Docentes universitarios asistieron el jueves 3 de septiembre al curso de capacitación: “Cómo detectar, documentar y difundir historias de éxito en materia de prevención”, impartido por el periodista y escritor mexicano Alejandro Hernández. Este curso es un módulo del diplomado de “Prevención de la violencia a través del periodismo” que ofrecen el Programa de Convivencia Ciudadana y la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Este curso, está dirigido a todas aquellas personas que tienen el interés de transmitir buenas noticias, en especial dentro del ámbito de la prevención y de la lucha por la paz, la convivencia y la armonía. “El propósito es que los participantes tengan más herramientas para detectar, investigar y difundir casos de éxito en materia de prevención”, dijo el periodista.
Explicó que se trata de detectar casos en los que una persona, una familia o una comunidad que habían perdido el rumbo o estaban seriamente amenazadas por el desánimo o la delincuencia se han logrado restablecer gracias a algún acontecimiento que les hizo cambiar la manera de ver las cosas.
De igual manera, mencionó, se busca localizar aquellas medidas gubernamentales que logren recuperar espacios públicos para la convivencia de las familias.
Una vez detectadas estas historias, continuó, deben ser estructuradas para transmitirse a través de distintos medios: como videos, reportajes, redes sociales o impresos; “para decirle a otras personas que eso es posible, que eso ocurrió, en lugar de decir `hagan esto´, `supérense´”.
“Al momento de difundir estas historias, en otro lugar donde pueda estar ocurriendo lo mismo o esté por ocurrir () llegan estos mensajes y entonces no sabemos () pero tenemos la ilusión de que así como los malos mensajes a veces cunden, también cunda y se multiplique el efecto de las buenas noticias.”
Al cuestionarlo acerca de ¿quién tiene la obligación de difundir estas historias? manifestó que es un deber de los medios de comunicación, aunque entiende que éstos se interesen más por las cosas que salen mal, pero considera que también podrían hacer un esfuerzo por encontrar buenas noticias y contarlas. “Esto no desnaturaliza la vocación del periodismo por contar lo que se interrumpe, lo que se rompe, yo diría que la complementa, que no trata de confrontar esa vocación.”
Pero piensa que, como los medios, también la academia, las universidades, las organizaciones sociales y el gobierno pueden ser transmisores de historias de éxito.
Compartió que él como periodista y escritor dedica parte de su trabajo a este propósito a través de tres vertientes, una periodística, una docente y una literaria.
Dentro de la periodística, dijo, tiene escritos de diversa naturaleza en el periódico El Financiero, donde narra este tipo de casos.
Mientras que en la línea docente trata de ayudar a otros a que también cuenten historias y lo hagan lo mejor posible.
Sobre la parte literaria, escribió una novela “absolutamente testimonial”, titulada Amarás a Dios sobre todas las cosas, en la que relata la transmigración centroamericana por México. Para ello, cuenta, que durante cinco años recorrió la ruta de los migrantes centroamericanos que entran por Tabasco o Chiapas con la intención de llegar a los Estados Unidos.
“Yo estuve muchas veces en esos caminos, platicando con cientos de migrantes, subiéndome al tren, platicando con ellos en los caminos de extravío, en las estaciones migratorias, en todos lados y de ahí salieron diversos documentos oficiales, sobre todo para la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, pero aparte vacié gran parte de esa experiencia en esta novela donde yo creo que más del ochenta por ciento de los acontecimientos me fueron contados a mí o presenciados por mí.”
Agregó por último que el curso sirve a los docentes para “ampliar su visión sobre lo mucho que ya saben, y les ofrece una vertiente más de comunicación que puede ser interesante sobre cómo podemos incidir de otra manera en la sociedad a través de la transmisión de buenas noticias en materia de prevención.”
El curso forma parte de un diplomado que es impartido a docentes universitarios y es ofrecido por la Universidad Autónoma de Chihuahua y el Programa para la Convivencia Ciudadana (PCC), que a su vez es financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
El PCC, según se explica en su página de internet, tiene como objetivo fortalecer y promover comunidades resilientes a los embates del crimen y la violencia a través del trabajo conjunto del gobierno y la sociedad civil. De igual manera busca fortalecer la cohesión social en las comunidades e impulsar la réplica de mejores prácticas a nivel nacional.
Este programa nació para cumplir con uno de los objetivos de la Iniciativa Mérida, un acuerdo de cooperación en materia de seguridad firmado por los gobiernos de México y Estados Unidos en el año 2007.