncia al control económico y a la obligación de generar bienestar social en su población, para abrirle las puertas a una economía de expansión del capital sin restricciones, cuya razón de ser es producir y consumir para incrementar exponencialmente las ganancias y la acumulación de capital. En esta nueva economía neoliberal, los movimientos migratorios se ven estimulados y atraídos por las inversiones extranjeras directas, estas se establecen en los polos globalizados que buscan producir ganancias con el mínimo de recursos. “Producir más con menos”, este concepto se sustenta no solo en reducir costos de materia prima, maquinaria, equipo o tecnología, sino en el recurso humano.
La migración de mano de obra desde México hacia los Estados Unidos representa una ventaja para el inversionista, ya que el trabajador migrante recibe un salario menor al que percibiría un empleado nativo, también, la asistencia social para ellos es prácticamente inexistente. Además de la mano de obra primaria, Estados Unidos requiere talento calificado, que una vez captado, también obtiene ganancias menores a las que aspira la población nativa. El pago de salarios más bajos representa una mayor acumulación de riqueza para los inversionistas y propietarios de las industrias.
Además de la falta de oportunidades laborales y los bajos salarios producto del modelo de explotación neoliberal, el estado mexicano ha sido incapaz de proveer las condiciones mínimas de seguridad a su población, observándose en diversos casos, la complicidad del propio estado con la delincuencia organizada, provocando la fuga de capitales y talentos del país hacía Canadá y EE. UU. La violencia, el narcotráfico, los secuestros y la extorsión, son ejemplo de delitos comunes en México que han llegado a provocar la aparición de auténticas poblaciones fantasmas en lo que anteriormente eran asentamientos humanos productivos. México, como principal emisor de migrantes hacia los Estados Unidos, tiene ante sí un enorme desafío, ya que hasta la fecha ha sido incapaz de generar oportunidades de desarrollo y seguridad a su población, provocando la fuga de mano de obra capacitada y capital hacia el país vecino del norte, en donde el modelo globalista norteamericano es el único beneficiado.
Referencias
Aragonés, Ana María, Uberto Salgado, y Esperanza Ríos. «Nuevo patrón migratorio en la economía global: el caso de Estados Unidos.» En Migraciones contemporáneas. Contribución al debate, de Ivonne Farah (Dir.), 35-67. La Paz: Postgrado en Ciencias del Desarrollo cides-umsa, 2009.